martes, 26 de diciembre de 2017

10 INESPERADAS SORPRESAS DEL 2017



1. "OKJA", de Bong Joon-Ho

Corea del Sur se unía a los atractivos de Netflix por primera vez a través de uno de sus directores más internacionales, Bong Joon-Ho. Sin embargo, su participación en el Festival de Cannes de 2017 no hizo más que desatar la controversia entre una productora que deseaba estrenar su proyecto en la popular “puerta europea del cine” sin querer atarse a las condiciones que se establecían. Por suerte, tanta polémica provocó una auténtica llamada de atención de los usuarios de la plataforma, pero también se ganó el boicot en la taquilla surcoreana alcanzando poco más de 2 millones de dólares. Independientemente de ello, la historia de “Okja” recuerda, en cierta manera, a los relatos ochenteros con los que muchos crecimos. La gran multinacional Mirando Corporation tiene un plan de negocio a largo plazo, por lo que ha creado una extraña criatura, que posteriormente ha clonado y ha enviado un ejemplar a varios cuidadores situados en diferentes partes del mundo. Uno de ellos es Mija (An Seo Hyun) y su abuelo, que conviven con la cariñosa Okja desde hace 10 años en un lugar idílico entre montañas. Lucy Mirando (Tilda Swinton) se asombra de las condiciones excepcionales en las que se encuentra el animal, por lo que decide llevar a Okja a Nueva York para culminar con sus ambiciosos objetivos. Llena de ingenio y sentimientos, la vida de Mija y su curiosa mascota no sólo recoge una reflexión ecológica y humana, sino que también posee, en su recta final, cierto paralelismo con el Holocausto nazi. Las protagonistas, destinadas a distanciarse por culpa de la ambición de Mirando y sus crueles intereses, luchan durante las casi dos horas de metraje para esquivar un destino incierto que remueve y destapa la verdadera esencia del hombre y la naturaleza. Inevitablemente lacrimógena al más puro estilo del cine surcoreano, la cinta también da cabida a un trepidante entretenimiento entre efectos digitales y una excelente fotografía a cargo del reconocido director iraní Darius Khondji.

jueves, 30 de noviembre de 2017

UNA NOCHE A LA DERIVA (2005)



Resulta eterno el discurso entorno a las diferencias entre la mente femenina y masculina y muy probablemente siga extendiéndose en el tiempo con múltiples teorías que mueren con la misma rapidez con la que surgen. El cine tampoco escapa de sus garras, siendo uno de los temas más utilizados y reutilizados de su historia, aunque siempre se pueden encontrar pequeñas excepciones que consiguen captar nuestra cada vez más exigente atención. Este es el caso de “Conversaciones Con Otras Mujeres”, la segunda producción independiente del director, productor, guionista y editor estadounidense Hans Canosa. Mitad drama romántico, mitad comedia negra, lo cierto es que el sello “indie” a veces asegura descubrir alguna que otra joya difícil de encontrar, como es este caso.

Con tan sólo una obra a sus espaldas, “Alma Mater” (2002), con la que entraría tímidamente en unos pocos certámenes cinematográficos de Norteamérica, el cineasta se lanzó de lleno con una cinta que contaba con un elenco sumamente reconocible y una mayor disposición para salir del país, aterrizando en festivales como el de Valladolid o Tokio, en donde se alzó con el Premio Especial del Jurado. Curiosamente, el éxito en esta ciudad le llevó a realizar una cinta japonesa en 2010, “Memoirs of a Teenage Amnesiac”, que apenas trascendería más allá de las fronteras niponas. Una trayectoria fugaz que, sin embargo, le ha llevado más tiempo del esperado.

Una mujer (Helena Bonham Carter) viaja desde Londres a Nueva York para acudir a una boda en un hotel como dama de honor sustituta aun sabiendo que su expareja estará en el evento. Ella fuma sola en una mesa, mientras habla por teléfono. En el bar, un hombre (Aaron Eckhart) observa atentamente lo que hace. Ambos acaban manteniendo una larga y provocadora conversación que revela sus potenciales. Cada uno utiliza una táctica de acercamiento hacia el otro, creando una tensión sexual que les mantiene en una burbuja, fuera de sus problemas comunes, de sus familias, de su rutina. Su pasado se revela entre diálogos inteligentes, ingeniosos y repletos de irresistibles dobles sentidos que amenizan la extraña noche que están pasando los dos.   

jueves, 23 de noviembre de 2017

LOCOS POR LA CULTURA POP (1969)



En 1969, el mítico autor guipuzcoano Iván Zulueta se lanzó de lleno al mundo cinematográfico con su ópera prima “Un, Dos, Tres… Al Escondite Inglés”, tras los cortometrajes “Ágata” (1966) y el controvertido “Ida y Vuelta” (1968), una pieza que serviría como proyecto final de sus estudios y con la que suspendió, aunque le valió un puesto en la productora del popular director y guionista zaragozano José Luis Borau. Así es como termina abandonando la Escuela Oficial de Cinematografía y, sirviéndose de un pequeño coqueteo televisivo al dirigir el magazine “Último Grito”, dio por iniciada su etapa más psicodélica. Influido por los nuevos cines surgidos en Europa desde finales de los años 50, en especial por la nueva ola británica, el cineasta se entregó a la necesitada modernidad con un trabajo disparatado que seguía descaradamente los pasos del realizador Richard Lester, aquél que dedicó parte de su carrera a trasladar a unos jóvenes Beatles a la gran pantalla con las inolvidables “Qué Noche la de Aquel Día” (1964) o “¡Socorro!” (1965), entre divertidas travesuras como “El Knack… Y Cómo Conseguirlo” (1965).

Con muy escaso presupuesto y la colaboración desinteresada tanto de varios artistas y bandas musicales del momento, como Fórmula V, Ismael, Los Mitos, Los Pop Tops o Henry y los Seven; como de amigos del autor, el proyecto se puso en pie sin necesidad tan siquiera de un guion. Con la improvisación por bandera, el equipo de Zulueta tan sólo se reunió la noche anterior al rodaje para marcar ciertas pautas con las que trabajar a cargo del director y guionista madrileño Jaime Chávarri. Así, de una forma tan inesperada, cobró vida la historia de un grupo de jóvenes que intentarán boicotear a toda costa la canción “Mentira, Mentira”, seleccionada para representar a España en el festival internacional Mundocanal. Patty (Patty Shepard), Judy (Judy Stephen), Justa (Mercedes Juste), Rosco (José María Íñigo), Antonio (Antonio Drove), Carlos (Carlos Garrido) y Gasset (Ramón Pons) dedicarán sus esfuerzos a buscar al grupo que pretende entonar tal desfachatez sobre el escenario.

lunes, 20 de noviembre de 2017

LA LLAMA DEL ACTIVISMO SINDICAL (1995)



Jon Tae-Il se convirtió en todo un símbolo de la manera más inesperada. De la noche a la mañana, su cruel y voluntaria muerte conmovió a la población hasta ser recordado hoy en día como uno de los más importantes activistas de Corea del Sur. A finales de la década de los 60, las condiciones laborales en el país eran sumamente precarias, con jornadas de trabajo que se extendían sin fin, empleados afinados en espacios prácticamente inhumanos, niños explotados que abandonaban la escuela para poder ayudar a sus familias, etc. El pueblo se movilizaba bajo la amenaza del gobierno dictatorial de Park Chun-Hee, que sofocaba cada protesta de la peor manera posible. Con este panorama, surgió un joven activista, que trabajaba como sastre, mientras veía cómo se deterioraba la salud de sus compañeros en una pequeña habitación del mercado Pyeonghwa de Dongdaemun, en Seúl. Este es el recuerdo que retrata el que fuera quinto largometraje del cineasta surcoreano Park Kwang-Su, “A Single Spark”, un drama que rinde homenaje a quien llevó un paso más allá la lucha por los derechos, hasta el punto de cambiar por completo el panorama laboral de Corea del Sur.

