viernes, 31 de julio de 2015

EL MASOQUISMO DE LAS PALABRAS (2013)



Dos personajes que se acaban de conocer, un escenario de un solitario teatro y, por delante, un intenso casting para preparar el clásico literario “La Venus de las Pieles”, del clásico escritor austriaco Leopold von Sacher-Masoch. Una obra compuesta por un diálogo intensamente erótico, que entremezcla tensión sexual, sumisión y sentimientos en cada minuto del metraje. El veterano cineasta polaco Roman Polanski recupera el texto para un trabajo de título homónimo, junto al talento de los actores Mathieu Amalric y Emmanuelle Seigner.

Thomas busca a la actriz principal perfecta para una adaptación personal de tal magistral novela. Una vez terminada la audición con las aspirantes, se siente frustrado al no haber encontrado a la idónea pero, antes de recoger sus cosas para marcharse del teatro, aparece una apurada Vanda, que llega con retraso a la cita por un sinfín de contratiempos. Con su arrolladora personalidad y una cautivadora palabrería logra enredar al director para, poco a poco, mostrar sus dotes artísticas. Pese a que Thomas se muestra reticente en todo momento, al final se ve empujado por los encantos de una mujer que parece reunir todo lo que él buscaba.

El afamado autor repite fórmula encerrando a sus personajes entre cuatro paredes, tal y como hizo con su anterior película, “Un Dios salvaje” (2011). Igualmente, parece fascinado por mostrar ciertas dosis teatrales a sus últimas historias, pero, en esta ocasión, incluso el escenario se rinde ante tal capricho. En pocas cintas encontramos más suculento el desarrollo que el codiciado final y es que “La Venus de las Pieles” centra su interés en la interpretación de unos diálogos de gran intensidad, poderosos y fuertemente pasionales. Amalric, que recuerda al mismísimo Polanski en los tiempos en los que él mismo participaba en sus propios trabajos frente a las cámaras, encarna a un hombre sometido por el estrés del profesional del espectáculo, que se rige por un estricto horario en el que no se admiten cambios pase lo que pase.

jueves, 30 de julio de 2015

EN BUSCA DE ESPERANZA (2013)


El director español Diego Quemada-Díez lleva afincado en América más de 20 años, por lo que su cercanía hacia ciertas realidades que, a día de hoy, siguen siendo grandes desconocidas en el resto de continentes, le han llevado a debutar en el mundo del largometraje con “La Jaula de Oro”, una producción que no busca el entretenimiento, sino más bien denunciar y profundizar en una situación que se repite diariamente entre cientos de personas que buscan una oportunidad para prosperar en este mundo.

Esta es la historia de Juan (Brandon López), Sara (Karen Martínez), Chauk (Rodolfo Domínguez) y Samuel (Carlos Chajón), cuatro adolescentes que abandonan su hogar para comenzar un camino lleno de riesgos y obstáculos con el fin de poder salir de Guatemala en dirección a la frontera estadounidense. Ese famoso sueño americano les motiva para pasar por calamidades, abusos y miserias, para dejar atrás a sus familiares y amigos y dar un giro a sus destinos. La esperanza puesta en un cambio de rumbo que desconocen totalmente, pero que resulta más que suficiente para arriesgarse, para hacinarse en varios trenes, empeñar todos sus pocos ahorros y, al fin y al cabo, poner su vida en peligro.

Quemada-Díez se rodea de un elenco joven que no tiene experiencia profesional en el séptimo arte. Sin embargo, sus interpretaciones respiran verosimilitud a raudales y es que ellos mismos son conscientes de este tipo de situaciones que presencian incesantemente. Este punto a favor le otorga un mayor realismo hasta ser alcanzado por la sombra del documental. No obstante, el desarrollo psicológico de los personajes ayuda a crear una atmósfera más sentimentalista, que facilita empatizar con unas circunstancias que hasta este momento desconocíamos.

miércoles, 29 de julio de 2015

EL EXTRAÑO PATINAZO DE WENDERS (2015)



El veterano director Wim Wenders es uno de los cineastas más importantes del nuevo cine alemán e indispensable desde la que fue su obra maestra, “París, Texas” (1984). Una película considerada de culto a la que le sucederían otros grandes éxitos como “El Cielo Sobre Berlín” (1987) o “¡Tan Lejos, Tan Cerca!” (1993), cintas con las que consiguió un pase a los festivales más importantes a nivel internacional, como el de Cannes. En los últimos años, el autor se había dejado embriagar por el mundo del documental, un género que domina a la perfección como demuestran todas las nominaciones conseguidas para, entre otros, los Oscars e, incluso, nuestros Goya. Tanto “Pina” (2011) como “La Sal de la Tierra” ha conseguido recorrer medio mundo, pero Wenders se ha visto atraído, una vez, más por la ficción. Su trabajo, “Todo Saldrá Bien” cuenta con un elenco de lujo y una historia que gira en torno al duelo por la pérdida de un ser querido.

