martes, 28 de junio de 2016

LA DULZURA DEL TALENTO (2013)



La popular figura del samurái siempre ha estado relacionada con historias en las que el honor es el eje principal y lo que subsiste por encima de cualquier aspecto de su vida. No obstante, es realmente curioso ver la gran variedad de guerreros que existían durante la época feudal de Japón. A través del cine, hemos podido disfrutar de su vertiente más dramática para, posteriormente, ser el protagonista de miles de cintas de acción con personajes que mostraban un matiz mucho menos humano y más cruel. La violencia insertada en este tipo de películas acabó por estilizar a los personajes, llegando, incluso, hasta la exageración. Resulta inevitable pensar en el mítico director nipón Akira Kurosawa como uno de los grandes cineastas que, a lo largo de su extensa trayectoria, retrataron con mayor cercanía a estos luchadores. La inquietud que despierta se extiende hasta nuestros días sin pronóstico de agotarse, pero también surgen otro tipo de obras que se centran en otros aspectos menos conocidos, como es el caso de “A Tale of Samurai Cooking: A True Love Story” (“Bushi No Kondate”), el largometraje del realizador Yuzo Asahara que, a pesar de haber pasado desapercibido tras su paso por festivales internacionales como el de Berlín, Hawai y su estreno mundial en el de San Sebastián, desata cuanto menos la curiosidad de quien se encuentra con él.

Junto al guionista Michio Kashiwada, el autor crea una narración que nos traslada al Japón feudal del siglo XVIII. Haru (Aya Ueto) es una joven sirvienta con un don especial para la cocina, que, tras un matrimonio fallido que tan sólo duro apenas un año, recibe la visita de un chef samurái que proviene de una importante saga familiar en la región de Kaga. Sin dudarlo ni un momento, el hombre le propone matrimonio en nombre de su hijo, Yasunobu Funaki (Kengo Kôra), de quien espera que reflexione y ocupe el lugar de su hermano mayor al hacerse cargo del legado en lugar de continuar su carrera luchando como samurái. Considerada como secuela de la historia creada por Michifumi Isoda y el propio Michio Kashiwada para el director Yoshimitsu Morita, “El Ábaco y la Espada” (“Bushi No Kakeibo”, 2010), en el que un guerrero reflexiona sobre la razón trascendental de su existencia, la cinta de Ashara se refugia en un romance aparentemente imposible y en el sacrificio que acarrea su éxito para desvelar la rigidez de antiguas costumbres sociales que, incluso, en más de un caso, se han mantenido en la actualidad.

viernes, 24 de junio de 2016

EL ARTE DEL TERROR VISUAL (2016)



Pese a que el aclamado director malayo James Wan ha hecho una pequeña incursión en el mundo de la acción con la sobrexplotada “Fast & Furious 7” (2015) y que parece haber sentido cierta atracción por la ciencia ficción con el proyecto de “Aquaman” (2018), es indudable que el cineasta posee un talento innato para el género de terror, que, aparte de otorgarle muy satisfactorios resultados, ha logrado que su público le califique como todo un maestro en las artes del horror. Desde su salto a la fama con un cortometraje que al poco tiempo le llevaría a crear la primera parte de la famosa saga “Saw” (2004), se han sumado grandes éxitos en taquilla como “Insidious” (2010), junto a su secuela, y, en esta ocasión, el trabajo realizado en “Expediente Warren: La Conjura” (2013) y su continuación en “Expediente Warren: El Caso Enfield”, uno de los títulos más esperados de 2016.

Con una historia basada en uno de los casos más espeluznantes del mundo paranormal y ayudado en todo momento por los guionistas David Johnson y los hermanos Carey y Chad Hayes, nos dirigimos a la localidad inglesa de Enfield durante la década de los años 70. En un clásico chalet adosado vive Peggy Hodgson (Frances O’Connor), una madre soltera con cuatro hijos, entre los que destaca Janet (Madison Wolfe), la pequeña que, a partir de una travesura, provoca que se sucedan extraños fenómenos cada vez más agresivos que no parecen tener solución. Mientras que el barrio se ve afectado por los terribles acontecimientos, el veterano matrimonio de demonólogos Lorraine (Vera Farmiga) y Ed Warren (Patrick Wilson) se encuentran en Estados Unidos intentando superar una crisis en sus carreras. A través de los medios de comunicación, se ven en la obligación de intentar demostrar que su trabajo no es ninguna clase de negocio fraudulento. En pleno caos, ambos decidirán ir al encuentro de la familia Hodgson para investigar los hechos y poder ayudarles.