Con apenas 22 años, Jon Tae-Il (Hong Kyoung-In) trabaja cada día en la penumbra de un pequeño cuarto sin ventilación. Esto provoca que algunos empleados comiencen a mostrar síntomas de tuberculosis, mientras que otros tantos reciben inyecciones de anfetaminas para rendir más horas en el trabajo sin recibir una compensación a cambio. Forma parte de su vida laboral y, como tal, casi todos lo aceptan de forma normalizada. Todos se han habituado a vivir bajo esas condiciones, pero Jon Tae-Il no puede evitar sentir que debe hacer algo por ellos. Es, por eso, que se moviliza junto a otros estudiantes para cambiar su futuro, creando conciencia a su paso, pero la administración nunca le presta atención, alegando que su actitud no ayuda a la evolución del país. Ante tanta impotencia, su única salida es exponer el sufrimiento de todos ellos de la manera más impactante posible, con su muerte.

viernes, 10 de noviembre de 2017

LA FUGACIDAD DE LO COTIDIANO (1949)



Tradicionalmente, el cine japonés se ha distanciado, en parte, de los géneros cinematográficos que Hollywood desarrolló a principios de siglo XX ya desde su etapa más temprana. Sin embargo, su conocimiento en Occidente no llegaría hasta los años 50, momento en el que maestros del “clasicismo”, como Akira Kurosawa, Kenji Mizoguchi o Yasujiro Ozu, eclipsaron al cine mundial por, contrariamente, su modernismo en el séptimo arte.  Su novedosa visión artística plasmada en la gran pantalla provocó que, desde entonces, muchos autores se vieran totalmente influidos por esta cinematografía, un aspecto que evidentemente sigue ocurriendo a día de hoy. 

A diferencia de Kurosawa o Mizoguchi, Ozu dedicó su trayectoria a plasmar lo cotidiano. Sus películas, de ambientación contemporánea, suelen narrar la rutina y los problemas domésticos de las familias japonesas, poniendo sumo cuidado en los pequeños detalles, los cuales también dieron nombre a algunas de sus magníficas obras, como “El Sabor del Té Verde con Arroz” (1952) o “El Sabor del Sake” (1962), aunque indudablemente siempre será recordado por la obra maestra “Cuentos de Tokio” (1953). Por su parte, el transcurso del tiempo a través de los días y las estaciones del año también adquirió gran importancia a lo largo de su carrera. Primero fue “Primavera Tardía” (1949) para poco después continuar con “El Comienzo del Verano” (1951), “Primavera Precoz” (1956), “Crepúsculo en Tokio” (1957), “Flores de Equinoccio” (1958), “Otoño Tardío” (1960) y, finalmente, “El Último Verano” (1961).

De su éxito también disfrutó la famosa actriz japonesa Setsuko Hara, que acabó desempeñando el papel de musa de Ozu durante una larga temporada. Tal oportunidad llegaría con “Primavera Tardía”, en la que encarna a Noriko Somiya, una joven veinteañera que se encarga de cuidar de su padre, Shukichi Somiya (Chishû Ryû). El hombre, que quedó viudo hace varios años, empieza a plantearse la posibilidad de que su hija contraiga matrimonio y siga con su vida. Shôishi Hattori (Jun Usami), amigo de la familia, es un perfecto candidato con el que, incluso, Noriko mantiene una estrecha relación, pero éste tiene planes para casarse con la mejor amiga de ella. Al mismo tiempo, la tía Masa (Haruko Sugimura) busca un buen partido para su sobrina, mientras que piensa una solución para combatir la futura soledad de su hermano Shukichi.

lunes, 6 de noviembre de 2017

ENTRE ALAMBRES DE ESPINO (2017)



La trayectoria del director surcoreano Na Hyun es más amplia como guionista que como cineasta, destacando títulos como la juvenil “Spin Kick” (Nam Sang-Guk, 2004),  el drama basado en la masacre de Gwangju, “May 18” (Kim Ji-Hoon, 2007), la multipremiada “Forever The Moment” (Yim Soon-Rye, 2008) o la animación infantil “Lifi, una Gallina Tocada del Ala” (Oh Sung-Yoon, 2011). Su debut tras las cámaras llegaría con la ópera prima “The Prison”, un thriller carcelario que pasó sin pena ni gloria por la taquilla nacional, pero que, sin embargo, no está falto de buenas intenciones. La obra, que sigue perpetuando la gran estela creada por uno de los productos estrella de este nuevo cine surcoreano, como es el blockbuster, parte de una interesante premisa de lo más atractiva, pero, en cambio, no resulta nada original, viéndose relegada a engrosar la amplia lista de títulos del género más exportable de Corea del Sur junto al melodrama.

Song Yu-Gon (Kim Rae-Won) es un policía que, tras cometer un delito, ingresa en una prisión dominada por Jung Ik-Ho (Han Suk-Kyu), un presidiario que ha creado todo un complejo sistema criminal que él mismo controla y que pone a su servicio no sólo al resto de encarcelados, sino también a todos los miembros de seguridad, incluido el director del recinto. La supervivencia en la cárcel se convierte en el primer objetivo de Song Yu-Gon, a pesar de que todos sepan desde el primer día que es alguien más peligroso de lo que a simple vista parece. Sus acciones le llevan a estar cada vez más involucrado en los círculos más cercanos de Jung Ik-Ho, pero Song Yu-Gon esconde un secreto que hará tambalear los cimientos de la prisión.

El debut de Na Hyun engancha en sus primeros minutos, a la expectativa de un conflicto entre dos personajes con un pasado criminal que nunca termina de desvelarse, pero que les lleva a convertirse en los principales presos a temer por todos los demás. La aparente despreocupación de Song Yu-Gon contrarresta la maquiavélica mente de Jung Ik-Ho, un hombre que parece prácticamente invencible. El popular actor Kim Rae-Won regresa a la gran pantalla con este thriller tras su paso por las series de televisión “Punch” (Lee Myung-Woo, 2014-2015) y “Doctors” (Oh Choong-Hwan, 2016). Protagonista de los instantes de mayor acción y dramatismo, su interpretación es igual de reseñable que en otros trabajos anteriores como “Sunflower” (Kang Seok-Beom, 2006) o la trepidante “Gangnam 1970” (Ha Yoo, 2016). Sin embargo, “The Prison” apenas destaca en su trayectoria, al igual que le sucede a su compañero de reparto, el veterano Han Suk-Kyu. Un rostro sumamente reconocido tras encumbrarse con el mítico blockbuster “Shiri” (Kang Je-Kyu, 1999) que logra hacer despegar la cinta en cada una de sus intervenciones, convirtiéndose en el principal atractivo de la ópera prima de Na Hyun.

martes, 31 de octubre de 2017

EL IMPACTO DE LA REALIDAD (2017)



Corea del Sur, 18 de mayo de 1980. La ciudad de Gwangju, al suroeste de la península, se prepara para llevar a cabo un levantamiento contra la dictadura militar de Chun Doo-Hwan, emergiendo desde el núcleo estudiantil y expandiéndose rápidamente por todos los rincones de la urbe. Sus voces a favor de la democracia quedaron apagadas por la represión que se extendió hasta el día 27 de mayo y, posteriormente, por unas heridas que se infringieron a su población y que siguen siendo recordadas a fecha de hoy. El pueblo no olvida lo que se conoce como la masacre de Gwangju, que dejó 165 víctimas de la sanguinaria violencia gubernamental y que quedan retratadas en la obra del director surcoreano Jang Hoon, “A Taxi Driver”, el cuarto largometraje del autor tras su ópera prima, “Rough Cut” (2008), que contaba con Kim Ki-Duk como guionista; el clásico espionaje entre el norte y el sur de “Secret Reunion” (2010) y la popular cinta bélica “The Front Line” (2011).