James Franco encarna a Tomas, un escritor que se encuentra en plena crisis creativa y se aísla para poder encontrar algo de inspiración, mientras que su matrimonio se tambalea. El invernal paisaje de Canadá, cubierto por una espesa capa de nieve, marcará un antes y un después en su vida por culpa de un fatídico accidente. Las secuelas también afectarán a su esposa Sara (Rachel McAdams), que ve cómo su marido se distancia cada vez más, con una incomprensible frialdad con la que empieza a comportarse; y Kate (Charlotte Gainsbourg), afectada directamente por las terribles circunstancias con las que parece luchar de forma pasiva.

Prácticamente dos horas de metraje en las que la irracional tibieza de Tomas se despliega por toda la trama de tal manera que hasta nosotros mismos no encontramos vestigios de conexión ni con el desarrollo de la narración ni con los personajes. El doloroso suceso, que ocurre en los primeros minutos de la cinta, es el giro existencial que propicia los 10 siguientes años en sus vidas. Un tiempo transcurrido que no vemos pasar en sus rostros, pero que psicológicamente sí es apreciable. Mientras que Tomas consigue impulsar su carrera hacia el éxito, Sara no siente ninguna evolución en su matrimonio, ya que su pareja no pretende tener hijos con ella. Por su parte, Kate se estanca en el duelo de forma impasible y sin pretensiones de avanzar.

lunes, 27 de julio de 2015

VÍCTIMAS DEL APOCALIPSIS (2013)


El director británico Kevin Macdonald no pierde la costumbre y sigue adaptando novelas para la creación de sus proyectos. Tras incorporar un nuevo documental a su trayectoria, “Marley” (2012), dedicado, obviamente, al mítico cantante jamaicano Bob Marley, regresó al mundo de la ficción con “Mi Vida Ahora”, presentada en el Festival de Sitges en 2013 y protagonizada por una Saoirse Ronan que siempre procura cumplir a la perfección con sus trabajos. La actriz, que estrenaba poco antes la producción irlandesa “Byzantium” (Neil Jordan, 2012), precisamente, una edición antes del mismo certamen, regresaba interpretando a Daisy (Elizabeth), una jovencita estadounidense que se encuentra veraneando en Reino Unido, en la casa de sus primos, cuando, de repente, estalla un conflicto bélico contra el terrorismo. La familia se verá envuelta en desagradables circunstancias con el único fin de sobrevivir a toda costa.

Poco conoceremos de las causas por las que estalla una guerra tan repentinamente y, gracias a los diálogos y los medios de comunicación implícitos en la obra, extraemos algunas ideas aleatorias sobre el terrorismo y el fascismo sin llegar a una conclusión concreta de lo que está ocurriendo. No obstante, no se trata de una problemática del propio guion, extraído de la novela de Meg Rosoff y realizado conjuntamente por Jeremy Brock, Tony Grisoni y Penelope Skinner junto a la colaboración de Jack Thorne en cuanto a material adicional se refiere. No es importante saber por qué se encuentran en esa situación los personajes, sino que tan sólo funciona como telón de fondo para centrarnos concretamente en los aspectos más importantes de la narración, como es la lucha por la supervivencia y el comportamiento de personas débiles ante obstáculos que implican fortaleza. Ronan está presente a lo largo de toda la acción. Ella es la verdadera protagonista, aunque está inevitablemente supeditada a los secundarios. El papel de Daisy no supone ningún problema para esta joven actriz que ha tomado fuerza en los últimos años, sobre todo en el género del drama.

jueves, 23 de julio de 2015

LA MÁQUINA Y EL HOMBRE (2013)



“Idem Paris” es el último cortometraje en clave documental, que nos llegó del gran director y maestro del surrealismo David Lynch. Lanzado a través de Youtube para gozo de todos sus seguidores, se trata de un pequeño documental de 8 minutos de duración que cuenta con la edición de Noriko Miyakawa, que ha conseguido ser indispensable en el equipo del cineasta. Una vez más, el estilo tan personal de Lynch sigue estando presente y en buena forma. En esta ocasión, el realizador nos lleva hasta París para mostrarnos el proceso de impresión del estudio que da nombre al propio título.

Las máquinas de litografía son las encargadas de romper con el silencio. Nos adentramos en un mundo en el que el diálogo es interrumpido en pos del ruido metálico y ensordecedor. El autor introduce su obra desde el pasillo por el que se accede al taller. El blanco y negro altamente contrastado, la sugerente iluminación y el tibio movimiento de cámara nos acompañan en nuestro paseo por una imagen que, como era evidente, aboga por un aparente surrealismo siniestro y espeluznante tan característico de él.

miércoles, 22 de julio de 2015

LA REPRESIÓN DEL DESEO (2013)


El joven director canadiense Xavier Dolan es de esos pocos artistas que, a tan temprana edad, ya pueden decir que su carrera va viento en popa y a toda vela, con una gran legión de seguidores cada vez más acérrimos y con un puesto seguro en los festivales internacionales más importantes. Es imposible sentirse indiferente ante cualquiera de sus obras, de ahí que las críticas, muchas de ellas sin piedad, siempre sean tan dispares cada vez que lanza un nuevo trabajo. Así es la vida de un verdadero autor, independientemente de si es narcisista, ególatra u otras sandeces con las que es atacado y con las que se intenta ensombrecer su profesionalidad.