martes, 14 de junio de 2016

UNA NOCHE DE CAZA SALVAJE (2015)



No hay nada mejor que disfrutar de una película de terror que no cuente con grandes pretensiones, pero que, en cambio, esté bien realizada. Sin embargo, existe una fina línea entre el éxito y el fracaso en este género, posiblemente el más castigado de todos, pero, a su vez, con los seguidores más fieles. Éste bien podría ser el caso de “Summer Camp”, la ópera prima del director, productor y guionista italiano Alberto Marini, que cuenta con el apoyo del popular cineasta leridano Jaume Balagueró, un indispensable en el terror español. Si a ello se suman las estupendas criticas cosechadas en festivales como el de Sitges o el Nocturna de Madrid, en el que consiguió alzarse con el premio Blogos de Oro a la mejor película, tenemos un producto del que es imposible sentirse indiferente.

Cuatro jóvenes voluntarios acuden al norte de España para organizar un campamento de verano un día antes de que lleguen los niños para divertirse y aprender inglés. Tan idílicos planes se truncarán en una noche interminable por culpa de un extraño virus que se está expandiendo en los alrededores y que hace que las personas se vuelvan extrañamente agresivas. Esta premisa no dista de otras muchas del estilo y, en cambio, sorprende en sus escasos 85 minutos de metraje con grandes dosis de diversión. Contra todo pronóstico, y por lo que se revela en su poco atractivo tráiler, la cinta logra dar la vuelta a los clichés más populares, de tal forma que, si en su inofensivo inicio únicamente se presentan a los personajes principales y el contexto en el que se encuentran, su desarrollo se vuelve una auténtica locura en la que los roles se modifican constantemente, provocando que la vertiginosa narración no decaiga en ningún instante.

viernes, 10 de junio de 2016

LOS CAPRICHOS DEL DESTINO (2015)



Algunos cineastas dedican parte de su carrera a cuestiones más cercanas, a todas aquellas preocupaciones e inquietudes que el futuro provoca a su paso. Su enfoque se construye a partir de sus propias vivencias e, incluso, se adentran en un mundo de pronósticos para despertar una enriquecedora reflexión en el espectador. Sin duda, en este aspecto, uno de los que más destaca en los últimos tiempos es el aclamado director y guionista chino Jia Zhang Ke, que emplea parte de su filmografía para plasmar la transformación económica y social en la que su país se está viendo envuelta. Si en “Un Toque de Violencia” (2013) plasmaba esta problemática a través de cuatro episodios que reflejan las consecuencias de este tipo de cambios sin control, con “Más Allá de las Montañas” se adentra en las calamidades individuales desprendidas de la actual desigualdad de su pueblo.

A las puertas del siglo XXI, Shen Tao (Tao Zhao) es una vivaz joven que ayuda a la comunidad de la ciudad de Fenyang junto a sus dos pretendientes, el tímido y trabajador Liangzi (Jing Dong Liang) y el fanfarrón Yi Zhang (Zhang Jinsheng). La enemistad entre los dos crece a medida que intentan ganarse el corazón de la protagonista, pero sólo uno de ellos será el elegido para formar un matrimonio que sufrirá de grandes altibajos. Fruto de esa unión nace Dollar (Zijian Dong), que acabará siendo la víctima de los constantes dificultades de la pareja. Durante los 130 minutos de metraje, se resumen 25 años de la vida de Tao, sus instantes más felices y las épocas de mayor amargura que generan traumas, desgaste y soledad como metáfora del monstruoso desarrollo con el que China recibe su peculiar idea del capitalismo.

martes, 7 de junio de 2016

JUSTICIA SIN CASTIGO (2013)