El nuevo cine surcoreano sigue revisando su propio pasado que, aunque en un primer momento se centró en el conflicto norte/sur, poco a poco se ha ido enfocando en otras cuestiones como la invasión japonesa de principios del siglo XX o diferentes hechos acontecidos durante los gobiernos militares que se sucedieron tras la guerra de Corea. El cineasta recurre a una historia íntima como excusa para presentar todo un merecido homenaje al Movimiento Democrático de Gwangju. Kim Man-Seob (Song Kang-Ho) es un taxista de Seúl que intenta vivir prácticamente al día por la gran cantidad de gastos que posee. Es viudo, por lo que mantiene a su hija lo mejor que puede, pero la mayor parte del día se encuentra sola, muchas veces al cuidado de su vecina y casera. En el bar, escucha que un extranjero necesita un taxi para una misión especial a cambio de mucho dinero. Así es como Man-Seob le roba a su compañero el cliente, Peter (Thomas Kretschmann), un periodista que desea llegar a Gwangju para grabar los incidentes que se están produciendo allí y poder mostrar las imágenes al mundo. Sin embargo, Man-Seob desconoce lo que está ocurriendo y mucho menos que el ejército, que él tanto defiende, ha tomado la ciudad.

lunes, 23 de octubre de 2017

TIERRA, AGUA, SANGRE Y VÍSCERAS (2013)



Es irremediable pensar en el exotismo que puede ofrecer un cine al que pocas veces hemos tenido el gusto de recibir en la cartelera. En plena era de la globalización, esos otros cines que permanecen en la periferia de lo que comúnmente conocemos están cada vez más al alcance de nuestras manos. Ya no sirve ningún tipo de excusa para no ampliar horizontes y dejarnos llevar por cinematografías de gran riqueza narrativa y estética. Este es el caso del cine islandés, que cada vez más forma parte de las programaciones de los mejores festivales internacionales, como sucedió con “De Caballos y Hombres”, una cinta de lo más peculiar que supone una grata experiencia para los más exigentes con el séptimo arte. Su director y guionista, Benedikt Erlingsson, sigue siendo un gran desconocido a nivel popular tras esta ópera prima y una segunda obra de tipo documental, “The Show of Shows” (2015), pero, al menos, ha logrado alzarse con un gran número de premios en los certámenes de San Sebastián, Tokio o Göteborg, entre otros muchos.

En esta ocasión, la película trata de enmarcar la relación existente entre un hombre y su caballo, la percepción de ambos ante la misma realidad, ante el amor y la muerte presentes en cada impactante y solitario paraje. Los sentimientos e instintos más primitivos afloran entre historias cruzadas con igualdad de protagonismo para el ser humano y el animal. Conductas que, a veces, superan la racionalidad propia, creando una especie de manada que embriaga a la naturaleza, cruel, hipnótica e, incluso, irreal. Los aires de libertad salpican cada instante para presentar un relato por momentos impactante, seductor, que busca cierto equilibrio en las historias de quienes pisan tan lejanas tierras.

Una extraña comedia en clave trágica que emana, ante todo, experiencia y un aroma experimental al partir de la llegada de un extraño, un foráneo de origen latino, Juan (Juan Camillo Roman Estrada), con el que surgirá la inestabilidad en una población autóctona. El brillante debut de Erlingsson clama originalidad durante sus apenas 80 minutos de metraje, en los que las diversas tramas son presentadas a través de la mirada de un caballo. Sobre el exótico paisaje del campo volcánico de Islandia, el punto caliente con la mayor actividad volcánica y un enclave único e impactante; nace la rivalidad, la desconfianza entre los vecinos, pero también la atracción y el enamoramiento. Precisamente, las emociones a flor de piel provocan una fuerte erupción capaz de arrastrar todo a su paso hasta culminar en lo más destructivo. 

martes, 10 de octubre de 2017

EL ÉXITO DE UN PSICÓPATA (2012)



Siguiendo la estela de otras grandes producciones surcoreanas como “Memories of Murder (Crónica de un Asesino en Serie)” (Bong Joon-Ho, 2003) o “I Saw The Devil” (Kim Jee-Woon, 2010), “Confession of Murder” llegó en 2012 como la primera obra de ficción del director Jung Byung-Gil después de su debut tras las cámaras con el documental “Action Boys” (2008), en el que retrataba a cinco jóvenes estudiantes de la Seoul Action School en su búsqueda por llegar a ser actores de acción. Con dos premios nacionales a sus espaldas, como son el Baek San Art al mejor guion y el Gran Bell al mejor director novel, la cinta no supone una gran novedad en ese thriller surcoreano aderezado por asesinos en serie y dosis de venganza, pero, en cambio, cumple con la clásica estrategia de este cine al lograr reformular las expectativas del espectador durante las casi dos horas de duración. 

Las ansias de notoriedad llevan a Lee Du-Sok (Park Shi-Hoo) a presentar su libro ante la sociedad surcoreana a través de los medios de comunicación. Tras haber prescrito sus crímenes, las páginas de su obra literaria describen detalladamente cada uno de los macabros asesinatos que cometió en el pasado. Después de casi 15 años, el detective Choi (Jeong Jae-Yeong), encargado del caso por aquél entonces, descubre la identidad del asesino que tantos quebraderos de cabeza le dio. Por eso mismo, no puede evitar jugar sus últimas cartas para cumplir con la justicia, redimir el recuerdo de aquellas víctimas y compensar, así, a los familiares que tanto sufrieron. Al igual que él, Han Ji-Soo (Kim Yeong-Ae), que perdió a su hija a manos de Lee Du-Sok, también clama venganza, pero, cuando el camino parecía más iluminado que nunca, aparece un hombre que dice ser el verdadero asesino.

jueves, 5 de octubre de 2017

UN LABERINTO SIN SALIDA (1989)



Que el famoso actor japonés Takeshi Kitano llegara a situarse tras las cámaras, en realidad, fue resultado de un gran cúmulo de casualidades. Precisamente, “Violent Cop” fue la obra con la que se estrenaría en esta nueva faceta de su carrera, pero, sin embargo, el plan inicial no era éste. El cineasta Kinji Fukasaku, autor de cintas de culto como “Tora! Tora! Tora!” (1970), que recibió cinco nominaciones a los Oscar, alzándose finalmente con el premio a mejores efectos visuales; o la siniestra “Battle Royale” (2000); iba a encargarse de dirigir el largometraje que protagonizaría Kitano, pero una enfermedad le llevó a desistir en su empeño y ceder su batuta a quien iniciaría una de las trayectorias más destacadas del thriller asiático de los 90. Ciertamente, su autoría se ve reflejada desde su inesperado debut, aunque posteriormente se desarrollaría a conciencia en “Hana-Bi: Flores de Fuego” (1997) o “Brother” (2000), entre otras.