Ninguno de sus largometrajes pierde su cita para pasear por las carteleras de todo el mundo. Algunos los califican de originales y frescos, mientras que otros sucumben al aburrimiento y excesividad, pero, sin duda, cada uno de ellos son magníficos ejemplos de perfección cinematográfica. Por supuesto, su filmografía sigue construyéndose desde aquella exitosa cinta que presentase en 2009, Yo Maté a mi Madre” y a la que siguieron nuevos triunfos con “Los Amores Imaginarios” (2010) o “Laurence Anyways(2012). Incluso, antes de “Tom at the Farm”, hubo tiempo para insertar cierta polémica en su carrera con el videoclip del tema “College Boy” (2013) del grupo francés de pop/rock y new wave Indochine.

Sin embargo, curiosamente, entre todas ellas, “Tom at the Farm”, su cuarta película, es considerada la peor de su trayectoria. El dramaturgo Michel Marc Bouchard colabora en la elaboración del guion para adaptar su propia obra teatral, mientras que para Dolan es la primera vez que coquetea con el género del thriller, pese a que lo combine con ciertos toques de melodrama, y es que más allá de su idea principal, se esconde un lado realmente oscuro y siniestro. Tom (Xavier Dolan) es un joven publicitario bastante moderno que viaja desde Montreal hasta una granja en las afueras de un modesto y solitario pueblo. Acude al funeral de su amante, pero la familia de éste desconoce su relación, tapada a base de mentiras. La destrozada madre, Agathe (Lise Roy), piensa que su hijo estaba enamorado de una mujer llamada Sarah (Evelyne Brochu), por lo que en ningún momento nota alguna extrañeza en el comportamiento del supuesto amigo y compañero de su primogénito. Sin embargo, el hermano de éste, Francis (Pierre-Yves Cardinal), un rudo treinteañero que se encarga del negocio familiar, conseguirá desestabilizar al protagonista en un opresivo, violento y seductor entramado.

martes, 21 de julio de 2015

EL NEGOCIO DEL SOFT PORN (2013)



En esta ocasión, nos trasladamos al Londres de los años 60 y 70, cuando las calles se llenaban de la nueva ola cultural de moda, la Swinging London. Una corriente revolucionaria propulsada por la juventud optimista y rebelde que dejaba atrás un periodo de austeridad generado por la posguerra. Estos nuevos aires de diversión también crearon una vertiente más amoral para la sociedad de entonces. Así es como surge la figura de Paul Raymond, un empresario que amasó una inmensa fortuna gracias al negocio del sexo, llegando a convertirse en uno de los hombres más ricos del país. Sus espectáculos, en los que las mujeres exhibían parte de sus encantos, causaron furor y todo el que deseaba estar a la moda solía frecuentar sus locales. El “King of Soho”, como popularmente se le reconocía, llegó a crear la revista “Men Only”, que contenía soft porn, es decir, las chicas aparecían desnudas, pero sin mostrar actos sexuales explícitos. La exquisita y refinada porte británica dio paso al cambio, a una visión que daba paso a la ostentación en la moda, a una nueva jerga, las radios piratas, las supermodelos, al arte pop y psicodélico y, por supuesto, a las fiestas hasta el amanecer.

El director inglés Michael Winterbottom recurre una vez más a su actor fetiche, Steve Coogan para llevar a cabo “The Look of Love”, un largometraje de título bastante edulcorado, que recoge parte de la biografía de este singular empresario, desde sus comienzos hasta la cúspide de su imperio, sin olvidar su faceta como padre y esposo.  Sin embargo, si no llega a ser por la firma del cineasta en sus títulos de crédito, apenas se puede apreciar algún toque que delate la autoría de éste y es que, pese a tener entre sus manos un tema jugoso, que da pie a grandes locuras y extravagancias como la personalidad del mismo Raymond, simplemente crea una obra correcta, narrada incluso con frialdad, lo que provoca que el espectador siempre permanezca en la distancia, viendo pasar los hechos de principio a fin. Su total ausencia de sentimientos nos da a conocer sólo la parte más superficial del personaje, creando una historia entretenida y de ritmo dinámico, pero que, como cinta biográfica, se mantiene en la precaria media a la que estamos tristemente acostumbrados.

lunes, 20 de julio de 2015

EL PODER DEL FÜHRER (1989)

El director y guionista ruso Aleksandr Sokurov realizó “Sonata para Hitler” en 1989, un estupendo trabajo totalmente infravalorado en el que Adolf Hitler es el principal protagonista en la gran pantalla. El autor nos sitúa dentro de un cine para ver este cortometraje de poco más de 10 minutos de duración, que comienza alertándonos con unos sonidos oscuros mientras la imagen parece caer en una especie de espiral. Se trata de un aviso, un mensaje que veremos a lo largo del metraje sobre cómo la política desemboca en las ansias de poder y la ambición hasta límites insospechados.