En la última década, Corea del Sur ha estado haciendo revisiones de los errores cometidos en el pasado, algo que se hizo aún más evidente con el gran éxito que el drama televisivo “Respond 1997 (Reply/Answer Me 1997)” (Shin Won-Ho, 2013) cosechó en el canal nacional y que propició dos secuelas más, situadas en los años 1994 y 1988, cada una de ellas profundizando aún más en hechos históricos que marcaron la sociedad de la época. Por supuesto, el cine no iba a ser menos, destacando una fulgurante corriente que ahonda en este tipo de cuestiones y que cobra aún más peso en su formato documental. Las reflexiones sobre ciertos episodios devastadores confluyen en el vertiginoso desarrollo que ha experimentado el país en los últimos tiempos, pero no todas logran abstraer al espectador y cautivarle hasta dejar ese poso necesario para recordar este tipo de calamidades e impedir que se repitan en un futuro.

Tras sufrir diversas invasiones, una guerra civil devastadora que dividió a su pueblo en dos, diversos regímenes militares a cuál más opresivo y una democracia que abogaba por la libertad de quienes han soñado con ella desde hacía demasiados años, el país se vio envuelto en una época de inestabilidad que desembocó en una fuerte crisis económica solventada rápidamente a duras penas. Más de un siglo de constante lucha y de capítulos que se han querido olvidar pero que, en cambio, cineastas como el debutante Jung Yoon-Suk, reclaman una revisión de un pasado que se debe tener presente en todo momento para evitar caer en los mismos fracasos. “Non Fiction Diary” es un fascinante ensayo sobre graves sucesos que han asolado a la historia moderna de Corea del Sur y las consecuencias que se desprendieron de ellos, que, en alguna ocasión, llegaron a ser extrañamente bondadosas. Cuando se trata de la pérdida de un incontable número de víctimas, a veces, su final puede llegar a ser muy distinto al esperado.

viernes, 3 de junio de 2016

LA EXISTENCIA DE UN NUEVO DIOS (2014)



El vertiginoso crecimiento económico de Corea del Sur ha dado pie a rellenar multitud de páginas de periódicos, de horas de informativos y, en lo que nos atañe, documentales, principalmente enfocados a su emisión televisiva. Este sorprendente desarrollo ha conseguido erigirse como todo un ejemplo para el capitalismo mundial, pero no todo lo que reluce es oro. El director y guionista Kelvin Kyung Kun Park nos transmite una idea prácticamente apocalíptica de esta cuestión a través de su obra documental “A Dream of Iron”, puesto que dicho progreso no ha hecho más que endiosar todo aquello de lo que se puede obtener beneficio, despreciando lo restante.

Este trabajo, concebido en un primer momento como complemento a una instalación artística audiovisual, sucumbe a la experimentación para enfocar un drama social y una verdad oculta a partir de la relación existente entre el hombre y la máquina. Una especie de sinfonía que logra capturar la nueva urbe surcoreana, en donde las personas parecen haberse transformado en peones sin esperanzas ni sueños. El metraje nos lleva por un recorrido histórico de la gran industria, destacando el famoso astillero naval de Hyundai Mipo, situado en la costa de la importante ciudad de Ulsan, en el extremo sudeste del país. Este retrato del presente se complementa con una mirada al pasado desde la década de 1960, cuando comenzó a producirse tal avance.

Kyung Kun Park realiza una magnífica fusión entre la vida de estas fábricas, el esplendor de la naturaleza y la arrebatadora imagen de las ballenas y el tradicionalismo a través del budismo. Precisamente, la cinta comienza con una serie de rituales en un templo, mientras que una voz en off lee la carta de su amante, una mujer que decidió abandonarle para poder seguir sus creencias religiosas. Este vínculo espiritual y el fracaso de un romance, aparentemente inconexos, propician el inicio de una búsqueda, la de un nuevo Dios que, en este caso, ha nacido en el seno del fulgurante capitalismo. Con un tratamiento sumamente delicado y poético, el autor se muestra en cierta manera magnánimo con su alrededor, un tono que se suaviza aún más con las constantes inserciones de las profundidades del inmenso océano y que, pese a contener una gran belleza, provocan que el objetivo principal sea desviado para favorecer más esta hipnótica simbología.