Azuma (Takeshi Kitano) es un policía que se deja llevar por sus impulsos de agresividad en el trabajo. Centrado en algunos casos relacionados con el narcotráfico, descubre que uno de sus compañeros, Iwaki (Sei Hiraizumi), da salida en el mercado negro a ciertas sustancias confiscadas en la comisaría. Sin darse cuenta, un pequeño suceso provoca que se enfrente a la yakuza, poniendo en peligro, incluso, la vida de su hermana, Akari (Maiko Kawakami). Algunos retoques en el texto del guionista Hisashi Nozawa, a quien hemos visto más en el mundo televisivo durante los últimos años, provocaron que la película adquiriera esos matices tan particulares del universo Kitano, otorgando un mayor peso a la violencia no sólo en el comportamiento de sus personajes, sino también en su difícil contexto.

El cine asiático comenzó a poner en tela de juicio el discurso universal propio del thriller durante la década de los 90, proyectando una fuerte ambivalencia, especialmente, en la psicología de los personajes, los cuales se mantienen entre los límites del bien y del mal como muy bien se puede apreciar en el cine hongkonés de la época y que sirvió de referente para las futuras cinematografías de Japón y Corea del Sur. Sin embargo, la filmografía de Kitano es una de esas pequeñas excepciones, una joya en bruto que sirvió para ganarse miles de seguidores por todo el mundo a partir de sus posteriores obras, puesto que “Violent Cop”, por desgracia, llegó a Occidente con más retraso.

lunes, 2 de octubre de 2017

EL CAMINO A LA LOCURA (2015)



Mirar desde lejos cómo la escasez del agua domina al hombre en ciertas partes del planeta es la postura más cómoda posible hasta que, de repente, se nos presenta un escenario demasiado cercano y nada descabellado. Precisamente, es la ópera prima de la directora libanesa Joyce A. Nashawati un perfecto ejemplo de ello. “Blind Sun” nos aproxima a un paraje tan apocalíptico como familiar, generando un resultado de lo más inquietante y, por supuesto, reseñable sin necesidad de grandes presupuesto ni alardes de ningún tipo. Tal es así que los festivales de Atenas, Bruselas, Fantasporto, Tesalónica y Toronto se rindieron a los encantos de esta producción francesa a la que recibieron con premios realmente merecidos.

Tras realizar tres cortometrajes de suspense, “Le Parasol” (2008), “La Morsure” (2009) y “La Permission” (2013), siendo el segundo el que más rodó entre certámenes internacionales, entre ellos, el de Sitges; la autora decidió dar un paso al frente con un trabajo que presenta un futuro en el que la tremenda sequía está provocando la mayoría de los conflictos sociales. A pesar de las extremas medidas gubernamentales, Grecia se ha convertido en un paraje árido y desértico que dista mucho de la imagen tan idílica de sus paisajes. Ashraf Idriss (Ziad Bakri) es un inmigrante árabe que ha sido contratado por una pareja francesa, Gilles (Louis-Do de Lencquesaing) y Katerina (Mimi Denisi), para cuidar su finca en su ausencia. Sin embargo, antes de llegar hasta la casa, Ashraf es registrado por un policía (Yannis Stankoglou), el cual le roba los papeles. Esta situación de irregularidad le lleva a tener que desplazarse hasta la comisaría del pueblo más cercano constantemente, debido a la ineptitud de los agentes de seguridad. De repente, esta preocupación pasa a un segundo plano cuando advierte que no sólo está siendo vigilado, sino que, además, alguien ha entrado en la casa sin haberse percatado de ello.

jueves, 21 de septiembre de 2017

LAS LLAVES DEL MÁS ALLÁ (2016)


Para quienes hemos crecido con el cine de los años 80, “Beyond The Gates” supone todo un remolino nostálgico en cuanto a narrativa y estética se refiere. Precisamente, el director estadounidense Jackson Stewart es fruto de esa generación que vio nacer grandes películas de culto y una multitud de cintas de terror que, a día de hoy, seguimos disfrutando como el primer día. Es con esta obra con la que el autor hizo su primera inmersión en el mundo del largometraje, tras comenzar su andadura en la televisión como guionista y, posteriormente, dirigir un par de cortometrajes que, en cierta medida, mantienen algunas similitudes. Su ópera prima recuerda al juego de “Jumanji” (Joe Johnston, 1995), pero aún más a las sensaciones de “Atmosfear”, aquel juego de mesa en el que era necesario conseguir una serie de llaves para volver a casa y que venía siempre acompañado por un VHS que servía de anfitrión en la temida velada.

Gordon Hardesty (Graham Skipper) regresa a su pueblo natal para reencontrarse con su hermano pequeño John (Chase Williamson). Su padre, Bob (Henry LeBlanc), desapareció hace mucho tiempo sin dejar rastro, por lo que deciden recoger sus pertenencias del videoclub que poseía. Entre la inmensa cantidad de cintas, surgen los recuerdos, pero también un antiguo juego de mesa en el que Bob parece haber dejado a medias una partida. Gordon y John se llevan la caja a su casa, pero Margot McKenzie (Brea Grant), la novia del primero, los anima a comenzar una nueva partida. Tras introducir la cinta en el vídeo, Evelyn (Barbara Crampton), la conductora del juego, resurge en pantalla comunicándoles que, si quieren evitar terribles consecuencias, no podrán descansar hasta que no encuentren todas las llaves para poder terminar. De ello deducen que, tal vez, puede existir una conexión entre este juego y la desaparición de su padre.

lunes, 18 de septiembre de 2017

EL DOLOR DEL RECUERDO (2016)



Entre 1910 y 1946, Corea del Sur sufrió una invasión japonesa que marcaría un antes y un después en la mente de su población. Tanto es así, que el nuevo cine surcoreano ha considerado realizar una revisión de su memoria histórica en los últimos años, siendo precisamente este capítulo uno de los que más interés ha cosechado. “Asesinos” (2015), de Choi Dong-Hoon; “La Doncella” (“The Handmaiden”, 2016), de Park Chan-Wook; o “The Last Princess” (2016), de Hur Jin-Ho; son algunos títulos que surgen al respecto y que dan habida cuenta de tal episodio, pese a su carga ficticia. Con cierto protagonismo de esa resistencia coreana al colonialismo, lo cierto es que todas remarcan, con mayor o menor importancia, las constantes prohibiciones que cargaron a sus espaldas, ya sea en cuanto a su cultura como a su idioma. 

En esta ocasión, “Love, Lies”, la producción del director surcoreano Park Heung-Sik, mantiene este escenario para presentar la historia de un triángulo amoroso llevado hasta sus últimas consecuencias. Situada durante la década de los años 40, a punto de que los japoneses abandonaran las tierras de la península, la narración se centra en las vivencias de Jung So-Yool (Han Hyo-Ju) y Seo Yeon-Hee (Chun Woo-Hee), dos niñas que forjaron su amistad en plena formación para ser algún día gisaeng. Su pasión por la música tradicional y por ser las mejores cantantes de la nación no se resquebraja con el transcurso de los años, pero todo cambia con la llegada de Kim Yoon-Woo (Yoo Yeon-Seok), el primer amor de So-Yool y su futuro prometido. Él no duda en entregar su amor a la joven, con quien desea casarse en el plazo máximo de dos años, pero la voz de Yeon-Hee es sumamente cautivadora, por lo que, en su fervor por convertirla en la principal cantante nacional, comienza a sentir algo por ella, desatando los celos de So-Yool.

jueves, 17 de agosto de 2017

EXCUSAS PARA EL RECUERDO (2016)



Es triste pensar que nos encontramos en un mundo cada vez más despiadado en el que el rico roba al pobre y éste roba también a sus iguales. Una sociedad corrompida que, con el transcurso de los años, va dejando en el camino su ética, los valores morales más esenciales, para venderse al mejor postor, el dinero. Quizá se trate de una reflexión tardía, pero, desde luego, es uno de los tantos pensamientos que surgen con el visionado de la crudeza de “Godless”, de la directora búlgara Ralitza Petrova. El primer largometraje de la autora, tras su inserción en el mundo del cortometraje, supone un trabajo arriesgado por tan desoladora fragancia. Un mérito que se vio recompensado con el premio a la mejor actriz (Irena Ivanova) y el Leopardo de Oro del Festival de Locarno de 2016, entre otros galardones obtenidos en certámenes internacionales como el de Reykjavik, Sarajevo, Varsovia, Estocolmo o Sevilla.

