miércoles, 30 de septiembre de 2015

EL TORMENTO TRAS EL ETERNO ÉXITO (2007)

26 de julio de 1976. Manchester. Los míticos Sex Pistols llegan a la ciudad para dar un concierto en el Manchester Lesser Free Trade Hall. Una noche que cambiará la vida de los integrantes de Warsaw, la primera agrupación de lo que posteriormente conoceríamos como Joy Division, el grupo de post-punk que pasó a ser todo un referente en la historia de la música, pese a su corta trayectoria. El retrato de la banda viene recogido por el cineasta británico Grant Gee, un ya casi veterano autor en biopics, que se estrenó en el género documental con “Meeting People Is Easy”, en el que exploraba la fama que han labrado los componentes de Radiohead

Los inicios del metraje de “Joy Division” parten de las calles de tan gris e industrializada localidad, en la que la juventud estaba predestinada a formar parte de ese engranaje de fábricas. Su futuro quedaba escrito entre las constantes crisis laborales, entre la supervivencia de una población que se oscurecía a pasos agigantados. Sin embargo, a pesar de esta siniestra imagen, en sus rincones se podía respirar el comienzo de una insurgencia cultura y musical que ya se había producido en otros lugares como Londres. Gee y el guionista y periodista Jon Savage tienen facilidad para situarnos en el contexto para comprender las futuras decisiones de la agrupación, cuyos miembros se enfrentan a la cámara para revelar la verdad de muchos mitos que les rodearon y conocer de cerca, sobre todo, la figura del cantante Ian Curtis

Los integrantes que aún viven, Peter Hook (bajo), Stephen Morris (batería) y Bernard Sumner (guitarra y teclados), se unen a las declaraciones de los más cercanos a la banda, de productores, diseñadores, músicos e, incluso, de Annik Honoré, la amante belga del vocalista que, por primera vez, se muestra ante las cámaras para contar su propia versión. Hora y media de entrevistas y testimonios, videoclips, intervenciones televisivas, material inédito de conciertos y en formato de audio, y la esencial presencia de la esposa del líder, Deborah Curtis, a través de diversas citas y juicios extraídos del libro que escribió tras el fallecimiento de su marido, “Touching From The Distance”. Un retrato humano y terrenal sumamente completo y apasionante que no sólo trata de Joy Division, sino también de quien se convirtió en la imagen y atracción principal, Curtis.

lunes, 28 de septiembre de 2015

63ª EDICIÓN DEL FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN (2015)

La noche del sábado 26 de septiembre se daba por clausurada la 63ª edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián en una gala presentada por la actriz Aitana Sánchez Gijón y la comunicadora vasca Edurne Ormazabal. Con unos galardones realmente repartidos y sin un claro favorito ante tanta variedad, las apuestas no sabían qué dirección tomar, por lo que, finalmente, ha habido más de una sorpresa. Resulta curioso ver cómo las cintas que parecían despertar un mayor interés, no han tenido un hueco entre el palmarés principal. Hablamos de “Sunset Song” de Terence Davies, “Back To The North” de Liu Hao, “Lejos del Mar” de Imanol Uribe, “High-Rise” de Ben Wheatley, “Freeheld” de Peter Sollett o, incluso, “El Niño y la Bestia” de Mamoru Hosoda

jueves, 24 de septiembre de 2015

EL VACÍO DE LA BURGUESÍA (1968)


El director y guionista italiano Pier Paolo Pasolini no podía desaprovechar la ocasión para dar salida a su obra en pleno año revolucionario. En 1968, el séptimo arte se convirtió en la plataforma perfecta para propagar los ideales de un movimiento que se desarrolló de forma paralela al cine más comercial. Su cinta “Teorema” se erige sobre la visión de la familia burguesa, sobre la que vuelca todos sus pensamientos y reflexiones intelectuales para realizar una crítica mordaz de esta clase social y de los instintos más básicos que, como seres humanos, poseen, pero que, de cara al exterior, prefieren ocultar.