De repente, el ruido da paso a las primeras notas del famoso compositor alemán Johann Sebastian Bach. Tanto en la esquina superior derecha como inferior izquierda aparecen dos cifras, 0089 y 0079, que, simulando una especie de contador sin sentido, llegarán a cruzar cuatro momentos importantes en la historia contemporánea: las fechas de nacimiento y muerte de Hitler y, más cercano al cineasta, Stalin, aunque éste no aparecerá en ningún momento. Este ínfimo detalle le costaría a Sokurov la censura en su país durante casi una década.

viernes, 17 de julio de 2015

LOS MÁRTIRES DEL RADICALISMO (2012)


Desde Marruecos llega la cinta del director parisino Nabil Ayouch, “Los Caballos de Dios”, un trabajo enfocado en los atentados ocurridos en 2003 en Casablanca, cuando 45 personas fallecieron junto a los 12 terroristas que los provocaron. Su paso por festivales como el de Cannes y el de Valladolid, en el que recibió la Espiga de Oro en 2012, atrajo la atención del público con el relato de una historia que arranca en un poblado del extrarradio de esta misma ciudad llamado Sidi Moumen. Yachine (Achraf Afir) es un niño que aspira a ser futbolista profesional como su ídolo “Araña Negra”, mientras que su hermano mayor, Hamid (Said El-Alami) no sólo trata de protegerle, sino que además es quien se encarga de la familia, ganando dinero en ciertos trapicheos. Ambos se han criado en la pobreza, con una madre fanática de las telenovelas que se queda absorta mirando la televisión, un padre depresivo y un hermano deficiente. Su futuro ya está escrito, ya que pocos salen del barrio laureados por el éxito de su carrera. Con el paso de los años, Hamid (Abdelilah Rachid) se ha convertido en un delincuente jactancioso y agresivo, una actitud que le lleva a ser encarcelado durante dos años. A su regreso, las cosas han cambiado para él, pero sus amigos siguen en la misma situación. Gracias a los contactos en prisión, ha decidido dedicar su vida a la oración junto a sus nuevos amigos. Por su parte, Yachine (Abdelhakim Rachi) se siente desconcertado por el nuevo comportamiento de su hermano. Sin embargo, su destino está escrito y, debido a una serie de circunstancias, el joven se verá arrastrado a profesar el islamismo más radical.

Tres años han tenido que pasar para que llegue a la cartelera española esta fantástica cinta que aborda una cuestión que desgraciadamente sigue siendo noticia en todos los medios de comunicación. Estando aún recientes los atentados de Francia, Turquía y Túnez por parte del movimiento yihadista, el largometraje de Ayouch se convierte en todo un digno documento que todos deberíamos visualizar al menos una vez. Resulta verdaderamente conmovedor el tratamiento que se realiza en esta peliaguda trama en la que en ningún momento se justifican los hechos, sino que se desvela lo que hay detrás de los llamados “mártires”, muchos de ellos empujados al radicalismo como única razón de vida, que, como les ocurre a ambos protagonistas, viene provocada por el ambiente en el que crecen, por nacer rodeados de una condiciones que les llega a superar y que desata la desesperanza ante tanta falta de empleo y posibilidades. Es por eso que el cineasta rodea al argumento de temas que continúan siendo actualidad, como la prostitución, la homosexualidad, los abusos, el maltrato o el alcoholismo.

jueves, 16 de julio de 2015

LOS MINIONS SE PIERDEN SIN GRU (2015)


Pocas veces hemos presenciado que, en una película de animación, los personajes secundarios destaquen por encima del principal. Así ocurrió con “La Edad de Hielo” (Chris Wedge, Carlos Saldanha, 2002), en la que aparecía una simpática y patosa ardilla llamada Scrat que causó furor entre el público. Años después, de nuevo, ésto se repitió en “Gru: Mi Villano Favorito” (Pierre Coffin y Chris Renaud 2010) con los traviesos Minions. Los pequeños seres amarillos regresan a la gran pantalla de la mano de los directores Kyle Balda y Pierre Coffin para presentarnos su historia desde los orígenes más remotos. Su existencia se centra en la búsqueda de algún malvado líder al que servir, desde un Tiranosaurio Rex hasta el mismísimo Drácula o Napoleón. Cualquier ser maligno es digno de sus servicios, pero con la llegada del siglo XX y sumergidos entre glaciares, no encuentran a ningún amo al que dedicar sus días. Es por eso que tres intrépidos Minions, Kevin, Stuart y Bob, se embarcan en un viaje por el mundo para encontrar su salvación, puesto que su tribu ha perdido la razón de vivir. Así es como llegan a Nueva York, donde descubren, a través de un canal de televisión clandestino, que se va a celebrar una convención de villanos en Orlando, dando comienzo a su verdadera aventura en la que conocerán a Scarlet Overkill, la más mala de todos, que pretende aprovechar el evento para recluir a nuevos pupilos.