“Godless” cuenta la historia de Gana (Irena Ivanova), una mujer de mediana edad que asiste a los ancianos a través de rutinarias visitas a sus hogares con el fin de administrar correctamente los medicamentos y recibir un trato personalizado. Sin embargo, se trata de un trabajo que tapa el lado más oscuro y ruin de Gana, puesto que, en realidad, se dedica a robar los documentos de identidad de estos pacientes, siendo, uno de ellos (quizás, el más significativo), Yoan (Ivan Nalbantov), conductor de un coro religioso local que ha sufrido las calamidades del régimen comunista. Gana comparte junto a su pareja, Aleko (Ventzislav Konstantinov), no sólo su adicción por la morfina líquida, que consigue gracias a las personas más enfermas, sino también un jugoso y lucrativo negocio vendiendo estos papeles a una red de criminales para su posterior extorsión y fraude. Un mercado negro tejido desde el interior de la administración local, el corazón de la miseria de la que otros se aprovechan.

jueves, 10 de agosto de 2017

TRAS EL IMPERIO DEL PORNO (2017)



Sin duda, Internet supuso una de las mayores revoluciones en la historia contemporánea. En pocos años, la red ha sido determinante para varias generaciones y su día a día, siendo primordial para casi todos los ámbitos de nuestras vidas. El trabajo y el ocio utilizan la misma vía para quienes nos sentamos delante de la pantalla a desarrollar nuestra profesión, disfrutar o simplemente pasar el rato. Nunca antes ha tenido mayor sentido aquella frase que decía “renovarse o morir” y es que, sin Internet, una persona parece dejar de existir. Sin embargo, ese inmenso universo casi ilimitado esconde cuestiones realmente oscuras que siguen en plena actualidad y que, muy posiblemente, se mantendrán en esta misma situación por mucho más tiempo. 

Nos hemos acostumbrado a utilizar esta herramienta a toda a costa y hemos normalizado textos, imágenes y vídeos que en su día escandalizarían a cualquiera. Muerte, violencia y sexo campan a sus anchas sin darnos cuenta, convirtiéndose en lo que en ciertos círculos se llama la “pornografía del horror”. El mundo consume este tipo de “visiones” sin control, mientras que, quienes manejan estos hilos, han logrado que sea parte de nuestra rutina beber de las mieles del placer más bizarro. Ya no nos extraña saber que formamos parte de una sociedad hipócrita que ha perdido ciertos sentimientos y emociones por el camino y no echamos en falta ni siquiera todo lo que se ahogó en el proceso de cambio hacia un siglo XXI cada vez más despiadado en el que el dinero es el rey que gobierna nuestras vidas. 

Con la gran recesión que comenzó en el 2008, muchas empresas cayeron en desgracia y desaparecieron como arte de magia. Otras intentaron sobrevivir a duras penas, mientras que, quienes supieron hacer frente al mal tiempo, acabaron triunfando de una manera inesperada. Quién hubiera imaginado que la industria del porno, aquélla que antes se jactaba de ser una de las más fructíferas por sus grandes ingresos, ahora estaría prácticamente erradicada, consumida por gigantescas plataformas en la red, que exponen gratuitamente vídeos de forma masiva y abrumadora. Precisamente, de esta premisa parte el documental “Pornocracy: The New Sex Multinationals”, de la directora, guionista, periodista y actriz francesa Ovidie. Una autora que en su momento formó parte de tan poderosa industria y que, a través de esta cinta, desvela una investigación sobre cómo los famosos tube trafican con más de 100.000 millones de vídeos sexuales, conformando una telaraña inimaginable que se reinventa año tras año, mientras desfila de puntillas por la delgada línea de la legalidad. 

lunes, 7 de agosto de 2017

DESDE EL REFUGIO DEL MAL (2015)



Hannah Arendt fue una de las mujeres más influyentes del siglo XX. Filósofa, política, intelectual, musa, judía y, en definitiva, una controvertida mujer en un mundo eminentemente masculino. Nacida en Alemania en 1906, su juventud transcurrió en la Universidad de Marburgo, en Hesse, como alumna de importantes pensadores como Nicolai Hartmann, Rudolf Bultmann o Martin Heidegger, con quien tendría una relación más estrecha de lo que realmente parecía. Enamorados en secreto, puesto que él estaba casado y tenía hijos, su idilio terminó con tierra de por medio, puesto que ella decidió poner distancia y trasladarse a la Universidad Albert Ludwig, en Baden-Wurtemberg, en donde conoció a una de sus más grandes amistades, el psiquiatra y filósofo alemán Karl Theodor Jaspers. Para cuando quiso darse cuenta, el tiempo ya no le pertenecía al verse inmersa en la Segunda Guerra Mundial. Testigo de los más grandes crímenes del nazismo, tuvo que marcharse nuevamente y de forma ilegal para poder salvar su vida.

Así es como transcurre la primera mitad de una fascinante biografía que recoge el documental “Vita Activa, The Spirit of Hannah Arendt”, realizado por la directora israelí Ada Ushpiz, y que supone el perfecto homenaje a una de las figuras más incomprendidas del libre pensamiento más independiente. El metraje otorga una mayor importancia a las obras más polémicas de la autora en torno a cuestiones como los orígenes del totalitarismo, la naturaleza del mal o la crisis de los refugiados, dejando a un lado otros escritos populares que impactaron en menor medida. En poco más de dos horas, asistimos a los detalles más interesantes de la vida de Arendt, aquéllos que forjaron su personalidad e ideas, como sus años estudiantiles, sus influencias, sus dos matrimonios con el polaco Günther Anders o el poeta alemán Heinrich Blücher, junto a quien estuvo tres décadas y con el que compartió los sinsabores de la emigración forzosa.

miércoles, 2 de agosto de 2017

UN TEATRO DE MÁSCARAS (2016)



Hay un sentimiento un tanto suculento y morboso, pero también macabro, en disfrutar del encierro de otros. Observar en silencio a unos personajes encerrados en una habitación o una vivienda y que, a lo largo de un metraje, salgan trapos sucios, disputas, secretos, reconciliaciones, penurias y, evidentemente, lo más bajo del ser humano. Este lado más voyeur del cine nos lleva a pensar en títulos como el clásico “El Ángel Exterminador” (1962), de Luis Buñuel; o, mucho más reciente, “Un Dios Salvaje” (2011), de Roman Polanski. Sin necesidad de poner un pie en el exterior, los minutos transcurren entre la vergüenza ajena y la curiosidad, a la espera de saber si solucionarán sus problemas en una conversación que siempre acaba siendo exacerbada o tal vez prefieran terminar destruyendo sus vidas, en el peor de los casos.