Así es cómo surge la figura del visitante (Terence Stamp), del joven que se cuela en sus vidas gracias a la invitación de su amigo Pietro (Andrés José Cruz Soublette). Tan sólo es necesario un verano para que el protagonista consiga encandilar a cada uno de los miembros. Lucia, la madre (Silvana Mangano) cae rendida al instante ante tan atractivo muchacho y estupendo oyente, mientras que su hija, Odetta (Anne Wiazemsky) se deja embriagar por la pasión de la juventud. El padre, Paolo (Massimo Girotti), parece resistirse más, pero termina dejándose llevar ante la magia que su invitado despliega. Con el fin de la temporada vacacional, el visitante desaparece, generando un fuerte trauma entre todos los personajes, que sienten la pérdida profundamente y hasta límites exagerados. Infelices y vacíos, cada uno de ellos sufrirá las consecuencias de una ausencia que les ha dejado marcados de por vida.

“Teorema” no ha sabido envejecer como debiera, por eso, es necesario tener presente su contexto en todo momento, puesto que, ya de por sí, se muestra una narración muy poco dinámica, desarrollada a fuego tan lento que, a veces, da la sensación de que no pasa nada. Cada escena encierra una gran carga ideológica suministrada a partir de metáforas que exigen de un mayor esfuerzo intelectual por parte del espectador. No es sencillo disfrutar de una obra de este calibre, puesto que Pasolini no pensó en el futuro de su trabajo, sino que se centró principalmente en la generación luchadora del momento, en la sensación de sentirse identificados por una causa y en la de concienciar a quienes aún no se habían dado cuenta de esa necesidad de cambio, de la inminente ruptura con el conservadurismo.

martes, 22 de septiembre de 2015

DEVUÉLVEME MI ALMA (2009)



El alma sigue siendo uno de los grandes misterios que el ser humano intenta desenmarañar. Una pieza de nuestro engranaje que no sabemos si se puede manejar o llegar a transformar en algo material, si es tan imprescindible como se dice que es y, lo que es más importante, si existe realmente o tan sólo son fábulas religiosas que justifican un aspecto que va más allá de nuestra comprensión. El séptimo arte ha coqueteado con este tipo de cuestiones, consiguiendo que más de una cinta se elevara al nivel de culto. Nuestro limitado conocimiento en este campo hace que sea todo un manjar para la ciencia ficción y que, sea cual sea el argumento, se parta de una premisa que siempre resulta más que interesante.

La directora y guionista francesa Sophie Barthes se involucra en esta temática con su debut, “Cold Souls”, película independiente en la que figura el actor y comediante estadounidense Paul Giamatti interpretándose a sí mismo, un actor de teatro en plena crisis personal, puesto que no funciona bien en la cama y se siente mentalmente bloqueado e incapaz de interpretar su próxima obra, “Tío Vania”, del dramaturgo ruso Anton Chéjov. Sufre estrés, ansiedad, inseguridad y una total insatisfacción por la vida que lleva. Un día, recibe la llamada que le lleva a visitar una extraña empresa en la que podría encontrar la solución a sus problemas a partir de un revolucionario proceso. El Doctor Flintstein (David Strathairn) le ofrece la posibilidad de extraer su alma momentáneamente, depositarla e insertarle una nueva con sus propios recuerdos y experiencias. Giamatti no se siente confiado, pero acaba accediendo con la esperanza de un amanecer distinto. Sin embargo, después de probarla, no está del todo satisfecho y acude a recuperar la suya, pero para entonces ya es tarde, su alma está en Rusia.

lunes, 21 de septiembre de 2015

UNA NOCHE INTERMINABLE (2013)



Parece que siempre seguimos el mismo patrón, pequeños presupuestos para unas grandes mentes creativas que no reciben ayudas institucionales de ningún tipo y que funcionan con medios limitados. Uno de los ejemplos más claros es el de “La Noche del Ratón”, la ópera prima del director vasco David R. Losada y su equipo. Un llamativo thriller que cosechó notables éxitos a través de la red de festivales internacionales por la que circuló y que logró meterse en el bolsillo tanto al público como a la crítica. Las cuestiones sobre difusión ya son punto y a parte, ya que, como por desgracia sabemos, este tipo de cintas no encuentran hueco entre las grandes salas, sino que suelen verse más bien en las más pequeñas, en los cines de barrio de escasas ciudades y por muy poco tiempo. Una lástima que sólo tengan cabida en los festivales y que, pese a la gran acogida en éstos, aún les cueste encontrar su sitio a la hora de ser exhibidas al gran público.