La cinta divide su guión en dos partes bien diferenciadas: una relacionada con la evolución del clan a lo largo del tiempo, compuesto principalmente por varios gags de gran comicidad que mantienen la esencia de los largometrajes originales; y otra en la que el personaje antagónico prepara un plan maligno para robar la corona británica, en el que Overkill pondrá a prueba a los tres protagonistas. Por desgracia, con el transcurso del metraje, las risas se vuelven más limitadas y el interés se tambalea. La supervillana resulta excesivamente simple y sin carisma y, aunque en un principio parece tener un gran peso en la narración, acaba siendo todo un personaje casi dispensable, al igual que el novio de ésta, Herb, que apenas acapara escasas escenas. Y es que sin Gru, todo tiene menos sentido y, por tanto, nuestra atención va y viene constantemente con tal desatino.

miércoles, 15 de julio de 2015

EL CASTIGO POR CREER (2014)



“Apostle”, la película del director surcoreano Kim Jin-Moo, comienza con una escena verdaderamente cruda y que resume perfectamente lo que veremos en los restantes minutos de metraje. Un hombre, encadenado a la pared, ve cómo su esposa es torturada hasta la muerte a base de golpes, patadas, quemaduras en algunas partes del cuerpo y un sinfín de atrocidades, mientras los militares norcoreanos les interrogan. A ella no le flaquean las fuerzas, tiene muy claro que no va a decir nada si no es un rezo por sus almas, pero él no se siente tan seguro. Unos momentos más propios de una película gore que incomodan hasta límites insospechados, pero que sirven para introducir la historia de este personaje, Joo Chul Ho (Kim In-Kwon), un ciudadano de Corea del Norte que, por profesar una religión, debe llevarla a la práctica en la clandestinidad junto al resto de su iglesia. Saben perfectamente que si son descubiertos pueden ser castigados y sometidos a interrogatorios para delatar al resto de compañeros o, lo más probable, ser ejecutados al momento.

Transcurridos dos años de la muerte de su mujer, el protagonista regresa a su pueblo natal, junto a su familia y vecinos. Por el camino, arrastra la culpabilidad de dejar atrás a su amada, pero lleva un propósito muy claro entre sus manos: conseguir escapar a Corea del Sur junto a sus más allegados para poder dejar atrás todo el calvario que están padeciendo. Precisamente cuando todo está planeado, fallece el dictador Kim Jong-Il y se refuerza la seguridad en las fronteras, pero dentro del municipio comienza una persecución sin tregua y con fuertes castigos a todos los cristianos, llevando a cabo una matanza sin parangón, mientras que se desata cierta desconfianza hacia Chul Ho por parte de sus propios amigos hasta el punto de ser acusado como traidor.

martes, 14 de julio de 2015

HACIA LA SALVACIÓN (2008)



El director surcoreano Kim Tae-Gyun nos sorprende con “Crossing”, para la que se ha servido de desgarradores testimonios del disidente norcoreano Yoo Sang-Joon, que pudo escapar del famoso régimen autoritario del expresidente Kim Jong-II. Así es cómo llegamos a la historia de Yong Soo (Cha In-Pyo) para basarse en los hechos ocurridos en 2003 cuando un grupo de hombres de Corea del Norte que había conseguido llegar hasta China de forma clandestina, tomaron la decisión de correr hacia la embajada de Alemania para recibir ayuda de Europa y de la Unión de NKHR (Corea del Norte Derechos Humanos) y, así, poder vivir bajo protección y de forma digna.

El protagonista vive en un pequeño pueblo sustentado principalmente por la actividad de las minas de carbón, en donde también trabaja para llevar un escaso dinero a su mujer (Seo Young-Hwa) y su hijo Kim Joon (Shin Myeong-Cheol). La situación en casa pende de un hilo por su esposa, que, a parte de estar embarazada, padece de tuberculosis en estado avanzado. Yong Soo necesita ayudarla para que se recupere, pero para conseguir medicinas, tiene que marcharse fuera del país. Su esperanza le hace emprender un viaje de ida y vuelta hacia la frontera China, buscando empleos ilegales y explotadores, con la constante de haber dejado sola a su familia y con un crío de unos 7 años al mando, pero lo que significaba recoger los medicamentos y regresar lo antes posible, se convierte en una marcha sin posibilidad de retorno. La desesperación no sólo le consume, sino que también forma parte de su motor de supervivencia. La cinta muestra sus caídas constantes y la fuerza que proyecta su familia en la lejanía para poder seguir adelante. Los riesgos por los que debe pasar entre fronteras consiguen proyectar una gran inquietud y ese sentimiento tan aterrador que compartimos con Yong Soo, ya que, a estas alturas, no hace falta que nos indiquen las consecuencias por querer escapar de Corea del Norte.

jueves, 9 de julio de 2015

EL SONIDO DEL SILENCIO (2014)


De vez en cuando el cine nos sorprende con una nueva obra que se desmarca de los límites convencionales para presentarnos algo singular, especial y que genere nuevas sensaciones en el espectador. Así es el caso de “The Tribe”, la ópera prima del director y guionista ucraniano Myroslav Slaboshpytskiy, que arrasó en la Semana de la Crítica de Cannes en 2014.