Con mayor benevolencia, “It’s Not the Time of My Life”, la obra del director y guionista húngaro Szabolcs Hajdu, camina por estos derroteros mucho más teatrales de lo acostumbrado, pero manteniendo ese toque claustrofóbico en un antiguo piso cuidadosamente decorado. Ezster (Orsolya Török-Illyés), su marido Farkas (Szabolcs Hajdu) y su inquieto hijo Brúnó (Zgismond Hajdu) son una familia acomodada que recibe la inesperada visita de unos parientes por un tiempo indeterminado. La hermana de Ezster, Ernella (Erika Tankó), su marido Albert (Domokos Szabó) y su hija Laura (Lujza Hajdu). Tras varios fracasos laborales en Escocia, retornan a su país sin un lugar en el que vivir con la esperanza de reiniciar sus vidas. El distanciamiento entre los miembros sale a flote de la forma más inesperada, cubierto de reproches, heridas del pasado, frustraciones y envidias.

La cámara pasea tranquilamente entre las habitaciones de un laberíntico apartamento por el que deambulan los personajes, construyendo la trama simplemente a partir de los diálogos y las acciones que ocurren en el interior de sus muros. No existe una relación idílica, sino desconfianza entre todos los adultos frente a la inocente frescura de unos niños que son testigos de lo más rastrero. En apenas 84 minutos de un austero metraje, a la intimidad de los incómodos silencios, las reflexiones tardías y las miradas inquisitorias, de las que somos conscientes gracias a los constantes primeros planos, resurgen por encima de cualquier acto aparentemente bondadoso. Ciertos toques de humor adornan el drama y dulcifican tan angustiosa tensión entre idas y venidas de la casa, ya que Szabolcs Hajdu permite a sus personajes una libertad que nos es arrebatada, siendo el espectador el único incapaz de cruzar el umbral de la puerta principal.

viernes, 28 de julio de 2017

LA ERA DE LA INCOMUNICACIÓN (2016)



La imagen de las nuevas generaciones mantiene la misma esencia independientemente del autor que lleve a cabo tal retrato. Sin embargo, los grandes cambios se producen entre décadas. Está claro que los jóvenes del 2000 no son iguales a los de estos tiempos, envueltos cada vez más en una burbuja tecnológica que parece secuestrarles, aislarles de lo que sucede a su alrededor. Pero, ¿qué ocurre cuando salen de ella? La directora, productora, guionista y actriz israelí Hadas Ben Aroya destierra de su ópera prima “People That Are Not Me” todo artilugio alienante para encarar con madurez los problemas que se siguen arrastrando a ciertas edades y otros muchos que se acentúan por el contexto que les ha tocado vivir. Un proyecto que, según ella misma, está basado en las propias experiencias de quienes le rodean.

La falta de comunicación campa a sus anchas en la vida de Joy (Hadas Ben Aroya) y uno de sus amigos. Ambos mantienen relaciones sexuales con el único compromiso de no enamorarse el uno del otro, pero no todo resulta tan simple. Ella trata de refugiarse en él porque no puede olvidar a su exnovio, a pesar de que le dejó hace tiempo. También siente la necesidad de tener a alguien a su lado, lo que provoca que no sólo busque consuelo en su amigo, sino con otros chicos que llegan a su vida. El caos sentimental en el que se encuentra arruina sus arrebatos pasionales, siempre buscando algo más entre las inseguridades. Paseos, salidas a la disco y unos límites amorosos que cada vez se vuelven más abstractos, líquidos. Asimismo, la incapacidad por comprometerse hace que Joy deba regresar a su pasado para romper con lo que le impide seguir adelante.

De corte minimalista, la cinta mantiene un ritmo de lo más dinámico en sus escasos 80 minutos de metraje, en los que la vida de Joy cada vez es más oscura y laberíntica, iluminada únicamente por luces destellantes y la claridad de un sol que deja en evidencia su inestabilidad emocional. En un mundo en el que las amistades se construyen a partir de una red y las relaciones amorosas con aplicaciones en las que se descarta a las personas a través de sus fotos, no resulta tan descabellado ver cómo toda una generación se ha olvidado de profundizar en el otro, en estabilizar su vida social o, lo que es peor, trabajar en conocerse ellos mismos por encima de todo. Joy ya no se acuerda de respirar, sentir, ser libre, sino que ahora es dominada por el egoísmo, los impulsos y la soledad, tal y como la sociedad enseñó a esta generación desde el principio. 

martes, 25 de julio de 2017

VÍCTIMAS DE LA TRAGEDIA (2016)



Con el transcurso de los años, la mente tiende a desprenderse de ciertos detalles que tarde o temprano acabamos por echar de menos. Sin embargo, siempre permanece en nuestra retina imágenes que nos llegaron a impactar de tal forma que jamás se podrán olvidar. Para muchos de nosotros, el desastre de Chernobyl es imborrable independientemente de la edad que tengamos. Un hecho que marcaría un antes y un después desde 1986, especialmente, por las tremendas consecuencias que acarreó y cuya población sigue arrastrando con el tiempo. Más de 30 años después de aquella histórica catástrofe en la central nuclear de Vladimír llich Lenin, la ciudad de Pripyat, en Ucrania, sigue siendo un paraje fantasmal del que escaparon sus ciudadanos dejando atrás todas sus pertenencias. Considerado como uno de los sucesos más graves de finales del siglo XX, todavía continúan llevándose a cabo medidas de aislamiento de una zona en la que la radiación campa a sus anchas.

El director, productor y guionista Pol Cruchten, natural de Luxemburgo, retrata a las víctimas de tan terrible desgracia en el documental “Voces de Chernobyl”, una producción de apenas 90 minutos basada en el libro homónimo de la Nobel de Literatura del año 2015, Svetlana Alexievich. Familias devastadas que vieron rotas sus vidas quedan plasmadas en boca de actores como Dinara Drukarova, a la que se suman los testimonios de científicos, educadores y periodistas, que colaboran en la narración de una especie de viaje a los infiernos en el que silencio está presente en cada rincón y la muerte prematura se adueña de quienes fueron testigos de tal calamidad. Una crítica mordaz que evidencia más si cabe la gran negligencia del gobierno soviético y la despreocupación que ha mostrado siempre ante los que sufren las consecuencias más espeluznantes.

jueves, 20 de julio de 2017

EN LOS LÍMITES DEL ABISMO (2016)



Posiblemente, cuando el director estadounidense Larry Clark estrenó su largometraje “Kids” en 1995, no se imaginó la gran huella que dejaría en un gran número de cinéfilos y amantes del cine independiente. El retrato de jóvenes generaciones quedaría plasmado en tan controvertida polémica, hasta el punto de seguir investigando y profundizando en esta temática en obras posteriores, como “Bully” (2001), “Ken Park” (2002) o la más reciente “The Smell of Us” (2014). Sus influencias llegan hasta nuestros días de una forma indudable y en diversas variantes. Sin ir más lejos, la directora y guionista belga Fien Troch plasma esta misma esencia en su trabajo “Home”, una cinta que ha desfilado por el circuito de festivales internacionales como el de Estambul, Múnich, Toronto y Venecia, entre otros, cosechando buenas críticas y despertando un gran interés.