Independientemente de esta falta de apoyo, nos centramos en la fantástica historia que este largometraje nos presenta. Sandra (Miriam Cabeza) debe salir a trabajar en plena madrugada, dejando a Álvaro (Mikel Martínez), su pareja, solo en casa y enfadado por la situación, puesto que, para colmo, Jorge (Unai García), su compañero de trabajo, viene a recogerla. El largo trayecto hasta el trabajo se llena de conversaciones, risas, discusiones, mensajes que Álvaro envía al móvil de Sandra y silencios incómodos entre los dos amantes. Su relación es secreta, pero, mientras Jorge se desespera por tener que esconderse siempre o verse obligado a dar una vuelta a la manzana para poder besarla, Sandra parece no tener prisa en destaparlo, aunque no soporta que su novio no trabaje y simplemente se quede fumando en el balcón durante horas. Un alto en el camino para repostar en una gasolinera hará que su apacible viaje se convierta en una auténtica pesadilla con la llegada de un tercer personaje que les impedirá llegar a la reunión.

viernes, 18 de septiembre de 2015

EN RECUERDO DE LA SANGRE DERRAMADA (1949)

Pocos trabajos son capaces de dejarnos tan extenuados tras su visionado como lo hace “La Sangre de las Bestias”, un documental de corte surrealista que encierra un durísimo mensaje expresado a través de unas imágenes que muestran la cara más cruel del ser humano (para muchos, incluso, alcanzaría a ser calificado como gore). El director francés Georges Franju convirtió su debut tras las cámaras en toda una revolución internacional hasta el punto de elevar su obra al nivel de una pieza esencial no sólo en la trayectoria del séptimo arte, sino también dentro de nuestra historia contemporánea y es que su explícita metáfora encierra los horrores de la Segunda Guerra Mundial, conflicto que el propio autor vivió de primera mano y que, por supuesto, deseaba dejar constancia de tal atrocidad.

Narrada por los actores galos Georges Hubert y Nicole Ladmiral, la cinta plasma la rutinaria labor de un matadero de la periferia de París. Los primeros instantes del metraje recorren una ciudad convertida en escombros tras el fatal acontecimiento para, después, dejar a las espaldas lo que simplemente es el contexto de la matanza que se sucede tras los muros de esa cárcel animal. Sin filtro alguno, el cineasta nos desvela cómo caballos, terneros y ovejas son degollados mientras se retuercen de dolor, desangrados hasta su muerte y descuartizados salvajemente para que sus carnes sirvan de alimento a los que viven fuera de esas gigantescas puertas. Un filete servido a la mesa de quien ignora la clase de espantos que se han sucedido hasta llegar esa comida a sus manos.

Visto así, no es de extrañar que este cortometraje se haya convertido en un pilar fundamental para vegetarianos y veganos, pero, para Franju, este no era el objetivo de su espeluznante obra. Son pocos los que logran mantener su mirada de principio a fin y es que, a pesar de ser tan sólo 20 minutos de duración, cada escena retuerce la anterior hasta convertirse en un “espectáculo” insoportable para todo espectador con un mínimo de sensibilidad. Un recuerdo al nauseabundo Holocausto nazi que, por lejano que ahora nos parezca, será imposible de olvidar.

jueves, 17 de septiembre de 2015

LAS MISMAS LOCURAS DE SIEMPRE (2015)



Como cada año, no puede faltar alguna que otra producción con una boda como telón de fondo. Todo un clásico en las comedias románticas en las que las peripecias de los personajes son el principal atractivo de una historia de amor que ya sabemos cómo acaba: pasando por el altar. Este año no iba a ser menos y uno de los títulos que han visitado la cartelera española no es otro que “El Gurú de las Bodas”, bajo la dirección del cineasta norteamericano Jeremy Garelick, que debuta tras las cámaras después de su andadura como guionista en el largometrajes “Separados” (Peyton Reed, 2006), que protagonizaron Jennifer Aniston y Vince Vaughn, o la serie de televisión “The Rebels” (2014) junto a Jon Weinbach.