El elemento sorpresa de este trabajo es que no existen diálogos sonoros, puesto que el autor se rodea de personas sordomudas que no son profesionales de la interpretación para embarcarse en una historia situada en una institución de personas con discapacidad auditiva y vocal en la que asisten con total normalidad a clases escolares. Sin embargo, tras su jornada estudiantil, las reglas y la autoridad dejan de existir. Los alumnos se agrupan en bandas para delinquir y dar rienda suelta a las más viles bajezas como la violencia o la prostitución. Uno de estos jóvenes llega a esta residencia y, como tal, debe acatar las normas que le imponen los más veteranos, adaptándose a las circunstancias y ocupando su lugar en la escala de poder.

Grigoriy Fesenko encabeza el reparto en un interesante papel protagonista. Su timidez es encubierta bajo un rostro frío e inexpresivo y, gracias a una personalidad tan sumisa, parece ser aceptado rápidamente por los demás compañeros. Su estupenda evolución es el punto fuerte de la cinta, donde vemos cómo modifica cada aspecto de él hasta aparecer ante nosotros con una actuación impredecible.

miércoles, 8 de julio de 2015

MIEDO AL PASADO (2014)


La historia ha demostrado que el régimen nacionalsocialista de Adolf Hitler ha sabido sacar el máximo partido al cine como arma propagandística. Su ministro Joseph Goebbels consideraba que la producción de películas era una de las mejores herramientas para adoctrinar a la población y, en especial, a la juventud. Sus cifras dejan temblando a cualquier taquillazo que conozcamos y es que, desde 1933 hasta 1945, se produjeron alrededor de 1.300 filmes de los que disfrutaron millones de espectadores en sus primeras semanas de estreno, como en el caso de uno de los largometrajes más afamados,  “El Judío Suss” (Veit Harlan, 1940), que reunió a 20 millones de personas en las salas del país. Con el final de la guerra, unos 300 metrajes realizados durante el nazismo fueron prohibidos y se mantuvieron bajo llave en un depósito de la Fundación Murnau al que sólo unos pocos podían acceder. Actualmente y aunque la cantidad de títulos se redujeron en gran medida, la situación sigue siendo la misma con unas barreras infranqueables para quienes desean visionarlos, por lo que las oportunidades se reducen a algunas filmotecas y eventos muy concretos. El miedo a que se repitan los mismos hechos a través de este material hace que, en pleno 2015 y tras 70 años de aquella nefasta época, siga en pie un eterno dilema: ¿es correcto seguir manteniéndolos ocultos y alejados de toda la población por evitar las posibles consecuencias de su publicación o es mejor que sean exhibidos como forma de entender el pensamiento nacionalsocialista, nuestra memoria histórica y como parte de un sistema educacional?

“Forbidden Films”, el documental realizado por el guionista y director alemán Felix Moeller, expone esta cuestión ampliamente, aportando diversas entrevistas a académicos, investigadores y espectadores de ciclos cinematográficos especializados que han tenido el placer de ser testigos de lo que un día se utilizó como una peligrosa arma. En su mayoría, apoyan la posibilidad de ver circular esta polémica colección que supone todo un patrimonio cultural de sumo valor y que merece ser difundido de la forma más correcta y no a través de algunas plataformas de Internet, como Youtube, en donde se dispone de copias online de algunos de sus títulos y promovida de la manera menos deseada. Un dilatado debate recogido para reflejar la casi obligación de ser expuestos al gran público para que puedan entender la mentalidad de nuestros antepasados y mostrar la verdadera cara del conflicto y su magnitud. Por supuesto, muchos concluyen la necesidad de una base educacional para comprender el contexto, puesto que es un material que puede seguir siendo dañino para determinadas mentes.

martes, 7 de julio de 2015

COLMILLOS BAJO EL BURKA (2013)


La escuela de cine iraní continúa dando mucho de qué hablar en especial en estas dos últimas décadas y es que sus trabajos resultan no sólo impecables, sino capaces de competir en cualquier festival. Los más cinéfilos no pueden evitar sentir cierta atracción por una industria de lo más impactante y de la que vamos disfrutando en pequeña dosis, puesto que son pocos los títulos que, como siempre, llegan a nuestra cartelera.