La historia de “Home” es una auténtica radiografía de las jóvenes generaciones de nuestros días. Kevin (Sebastian Van Dun) es un chico que acaba de salir de un centro de detención. Debido al rechazo de sus padres por su pasado turbulento, es acogido por sus tíos. Al empezar su nueva vida, entabla amistad con su primo Sammy (Loïc Bellemans) y su novia Lina (Lena Suijkerbuijk), con quien mantiene una relación con extraños altibajos. Kevin tiene la oportunidad de aprender un nuevo oficio, al igual que disfrutar del ocio con sus nuevos amigos, entre los que también se encuentra, John (Mistral Guidotti), que sufre terriblemente el violento desequilibrio de su madre. Sin embargo, y pese al empeño de Kevin por construir un futuro muy diferente, su rutina se tambalea con arrebatos de agresividad que trata de controlar, pero que, sin darse cuenta, influyen en las vidas de cada uno de sus colegas hasta marcar un antes y un después.

lunes, 17 de julio de 2017

VIOLENCIA EN LA NOCHE (2016)



Primero fue “La Colorina” (2008), un documental biográfico sobre la poetisa Stella Díaz Varín, pero el director y guionista chileno Fernando Guzzoni no tardó en rendirse a los encantos de la ficción. Su primer largometraje, “Carne de Perro” (2012), entró directamente en el circuito de festivales internacionales como el de La Habana, en donde se alzó con el tercer premio Coral a la mejor ópera prima; o el de San Sebastián, en el que obtuvo el galardón como Nuevo Director. Cuatro años transcurrieron hasta presentar su segundo trabajo, “Jesús”, que repitió estancia en estos mismos certámenes, aunque no con tan buena suerte en lo que a reconocimiento se refiere. No obstante, y pese a ello, es imposible permanecer indiferente ante una historia que refleja lo más oscuro de las jóvenes generaciones de su país.

Basada en el trágico suceso acontecido en 2012, en el que un joven homosexual de 24 años fue asesinado a manos de un grupo de neonazis; la trama presenta a Jesús (Nicolás Durán), un adolescente que disfruta bailando música pop coreana con su grupo de amigos. El alcohol, las drogas, el sexo descontrolado y la propia violencia mostrada a través de los medios de comunicación hacen estragos en un chico incapaz de dominar la situación que le rodea. Con un padre, Héctor (Alejandro Goic), prácticamente ausente, Jesús se deja dominar por las noches de excesos, por las risas crueles, las peleas incomprensibles y, en definitiva, por una libertad mal jugada e interpretada hasta que tanto abuso provoca que se encuentre entre la espada y la pared con el único apoyo de su progenitor.

Cualquier tipo de moralidad queda olvidada en lo más oscuro y bajo llave ante una serie de desgracias encadenadas en las que ya no sirve el arrepentimiento. No existen los valores ni hay cabida a la esperanza en un contexto perdido en el que Jesús sólo puede ver cómo se derrumban los castillos de diversión que había construido. En un presente agonizante para el que no existe pasado ni futuro, la narración comienza un tanto débil, pero se mantiene a paso lento y erguido hasta alcanzar un clímax inesperado que transcurre en la lejanía, en pleno bosque y sobre una carretera solitaria. Jesús es un ejemplo más de esos jóvenes despreocupados con su entorno, con sus iguales, ajenos a la memoria histórica, a la desgarradora realidad y especialmente abandonados de sí mismos. La constante incomunicación entre padre e hijo, entre amigos, posibilita un contexto aún más depravado de lo esperado, pero el vacío es más poderoso y dominante en cada uno de los personajes.

miércoles, 12 de julio de 2017

EN EL CORAZÓN DEL NAZISMO (2016)



Parece que nunca son suficientes los documentales que muestran el calvario vivido durante la Segunda Guerra Mundial, los testimonios de aquéllos que lograron salir del verdadero inferno, las imágenes que describen una mínima parte de lo que aconteció durante aquellos años. Los directores y guionistas alemanes Christian Krönes, Olaf S. Müller, Roland Schrotthofer y Florian Weigensamer no son los primeros ni serán los últimos que intentan crear un humilde retrato de lo que se padeció durante del conflicto, pero sí tratan de aportar un trabajo que se distinga de los restantes a través de “A German Life”, un documental que fue presentado en el Festival de Múnich y que formó parte de la selección oficial de los European Film Awards de 2016 para profundizar en el nazismo desde su oscuro interior.

Estamos ante una recopilación de 30 horas de conversación con Brunhilde Pomsel, secretaria, taquígrafa y mecanógrafa del inconfundible ministro de Propaganda nazi Joseph Goebbels; que quedan resumidas en apenas 107 minutos de metraje. El deseo de tener un trabajo estable fue lo que realmente determinó el resto de su existencia. Con 31 años y gracias a soportar la extensa cola para ser miembro del partido nazi, logró entrar en la emisora estatal como secretaria, pero una recomendación como recompensa por ser la que más rápido manejaba la máquina, cambió su vida y la encumbró a un puesto mejor remunerado y más estable. Ahora, con 105 años de edad y con ceguera desde hace poco tiempo, sus vivencias quedan retratadas bajo una simple idea: su total desinterés por la política, aun habiendo dedicado algunos años de su juventud a permanecer cerca de uno de los mayores criminales de la historia. En un extenso monólogo, surgen recuerdos de su mejor amiga, la risueña pelirroja Eva Löwenthal, que precisamente era judía; de su antiguo jefe y de la elegancia y porte que poseía; de sus educados hijos, que solían visitar a su padre en el trabajo; de la antigua sala con mobiliario barroco de un despacho que compartía con otras cinco compañeras y que pertenecía a un pequeño palacio cercano a la Puerta de Brandenburgo.

viernes, 7 de julio de 2017

UN PLAN ENTRE FRONTERAS (2016)



La realidad norcoreana nos sigue sorprendiendo y el cine nunca falla a esta clase de citas. Cada historia que se nos muestra resulta aún más sobrecogedora, pero, a pesar de ello, nada parece cambiar en el horizonte de la realidad. “Mrs. B, Una Mujer Norcoreana” es uno más de la gran lista de relatos espeluznantes que desdibujan cualquier atisbo de felicidad en familias que sufren cada día un gran peso a sus espaldas. La pobreza, las fronteras y la distancia quedan plasmadas en la obra del director surcoreano Jero Yun en un documental de producción francesa que ha viajado por las pantallas de algunos festivales mundiales como el de Cannes, Moscú o Zúrich, alzándose, en estos dos últimos, con el premio al mejor documental. 

El retrato que formula el cineasta en apenas 70 minutos de metraje se transforma en anónimo, no porque su protagonista no quiera darse a conocer, sino porque sus vivencias son las mismas que para otras tantas personas que han tratado de escapar del régimen norcoreano en busca de una nueva vida para sus familias. La Sra. B así lo hizo. Hace tiempo que tomó la decisión de dejar atrás el país que la vio nacer, Corea del Norte, y, con ello, a su marido y dos hijos, que lograron partir a Corea del Sur. Refugiada en China junto a su segundo marido, realiza contrabando entre las dos Coreas y su nueva tierra, pero este dinero no es para subsistir, sino para ahorrar y poder reunirse con sus dos hijos después de varios años sin poder verlos. 

Para ello, la Sra. B ha tenido que sufrir grandes calamidades. Unida a su trágica separación familiar, fue vendida en el mercado chino como esposa. Sin embargo, su nueva pareja es más que comprensivo, permitiendo que intente marcharse para, posteriormente, tratar de reunirse con ella en Seúl. Un plan que, a simple vista, parece sencillo, pero que, en realidad, se presenta desesperante y siniestro. Con la cámara en mano, el autor vela noche y día por la protagonista de su trabajo, a la que acompaña en su andadura desde China hasta Vietnam, en donde el trayecto parece precipitarse a la infernal oscuridad. Junto a ella, otras víctimas de un sistema que olvida a su pueblo, en su mayoría mujeres que, incluso, cargan con niños pequeños campo a través. 

martes, 4 de julio de 2017

VIAJE A LA ADOLESCENCIA (2015)



Algunas generaciones hemos crecido con el cine familiar de los 80, con adolescentes que protagonizaban historias inimaginables, que acunaban nuestra propia creatividad y nos hacían creer que existía un mundo de fantasía a la vuelta de la esquina. Por nuestra mente pasan una infinidad de títulos con los que hemos crecido y que nos han llegado a influir hasta el día de hoy, un aspecto que también es fácil de observar en el propio cine con autores que vuelven a sacar a la luz el “niño interior” para mostrarnos ese imaginario tan aventurero que a veces queda en lo más profundo del olvido en nuestra etapa más adulta. Este es el caso del director y guionista francés Michel Gondry y de su obra “Microbe et Gasoil”, un título que describe a la perfección a los dos jóvenes personajes que encabezan toda una osada experiencia de vida.