Para esta ocasión, no sólo lleva la batuta de mando, sino que, además, colabora de nuevo con Jay Lavender para crear la historia de Doug Harris (Josh Gad), un hombre aparentemente absorbido por su trabajo, que va a contraer matrimonio con Gretchen Palmer (Kaley Couco-Sweeting). El problema es que la fecha se acerca demasiado y el novio sigue sin presentar a sus supuestos padrino y testigos. Doug no tiene amigos, por lo que, en un arrebato desesperado, contrata a Jimmy Callahan (Kevin Hart) para que se haga pasar por su mejor amigo Bic (sí, como la marca de bolígrafos y maquinillas de afeitar), un supuesto cura militar de pasado dudoso. A él se suma todo un equipo de amistades de lo más variopinta y que tendrán que hacer creer a la familia de Gretchen que están tan unidos como Doug les ha hecho creer.

Sin ir más lejos, la cinta no puede llegar a ser más previsible y simple, reconociendo desde el primer instante lo que ocurrirá al final de todo el conjunto de gags que Garelick despliega. Igualmente, encontramos poca originalidad en su trama y es que parece más un compendio de “los mejores tópicos de las comedias”, con escenas que nos recuerdan a las locuras de la despedida de solteros de “Resacón en Las Vegas” (Todd Phillips, 2010), algunas aventuras familiares como las de “Los Padres de Ella” (Jay Roach, 2000) y, quizá, la más predecible por su argumento, “Hitch, Especialista en Ligues” (Andy Tennant, 2005), con Will Smith como el casamentero, incluso, para casos imposibles.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

LAS CENIZAS DE LA FAMA (2006)



Independientemente de la imagen que el tiempo ha dejado de Andy Warhol, resulta más que innegable su faceta de artista, a quien se le atribuye todo el mérito del nacimiento de la corriente Pop Art de la década de los 60. Su aportación a la historia también viene empañada por el círculo que él mismo creó alrededor de su figura. Venerado por la popularidad que adquirió gracias a su gran carisma, pronto surgiría una especie de club social que él mismo manejaba y es que sólo los bohemios que buscaban un hueco en el mundo de la fama, podían encerrarse en el codiciado Factory, el estudio en el que Warhol daba rienda suelta a su creatividad. Allí dentro, desbordados por el consumo de drogas y por la magia que la controvertida estrella desprendía, se dejaban manipular por el artista para las creaciones de sus obras plásticas o para los coqueteos que tuvo con el séptimo arte a cambio de poder ser parte de la multitud de fiestas y actos sociales exclusivos a los que él decidía acudir junto a este grupo de elegidos. Para él, todos merecían unos minutos de notoriedad, pero, una vez que los exprimía, ya de nada le servían y pasaba a desecharlos. La caída sonaba estrepitosa y un ejemplo de ello fue el de la muñeca rota Edie Sedgwick, musa que pasó de ser idolatrada a ignorada, de celebridad a mito en cuestión de escaso tiempo. La amistad entre ambos se esfumó de la misma forma en que surgió, de forma rápida e interesada.

Precisamente, su retrato queda plasmado a través de la penúltima película de ficción del desaparecido director estadounidense George Hickenlooper, “Factory Girl”. El biopic de Sedgwick viene protagonizado por la actriz Sienna Miller, que da vida a una mujer criada en el seno de una familia rica que decide abandonar su casa para evitar confrontaciones con un autoritario padre y dejar atrás un desafortunado pasado. Su traslado a Nueva York hace acrecentar su esperanza por vivir en la cúpula más bohemia de la ciudad, esperando que, al menos, cambie su destino y se convierta en una más de esa élite. Así es cómo conoce a Warhol (Guy Pearce), con quien entablará una amistad fuertemente hermanada en apariencia, al igual que se relacionará con artistas del momento, como The Velvet Underground o Bob Dylan (Hayden Christensen), y entrará en un círculo vicioso de sustancias ilegales, derroche, sexo y abusos sin retorno.

martes, 15 de septiembre de 2015

NO CIERRES LOS OJOS (2008)



El famoso director surcoreano Kim Ki-Duk nos traslada al mundo onírico gracias a “Dream”. La que es su obra número 15 se ve claramente afectada por la crisis en la que el autor se encontraba inmerso. Y es que, como comentábamos a través de la crítica de otra de sus cintas, “Amén” (2011), el propio realizador se percató de cómo todo el esplendor de su creatividad empezaba a ir cuesta abajo para verse sumergido en una creciente depresión que llegaría a plasmar en su única pieza documental, “Arirang” (2011) y que, pos desgracia, se vería acrecentada por el accidente que tuvo la actriz principal de este filme, Lee Na-Young, que casi muere ahogada al realizar una de las escenas.