La directora y guionista Ana Lily Amirpour ya es una más de la lista de autores que han sabido conquistar al público con la influencia de sus orígenes, aunque bien es cierto que nació en Reino Unido y su carrera se ha desarrollado en Estados Unidos. Independientemente de ello, la cineasta se lanzaba con su ópera prima, “A Girl Walks Home Alone at Night”, una historia vampírica situada en Bad City, en algún paraje remoto de Oriente Medio. Sus calles desoladas dejan en evidencia un mundo conflictivo en el que intenta sobrevivir Arash (Arash Marandi), un joven que procura ganar dinero para costear las deudas de un padre adicto al alcohol, las drogas y las mujeres y para mantener su único capricho, su coche. Por las noches, entre la oscuridad, vaga un ser que busca su siguiente presa. Arrastrando su chador, una mujer (Sheila Vand) observa a los proxenetas, las prostitutas y los narcotraficantes para escoger su alimento sin reparos.

Esta estela romántica y moralista del vampiro la hemos visto recientemente en “Only Lovers Left Alive” (2013), cuando Jim Jarmusch recuperaba la visión del clásico monstruo humanizado, con la suficiente lucidez como para discernir entre el bien y el mal. En este caso, la autora repite fórmula con aires de Nouvelle Vague para construir un drama con tintes de híbrido y es que no olvida otorgar cierto halo siniestro a la tradicional figura del vampiro, mientras extrae sentimientos internos como la bondad y el amor. Y es que este ser es capaz de avisar antes de morder o de asustar a un niño para que se porte correctamente.

lunes, 6 de julio de 2015

CRIADOS CON EL CINE "TEEN" (2014)


Muchos pertenecemos a esa generación que creció y disfrutó de la época de esplendor del cine para adolescentes, que empezaría a dar sus primeros coletazos durante los 80. Cientos de películas palomiteras que se estrenaban en pequeñas salas de cine de barrio o en la televisión y que, con el paso del tiempo, nos situaron de espectadores a testigos de un género que se iba apagando poco a poco. Ese retrato eclosiona en “Beyond Clueless”, un documental que se nutre de más de 200 extractos de cintas de los 90 y principios del 2000 para construir la imagen del joven de instituto que tanto proliferaba en aquella época.

El debut del director y guionista Charlie Lyne, columnista de The Guardian, es un exhaustivo trabajo sobre la visión que se deba del sexo, las drogas, los estudios o la violencia, independientemente de la calidad del largometraje. En definitiva, simplemente se trataba de un reflejo más de lo que los medios de comunicación entendían por “juventud”, de ese público que, de una manera u otra, se sentía identificado con las historias superfluas que se narraban.

La mítica actriz Fairuza Balk, una de las reinas del cine teen, narra cada una de las reflexiones escritas por el cineasta, generando una especie de regresión a nuestro pasado. Eso sí, no existen titubeos para contar más de un final, así que es aconsejable haber visionado la mayoría de ellas. Bien es cierto que su voz es totalmente idónea para tal cometido y, como es obvio, uno de los largometrajes expuestos a análisis no podía ser otro que “Jóvenes y Brujas” (Andrew Fleming, 1996), en el que Balk interpretaba a la antagonista, Nancy, y del que extrae esa búsqueda de aceptación que, inevitablemente, se extiende más allá de esa etapa vital. 

viernes, 3 de julio de 2015

NACIDOS PARA SER ODIADOS (2014)


Muchas veces no nos damos cuenta del horror de otros, sobre todo si sucede fuera de nuestras fronteras. Mientras que nuestra sociedad ha luchado mucho para erradicar la homofobia, aunque a día de hoy todavía hay quienes son incapaces de ver más allá de sí mismos, existen países en los que la situación es extrema, donde no se respetan los derechos humanos y las personas son tratadas como basura en función de su orientación sexual. Este es el caso de Rusia, que desde 2013 posee una de las leyes más retrógradas que se han visto en los últimos tiempos, por la que los homosexuales son calificados de enfermos mentales y simplemente pervertidos. Para colmo, quienes ayuden al colectivo LGBT (Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales) son repudiados en igualdad de condiciones, con sanciones y penas de cárcel. El estado pretende que la asistencia por parte de profesores, psicólogos y padres sea para inculcarles lo anormal que es su comportamiento, haciéndoles ver que la culpa del odio que padecen es suya y no de las mentes arcaicas que han conseguido el apoyo gubernamental a tan primitivo pensamiento.

Frente a esta aterradora situación, surge “Children 404”, un grupo que se expone a través de la red y que ofrece apoyo a quienes sientan esta quema de brujas, en su mayoría niños repudiados en institutos, donde padecen día tras día el rechazo y abuso por parte de sus compañeros. Además, su nombre, que, por cierto, hace referencia al mensaje de error que suele salir en las páginas no encontradas en la red, queda registrado en el propio título del documental dirigido por Askold Kurov y Pavel Loparev, en el que se incluyen 45 testimonios y reflexiones de adolescentes rusos en estas circunstancias, la mayor parte, anónimos. Precisamente, Elena Klimova es una de las personas que aparecen con declaraciones cuidadosamente dosificadas a lo largo de la cinta. Tuvo que dimitir de su empleo como periodista al mostrar su afecto por otra trabajadora, pese a que era su pareja. La artífice de esta comunidad online se plantea, incluso, abandonar su país para buscar un lugar donde pueda ser ella misma, al igual que les ocurre a muchos otros.  

