miércoles, 23 de diciembre de 2020

LA GRAVEDAD EN EL ARTE (1961)

La artista estadounidense Marie Menken sigue siendo objeto de investigación en la actualidad. Ignorada por la historia del cine no narrativo hasta hace pocas décadas, la cineasta dejó un valioso legado dentro de la experimentalidad tanto del séptimo arte como de las bellas artes. Deseosa de transmitir la idea de que la pintura no tiene por qué ser estática, su filmografía rindió las cuentas necesarias entre ambas artes. Con el tiempo, se han comenzado a valorar los escritos dejados por los vanguardistas modernos en los que Marie Menken era considerada una de las artistas más importantes de esta etapa. En cambio, los libros acabarían tristemente otorgándole el único papel trivial de toda su trayectoria, la protagonista de “Chelsea Girls” (1966), la obra de Andy Warhol en la que el talento superó a la popularidad. Considerada mentora y musa de contemporáneos como Kenneth Anger, Stan Brakhage o Jonas Mekas, entre otros; la directora comenzó su andadura cinematográfica en 1945, año en el que vio la luz el cortometraje “Variations on Noguchi” (1945), en donde puso en funcionamiento su famosa cámara Bolex que tanto utilizaría durante su carrera para ponerla al servicio de la creatividad y el arte.

Este diálogo entre el cine y la pintura fue aún más evidente en la pieza “Drips in Strips”, un metraje abstracto, contemplativo y, en definitiva, de puro movimiento. Sin duda, no podría ser más revelador. Menken ya contaba con gran experiencia en el “action painting” y como tal, quedó reflejado en esta obra, un único metraje pintado a mano en el que la pintura se transforma frente a nuestra mirada en forma de salpicadura, efectuando sus movimientos en base a la gravedad. A través de él, podemos observar los patrones que se construyen en su resbaladiza caída, combinados con los juegos de colores, tal y como describiría ella misma. Rodado en 16 mm., no cuenta con sonido, aunque tampoco sea necesario. En apenas 2 minutos escasos de duración, la pintura juega consigo misma, borrando el rastro de su propio ser anteriormente configurado de la misma manera.