Independientemente de sus éxitos y fracasos, el cineasta es difícil que pase desapercibido haga lo que haga, puesto que cada una de sus producciones siempre contienen ese toque personal lleno de poesía visual sin grandes recursos ni extravagancias y su bella sensibilidad en la forma de tratar las historias que pasan por sus manos, ya sean sumamente delicadas o extrañamente bizarras, como estamos viendo en los últimos tiempos y en su nueva etapa profesional.

Sin embargo, “Dream” quedó relegada a ser una obra menor en su filmografía y no porque su premisa no fuese interesante, sino porque el trato de ésta resulta más que disperso, llegando a extenderse demasiado a lo largo de unos innecesarios 95 minutos de duración. La percepción entre la realidad ficticia y el mundo de los sueños encuentra su hueco en la relación entre Jin (Jô Odagiri) y Ran (Lee Na-Young). La cinta comienza con la fantasía del protagonista, un hombre de procedencia japonesa que, mientras duerme, ve cómo se causa un accidente. Tal suceso resulta haberse producido de verdad, pero desconoce quién conducía el coche. Poco a poco descubre que, durante sus descansos y constantes pesadillas, la joven Ran, que es sonámbula, los lleva a cabo. Su conexión les obliga a unir sus fuerzas, pero el pasado no deja de ser el causante de su presente. Jin no es capaz de olvidar a su expareja, pero Ran, tras su ruptura, intenta dejar atrás a su exnovio a pesar de que los sueños le impiden cortar con él definitivamente.

jueves, 10 de septiembre de 2015

EL SÍNDROME DE PETER PAN (2014)

En España, seguimos teniendo esa manía de traducir títulos al gusto de quien los crea. Así es como llegó a la cartelera nacional la comedia romántica “Las Novias de Mis Amigos” o, lo que es lo mismo, pero no es igual, “That Awkward Moment”. Es curioso ver cómo siempre se opta por lo más fácil y lo que más abunda, aunque, claro, precisamente esta cinta tampoco es que mereciera un nombre mucho mejor.

El debut del director y guionista Tom Gormican no podría haber sido más simple desde el punto de vista negativo. Su historia parte de una premisa muy poco original, con tres amigos, Jason (Zac Efron), Daniel (Miles Teller) y Mikey (Michael B. Jordan), que intentan evitar a toca costa atarse a una pareja, por lo que, simplemente, se aferran a ligues de una noche sin llegar a conocer en demasía a las jóvenes que conquistan. Con el matrimonio fallido de Mikey, tratan de animarle realizando un pacto por el que ninguno de ellos se comprometerá seriamente en una relación. Obviamente, el hecho de dar este paso, hará que las cosas se compliquen, por lo que resulta inevitable conocer de principio a fin lo que va a suceder sin necesidad de perder los casi 95 minutos que dura esta endeble película.

Aparentemente interminable, la trama de centra en captar la atención del público más juvenil con ideas que se han repetido constantemente hasta la saciedad. En lo que sí podría llamar al interés del espectador es en lo que supuestamente prometía el trailer, que es ese toque humorístico y gamberro que pudiera provenir de sus protagonistas. Esa imagen de entretenimiento vacuo al menos se cumple, aunque no ocurre lo mismo con los divertidos gags que parecía contener y que, una vez más, explotan los elementos más utilizados en este tipo de cintas con el fin de intentar alargar el empobrecido argumento, provocando que, en lugar de unas carcajadas, simplemente emitamos una media sonrisa.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

CUANDO LAS LÁGRIMAS SE RETUERCEN (2014)



Tras visualizar el famoso documental “My Love, Don’t Cross That River”, del director y guionista Jin Mo-Young, resulta más que comprensible que haya causado tanta sensación entre el público y la crítica internacional durante los años 2014 y 2015, en los que fue premiado en el Festival de Cine de Los Ángeles y se convirtió en todo un éxito en la taquilla nacional pese a ser una cinta independiente y de bajo presupuesto. El debut del surcoreano no pudo ser más soberbio y es que el boca a boca encumbró este espléndido trabajo que debería incluir en su inicio un mensaje de advertencia: todo lo que vamos a ver es la pura realidad y, en vistas de la intensidad de esta historia, es recomendable mantener un par de paquetes de kleenex a mano.