jueves, 2 de julio de 2015

LOS MISMOS JÓVENES DECADENTES (2014)


Desde que el director norteamericano Larry Clark dio el salto a la fama en el mundo del cine más independiente con su segunda cinta “Kids” (1995), no hemos visto más que desfilar las principales obsesiones del artista a través de diferentes personajes que pecaban de jóvenes marginales sumergidos en el descubrimiento sexual y de las drogas. Poco han variados estos temas en su filmografía, a excepción de contadas ocasiones, y, una vez más, se repite el esquema con uno de sus últimos largometrajes “The Smell of Us”, una clara fotocopia de aquella obra maestra reproducida casi 20 años después. Tal vez pueda sonar a lo de siempre y, en parte, es cierto que no se desvía mucho de ese arriesgado camino que en su día tomó, pero es sumamente enriquecedor ver el cambio evidente en la juventud de entonces y en la de ahora. Seguimos moviéndonos entre familias disfuncionales, sexualidad, la búsqueda de la libertad, la rebeldía en plena adolescencia, el consumo de drogas, la prostitución y la marginalidad. Cuestiones que, como vimos en su antecesora, también se recogen en esta nueva producción y es que el autor sigue siendo un gran provocador.

París se antoja como el escenario principal para una pandilla de skaters, que se apoderan de espacios para su ocio, pero tras este telón aparentemente normal, algunos de ellos permanecen tirados en oscuros y solitarios rincones, decaídos, aburridos, jugando o entablando amistades con vagabundos, dando la cara a plena luz del día para entregar sus cuerpos al primer postor o tonteando con el alcohol y demás sustancias. Pocos muestran rasgos físicos de madurez, apenas son unos cuantos críos paseando por las calles, pero, más allá de esa imagen, se esconden problemas realmente serios, ansias de crecer demasiado rápido, de coquetear con el mundo adulto cuando aún ni siquiera deberían estar a las puertas. Entre ellos destaca Math (Lukas Ionesco), con una belleza clásica, angelical, cándida y virginal que le hace parecer vulnerable, pero a la vez posee un toque de oscuridad, de dolor y rencor por lo que le rodea. Junto a su amigo J.P. (Hugo Behar-Thinières), utilizan las redes para venderse a, sobre todo, ancianos pedófilos a cambio de unos jugosos billetes.

miércoles, 1 de julio de 2015

SANDRO, PATÉTICO Y ENAMORADO (2014)


Qué pocos títulos de cine georgiano llegan a nuestras manos, por lo que si tenemos una mínima oportunidad, no está de más aprovechar y conocerlo más profundamente. Una industria que aún a día de hoy sigue siendo una gran desconocida y que siempre da la sensación de estar demasiado lejos. Muy en la línea de la nueva ola del este europeo, el director y guionista Levan Koguashvili presentó en 2014 su segundo largometraje, “Blind Dates”, tras pasar por el mundo del cortometraje y el documental.

Sandro (Andro Sakhvarelidze) es el protagonista de esta película. Rozando la cuarentena, aún sigue viviendo con unos padres, que le tratan como si fuera un niño pequeño. Siempre debe pedirles permiso para coger el coche o para macharse un fin de semana de la ciudad. A pesar de trabajar en un instituto como profesor de historia, no parece tener prisas por madurar y mucho menos por tener responsabilidades. Junto a su amigo Iva (Archil Kikodze), comienzan a tener citas con mujeres que conocen a través de Internet, pero todo cambiará cuando Sandro se encuentre con Manana (Ia Sukhitashvili), la madre de una de sus alumnas. Ambos se enamoran prácticamente de inmediato, pero ella está casada con un presidiario bastante celoso y dominante, Tengo (Vakho Chachanidze), que saldrá pronto de la cárcel y complicará la vida del protagonista.

Una trama construida a partir de diferentes situaciones absurdas e inesperadas, pero no nos confundamos. Bajo toda esa máscara de sutil comicidad que tan sólo nos despierta alguna que otra ligera sonrisa, se esconde un drama cotidiano muy suavizado, con un personaje principal que resulta patético y quizás decir este calificativo sería quedarse corto. Conocemos su triste realidad a un ritmo pausado hasta que Tengo entra en escena. A partir de ese momento, Sandro ve cómo su rutina se rompe para dar paso a escenas que pretenden ser irrisorias y divertidas, en las que simplemente se deja llevar, sin poner ningún impedimento ni expresar sus emociones. Atraído por Manana, no es capaz de negarse a nada y es por eso que, en más de una ocasión, asume las consecuencias de otros. Koguashvili sabe sacar partido a sus miserias y precisamente por ésto es inevitable reírnos de su tragedia, pero nunca con maldad, al contrario. El autor consigue que sintamos cierta empatía y que su protagonista nos enternezca mínimamente, sobre todo, en los momentos más agridulces.