Daniel (Ange Dargent) es un adolescente criado en el seno de una familia progresista. Su madre, Marie-Thérèse (Audrey Tautou) intenta comprender y apoyar a sus tres hijos por encima de cualquier castigo inservible. Sin embargo, desconoce que Daniel es apodado “el microbio” en el colegio debido a su corta estatura y que, a pesar de que le gusta una de sus compañeras de clase, Laura (Diane Besnier), poco puede hacer sin dar un estirón y dejar, por fin, de ser comparado con una chica. Théo (Théophile Baquet) llega nuevo al instituto entre gracias y desparpajo. Su vida es muy diferente con una madre casi siempre enferma y un padre que colecciona todo lo que ve. Su afición por la mecánica, de ahí su mote “el gasolina”, le lleva a ofrecer a Daniel una amistad muy diferente y un horizonte de posibilidades que nunca hubiera imaginado. Así es como, tras acabar el curso, deciden fabricar una casa sobre ruedas y ponerse en marcha por las carreteras de Francia ellos dos solos.

jueves, 29 de junio de 2017

AQUELLOS NOMBRES OLVIDADOS (2017)



Existen tantas atrocidades que aún desconocemos, tantas historias que aún permanecen en la oscuridad y que sólo vienen a demostrar la propia ignorancia del ser humano. Han pasado décadas del fin de la dictadura franquista en España y siguen apareciendo víctimas que han sufrido la persecución, el acoso, el abuso y el odio por ser quienes son. El director español Miguel Eek aporta un nombre más de ese oscuro pasado, el del afamado arquitecto mallorquín Josep Ferragut Pou, y lo hace a través de su quinta pieza documental, “Vida y Muerte de un Arquitecto”, en donde trata de desgranar los hechos que envuelven el siniestro asesinato de una eminencia en su campo y una de las personalidades de mayor talento durante aquella época.

En clave de suspense, el metraje da a conocer quién es nuestro protagonista a partir de los testimonios de varios compañeros de profesión. Hombre culto e ilustrado, con gusto por el arte, el cine y la fotografía, logró que la modernidad embargara sus trabajos hasta otorgarle un merecido reconocimiento en el campo de la arquitectura. Más de dos décadas de trabajo y miles de proyectos en sus manos le reportaron grandes beneficios que repartió equitativamente con sus socios, siendo una práctica muy poco común en las empresas. No obstante, su estabilidad y dicha se tambalearon en el momento en que comenzó a luchar contra la corrupción y el desarrollo inmobiliario tan descontrolado en la costa, lo que le llevó a ganarse un gran número de enemistades.

La noche del 26 de febrero de 1968, Ferragut, a sus 52 años, es asesinado por dos delincuentes comunes en un descampado periférico de Palma, pero su caso no fue tan simple. Una vez resuelto, quedaron en el aire los motivos del homicidio, principalmente porque su familia prefería no remover ciertas cuestiones para evitar que se hicieran públicas, como su homosexualidad. Entre los testimonios, aún hay sorpresas ante este hecho, otros siguen con una mentalidad propia de su generación, mientras que los últimos prefieren recalcar el talento del arquitecto por encima de su vida íntima. Sin embargo, Ferragut pasó a pertenecer a esa lista negra del régimen en donde quedaba constancia de aquellos personajes no deseados e incómodos para el franquismo. Tal es así, que pese a ser tan importante en su época, la historia española ha ensombrecido su nombre hasta la fecha, siendo, incluso, ignorado en ciertos eventos.

jueves, 22 de junio de 2017

EN UN MUNDO EXTRAÑO (2016)



Pocas series son capaces de concentrar tanta intensidad dramática y dejar al espectador con la sensación de haber visto una de las mejores narraciones en mucho tiempo. Precisamente esto es lo que ocurre con “Signal”, un thriller policíaco diseminado en apenas 16 capítulos en los que se produce una hibridación de géneros magnífica como pocas veces hemos presenciado. Suspense, fantasía, drama y romance se fusionan para crear un producto redondo bajo las órdenes del director surcoreano Kim Won-Suk, que, aunque en un principio sólo captó a una pequeña audiencia, las cifras se dispararon hasta convertirse en una de las series más vistas de la historia de la televisión por cable en Corea del Sur.

Park Hae-Young (Kim Hyun-Bin) era apenas un niño cuando intentó ayudar a la policía en un caso de asesinato, pero nadie le prestó atención. Por pura casualidad, se convirtió en un testigo de cómo su compañero de clase Yoon-Jung fue secuestrado por una mujer que le tomaba de la mano y se le llevaba. Sin embargo, los oficiales tenían el foco puesto en otro sospechoso. No tardaría en salir la noticia de que el pequeño había muerto y el caso se convirtió en un callejón sin salida. Años más tarde, Park Hae-Young (Lee Je-Hoon), que trabaja para la policía como psiquiatra, es destinado a un nuevo departamento sobre casos sin resolver junto a la detective Cha Soo-Hyun (Kim Hye-Soo). Su destino cambia cuando escucha una voz dentro de un camión aparcado en la comisaría que procede de un walkie-talkie enterrado entre bolsas de basura. Así es como recibirá la ayuda del desaparecido agente Lee Jae-Han (Cho Jin-Woong), que participó en la antigua investigación de la que Park Hae-Young fue testigo y que en días aleatorios, siempre a las 23:23 horas, se manifiesta misteriosamente tan sólo durante un escaso minuto.

jueves, 15 de junio de 2017

EL DESEO DE LA PARTE MALDITA (1996)

El director y guionista David Cronenberg es uno de los símbolos de la postmodernidad cinematográfica gracias a su perturbador imaginario, que conforma una provocadora filmografía de lo más extensa y variopinta. Entre el corto, el largometraje y la televisión, las obras del cineasta se rigen por una base experimental para escenificar influencias un tanto apocalípticas. Siempre entre las aguas del drama, el terror y el thriller, en sus películas pueden surgir zombies, pandemias, coches, experimentos, poderes sobrenaturales, insectos o una fuerte carga de violencia, pero siempre de forma inesperada, girando en torno a las obsesiones, los miedos, la fantasía colectiva y el terreno psicológico para forzar las historias hasta el límite de la verosimilitud.

Una de sus cintas más importantes, que se alzó, entre grandes controversias, con el Premio del Jurado en el Festival de Cannes de 1996 y se convirtió en toda una película de culto y de los filmes más representativos del cine de los 90, es “Crash”, cuya historia realmente fue extraída de un relato homónimo de 1973 del influyente escritor inglés J.G. Ballard. No era la primera vez que el director recurría a una novela para dar rienda suelta a sus proyectos, es más, se trata de un aspecto bastante común en su carrera, puesto que sólo hay que recordar largometrajes como “La Zona Muerta” (1983), adaptada del libro de Stephen King; “Inseparable” (1988), de Bari Wood y Jack Geasland; “El Almuerzo Desnudo” (1991), de William Burroughs; “Spider” (2002), de Patrick McGrath, que también se encargaría él mismo del guion; “Una Historia de Violencia” (2005), de John Wagner y Vince Locke; “Un Método Peligroso” (2011), de Christopher Hampton; o “Cosmópolis” (2012), de Don DeLillo.