La película, que, en primer lugar, se presentó en 2011 a través de la cadena de televisión KBS en forma de una miniserie de 5 capítulos, sigue la vida de una pareja de ancianos durante 15 meses. Jo Byeong-Man tiene 98 años, mientras que su querida esposa, Kang Kye-Yeol, cumple 89 y llevan nada menos que 76 de matrimonio, pero la diferencia entre otros muchos es que ellos se siguen queriendo como la primera vez que se conocieron. Usan hanbok, el traje tradicional, a juego y tontean como dos adolescentes. Sus coloridos trajes enfrentan la monotonía del paisaje y permiten exteriorizar la gran vitalidad de ambos. Cantan, bailan, se regalan flores o se tiran bolas de nieve, agua o las hojas secas que trae el otoño. Así es su día a día, en una clásica casa oriental, donde los dos conviven en la más absoluta soledad, pero el hombre padece una enfermedad que poco a poco va empeorando y, precisamente, con el esperado y doloroso final de ambos, es por donde empieza esta historia. En las primeras imágenes del documental descubrimos un paisaje nevado de gran belleza, pero pronto se apaga el deleite al descubrir a la pobre Kye-Yeol arrodillada sobre el gélido suelo, mientras llora la pérdida de su ser más preciado. Minutos después, Mo-Young no pierde el tiempo y nos traslada a un pasado cercano lleno de felicidad, convirtiendo lo que prometía ser un drama lacrimógeno y desgarrador en una entrañable comedia romántica que resulta ser verdad.

martes, 8 de septiembre de 2015

POR AQUÍ, POR ALLÍ, EN UN NIÑO TE CONVERTÍ (1971)



Nos trasladamos a nuestra más tierna infancia para recordar uno de los mejores clásicos de Disney, “La Bruja Novata”, del director y guionista inglés Robert Stevenson. Con el paso del tiempo, ciertas cintas de la factoría han acabado relegadas a un segundo plano, con lo que las nuevas generaciones apenas tienen conocimiento de historias tan interesantes y divertidas como la protagonizada por la mítica actriz Angela Lansbury. Basada en la novela de la escritora británica Mary Norton, cuenta las vivencias de una bruja aficionada, Eglantine Price, que debe de hacerse cargo de Paul (Roy Snart), Carrie (Cindy O’Callaghan) y Charlie (Ian Weighill), tres niños refugiados en la pequeña comarca a causa de los recientes bombardeos en la ciudad de Londres durante la Segunda Guerra Mundial. Gracias al profesor Emelius Browne (David Tomlinson), que le envía algunos trucos por correspondencia como parte de su aprendizaje, Eglantine prepara un plan para impedir la invasión nazi en tierras británicas, pero las clases se cancelan antes de poder acceder al último hechizo y el más importante, “la locomoción sustitutiva”. Es por ello que, junto a los pequeños, decide viajar en una cama voladora para conocer al profesor y tener, por fin, entre sus manos, las palabras mágicas que le facilitarán poder enfrentarse a los enemigos.

Volver a visionar una película que formó parte de nuestra infancia y que nos conquistó desde el primer momento, a veces, resulta más que peligroso, puesto que puede perderse ese encanto que guardábamos junto al resto de buenos recuerdos. Por suerte, “La Bruja Novata” es de las pocas que no pierde ni un ápice con el paso del tiempo, aunque se disfrute desde un punto de vista más adulto. Sin embargo, para Stevenson y su equipo únicamente supondría una especie de preámbulo para crear su gran obra dentro de la compañía y que seguiría la misma línea, “Mary Poppins” (1964), que también contaría con la presencia de David Tomlinson como el Señor Banks, el padre banquero que necesitaba aprender una valiosa lección sobre la vida y su familia. Por su parte, Lansbury acabó regresando al medio que la vio crecer como una estrella, la televisión. En esta ocasión, y aunque ambos cumplen con su papel a la perfección, no llegan a despertar esa química esperada entre una pareja principal, pese a ese sutil guiño al romance que podría haberse dado, pero que no termina de desarrollarse.

viernes, 4 de septiembre de 2015

EN BUSCA DE RESPUESTAS (2011)



Cuando hablamos de cine de autor asiático, es inevitable que la mente nos remita enseguida al realizador surcoreano Kim Ki-Duk. Un director que supo meterse en el bolsillo tanto a crítica como a cinéfilos gracias a las emotivas e íntimas historias que nos hacía llegar a partir de unas obras de puro preciosismo técnico. Su sello de identidad es inigualable y su popularidad internacional se hizo notoria a través de las sobresalientes “Primavera, Verano, Otoño, Invierno… Primavera” (2003) y “Hierro 3” (2004). A través de su trayectoria, le hemos visto crecer y conseguir el clímax de su intachable carrera, pero, como buen artista que se precie, fue inevitable verle nadar entre las aguas de la depresión. En su único documental hasta la fecha, “Arirang”, nos explicó las causas de su retiro del ámbito laboral, mientras que le veíamos encerrarse en la soledad más profunda de las montañas, en una cabaña donde dedicó su tiempo nada más que a sobrevivir y a reflexionar sobre los últimos acontecimientos que habían llegado a su vida. Parte de su equipo le traicionó y, sin querer, su regreso al séptimo arte, a pesar de tomar un gran impulso, se vio negativamente afectado.

Poco tiempo antes de esta película tan personal, llegaba “Amén”, el primer largometraje que recibimos tras su periodo de ausencia de dos años y que logró que tanto el público como la crítica se vieran asombrados por algo tan extraño e impropio de él. Más de uno tuvo la sensación de que Ki-Duk trataba, por primera vez, de reírse de sus seguidores cuando en realidad la pieza simplemente supone un nuevo comienzo en su peculiar recorrido profesional, una especie de renovación que el cineasta ha ido depositando en sus últimas cintas y que ha conseguido dar un nuevo giro al despertar cierta morbosidad con el interesante patrón de las extremas relaciones entre la figura de la madre y del hijo, tal y como vimos en la posterior “Pietà” (2012) o, más evidenciado, en “Moebius” (2013), pero claro, tan sólo pudimos entender sus razones y el fracaso estrepitoso de “Amén” una vez que visualizamos “Arirang”.

jueves, 3 de septiembre de 2015

AQUELLAS CHICAS REBELDES (1985)



Madonna fue una más a engrosar la infinita lista de artistas que se percataron de las posibilidades que el séptimo arte les ofrecía para impulsar su carrera. En plenos años 80, la cantante hacía sus pinitos en las comedias románticas juveniles, cintas que se convirtieron en taquillazos del momento gracias a sus propios seguidores. Su primera oportunidad, ofrecida por el cine independiente, pasó totalmente desapercibida hasta que con “Buscando a Susan Desesperadamente”, de la directora estadounidense  Susan Seidelman, se hizo un hueco en lo que a día de hoy se ha convertido en una auténtica afición que la ha llevado, incluso, a dirigir dos largometrajes, “Obscenidades y Sabiduría” (2008) y “W.E.” (2011), y un cortometraje documental, “Secret Project Revolution” (2013).

Inesperadamente, la producción de Seidelman consiguió colarse en algunos festivales de renombre y recibir buenas opiniones entre la crítica, con una jovencísima Rosanna Arquette en el papel de Roberta Glass, un ama de casa dedicada al cuidado de su exitoso marido, que suele emplear su tiempo libre en leer los anuncios clasificados de los periódicos. Una mañana, descubre, a través de ellos, que un desconocido intenta localizar a una tal Susan (Madonna) y la cita en un punto de encuentro, por lo que Roberta siente la curiosidad por saber quién es ella y decide acudir al lugar que pone la publicación, dejando atrás a un egoísta y codicioso esposo y embarcándose en toda una aventura de enredos gracias a Susan, que actúa con total libertad y siempre bajo sus deseos.

Independientemente de los toques de comedia y el romanticismo, la cineasta incluye una crítica social sobre la condición tradicional femenina, que, a nuestros ojos, queda muy edulcorada en parte por las pinceladas de un sencillo y oportuno humor. Esa visión de la mujer encerrada en casa al servicio de su cónyuge y sin posibilidades de sentirse mínimamente realizada se ve reflejada en Glass y conforma un gran contraste con la personalidad y situación de la alocada Susan, imparable, divertida, independiente y, a fin de cuentas, sin tapujos ni miedos. El filme no deja de ser una especie de curso de aprendizaje acelerado para la frustrada protagonista, que se rinde ante la idílica modernidad y rebeldía poco propia de su clase social.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

CINE, ARTE Y TIEMPO (1967)

El artista canadiense Michael Snow es uno de esos directores indispensables dentro del género experimental y todo un ejemplo sin igual del cine estructural, puesto que una de sus obras cumbres, “Wavelength”, fue la precursora de tal corriente y un modelo a seguir durante los años 60 y 70. Un trabajo del que siempre se espera que ocurra mínimamente algo en los 45 minutos que dura, pero que en realidad no trata de contarnos una historia, sino de explotar las técnicas cinematográficas desde una exposición fija. Así es como nos introducimos en el interior de un típico y prácticamente vacío loft neoyorquino y, situados en una de las esquinas de la habitación bajo un preciso encuadre ligeramente en picado, vemos lo que ocurre a lo largo del metraje. Un zoom mecanizado por el temporizador de una cámara de 16mm sustentada sobre un trípode de gran altura nos acerca poco a poco a una especie de minúsculo retrato que encontramos en la pared de enfrente. Enseguida nos damos cuenta de que Snow quiere que nos sentemos tranquilamente a contemplar lo que va a suceder y a dónde nos va a llevar.

Apenas algunos personajes interactúan dentro del espacio, de los que esperamos, inevitablemente, que al menos nos aporten algún tipo de argumento que nunca va a llegar. Y es que este elemento no es importante en Wavelength, puesto que aquí la forma adquiere más valor que el contenido. Así es cómo, poco a poco, nos vamos desentendiendo de los acontecimientos que en cierta manera nos separan de aquel retrato que el autor nos quiere mostrar. Da igual que unos hombres pretendan colocar un armario, que alguien se desplome sobre el suelo, que otro intente mantener una conversación inaudible por teléfono o que de fondo suenen The Beatles con su “Strawberry Fields Forever”. En ningún instante la cámara se desvía de su lenta trayectoria, pero, con tanto tiempo a nuestra disposición, no podemos evitar fantasear con los posibles argumentos que un mediometraje como éste podría habernos ofrecido.

martes, 1 de septiembre de 2015

DESDICHADA INMORTALIDAD (2015)



El hombre siempre ha deseado tener la posibilidad de controlar el tiempo y, con ello, el alcance de la inmortalidad independientemente de sus consecuencias. Precisamente de éstas se habla en “El Secreto de Adaline”, la producción del director y guionista estadounidense Lee Toland Krieger que retrata la vida de Adaline Bowman (Blake Lively), una joven de 29 años, nacida a principios del siglo XX, que ve cómo su rostro nunca envejece a raíz de un accidente ocasionado durante unos extraños sucesos meteorológicos. Durante 8 décadas, ha escondido su secreto y se ha visto obligada a un largo transcurso de soledad únicamente acompañada por su hija Flemming (Ellen Burstyn), a la que sólo ve de vez en cuando para no levantar sospechas. Igualmente, su extraño don también la ha forzado a abandonar a cada una de sus parejas para que no se percataran de su inmutable apariencia. De repente, la aparición de su compañero de trabajo, Ellis Jones (Michiel Huisman), la expone a una relación distinta a las anteriores y por la que se plantearía, incluso, no volver a huir nunca más.

Un romance con tintes fantásticos en torno a un personaje desdichado, incapaz de encontrar su sitio debido a las circunstancias sobrenaturales que, a pesar de posibilitar mantener la belleza de la juventud y ese eterno sueño del ser humano, le impiden permanecer al lado de sus seres queridos y normalizar su situación. Este punto melodramático que, en ocasiones, roza la pedantería, se construye a partir de una trama que profundiza bien poco en sí misma, pasando de puntillas por un potencial que podría haber despertado un gran interés. Correcta, elegante y suave en su esencia, mantiene a duras penas una historia espiritualmente ingeniosa, pero pobremente emocional. La falta de atrevimiento repercute en demasía en una producción sin alma y fácilmente olvidable.