jueves, 13 de agosto de 2015

LAS PRETENSIONES DEL PRÍNCIPE (2014)



El cuarto largometraje del director estadounidense Brian A. Miller, “The Prince”, se mantiene dentro del thriller criminal, pero, en esta ocasión, cuenta con un elenco actoral de lujo. Los veteranos Bruce Willis y John Cusack encabezan un cartel en el que también vienen acompañados por Jason Patric y la estrella surcoreana Rain. Muchas esperanzas se pusieron sobre este proyecto que, a simple vista, parecía infalible y todo un taquillazo. Su historia, pese a ser la misma una y otra vez, captaba el interés de todo fanático no sólo del género, sino también de los actores que lo abanderaban.

Paul (Jason Patric), un asesino retirado del mundo de la acción, se ve obligado a retomar sus antiguas actividades para vengarse de sus enemigos por haber secuestrado a su hija, Beth (Gia Mantegna). Omar (Bruce Willis) es el principal de sus objetivos y con quien aún tiene varios asuntos pendientes. Y así es cómo se resume otro violento relato sobre la venganza, con un argumento que ya hemos visto multitud de veces en películas y series de televisión. Precisamente, en ésto debería haber pensado el cineasta a la hora de vender este producto, introduciendo algún elemento sorpresa o explotando las posibilidades técnicas para complementar una trama predecible de principio a fin. No obstante, la decisión de gastar la mayor parte del presupuesto en llamar la atención de los seguidores con el reclamo de unos cuantos nombres de estrellas, aspecto que ya de por sí se aprecia en un trailer dedicado, sobre todo, a ellos, no sonaba tan mal de no ser porque todos salen bastante mal parados.

Patric se hace cargo de un protagonista al que le persigue un pasado que desea dejar atrás, ese típico héroe supeditado a las circunstancias que le rodean, pero del que no sentimos ni la más mínima empatía en manos de este actor. Inexpresivo en todo momento, no consigue ponerse en la piel de su personaje e, incluso, parece forzado al decir sus diálogos por falta de entusiasmo y empeño. Por su parte, los dos grandes pesos pesados de la cinta, Bruce Willis y Cusack tampoco corren mejor suerte. El primero, en su atractivo papel de antagonista, podría haber prescindido de este proyecto que no supone absolutamente nada en su exitosa carrera. Lejos de las interpretaciones a las que estamos acostumbrados, encarna un personaje totalmente plano, típico y sin interés alguno. En cuanto al desaprovechado Cusack, como Sam, poco se puede decir de un excelente profesional que es utilizado durante escasos minutos para un par de escenas.

miércoles, 12 de agosto de 2015

MENTES AL DESCUBIERTO (2013)



En los últimos tiempos hemos visto que el thriller de origen surcoreano ya es un sello de calidad, pero para llegar a este punto de éxito, han sido necesarias muchas cintas que sacrificar y otras cuantas que no destacan de entre la media. Precisamente, entre éstas se encuentra “Psychometry” (“The Gifted Hands en su título inglés), el largometraje realizado por el director y guionista Kwon Ho-Jung que incorpora ciertos toques de ciencia ficción en un relato que sigue con el empeño del tradicional género que tantos beneficios da a los cineastas nacionales tanto en taquilla como en festivales de renombre.

Historias de violencia y crueldad que se alejan, en cierta manera, de los patrones de los clásicos occidentales del género. Bajo esta tesitura, la trama parte del personaje de Chun Dong (Kim Kang-Woo), un detective de mala fama que investiga un caso de secuestro y asesinato de una niña. En una de las escenas del crimen, en plena calle, aparece un graffiti que desvela ciertas claves del fatídico suceso. Desde ese momento, el autor de éste, Kim Joon (Kim Bum), que posee el don de la psicometría, es decir, que conecta con la mente de otras personas a través del tacto, se verá perseguido por un policía desesperado por cumplir con esta investigación.  

Los primeros instantes del metraje prometían ser de máximo interés al incorporar cierta originalidad en su argumento, pero en ningún momento despunta, aunque sí permite pasar un buen rato frente a la pantalla. La elegante comicidad en sus diálogos agiliza una narración que no contiene ni dosis de venganza, como la inmensa mayoría de estas cintas, ni duras escenas de violencia, ya que, durante los casi 110 minutos de duración,  mantiene una estela muy sencilla, simple y sin grandes pretensiones. Junto a los toques de humor negro, se suma un elemento fantástico que, al menos, mejora la calidad de la producción y consigue diferenciarla del resto de thrillers del mercado. Kim Joon tiene la capacidad de introducirse en la mente de los demás al establecer contacto con su mano, un aspecto que hace fluir con ligereza la trama y, sobre todo, la ausencia de pistas y el estancamiento al que se enfrenta el policía.

martes, 11 de agosto de 2015

EL PLACER DEL CAOS (2012)



El baño de intensos colores que nos ofrece el cineasta estadounidense Andrew Thomas Huang a través de “Solipsist” resulta una experiencia asombrosa. Tras la exhibición de su primer cortometraje, “Doll Face”, en 2007, el director se abrió paso en varios festivales y en el mundo de la publicidad y del videoclip, con proyectos junto a los islandeses Sigur Ros y Björk, para la que realizó una pieza de realidad virtual en 360º con la presentación de “Stonemilker”, tema extraído de su último álbum “Vulnicura”.

Con el Premio del Jurado del Festival de Slamdance de 2012 entre sus manos, este trabajo de corte experimental no viene a expresar nada a partir de su guion, ya que la labor estética y visual es la que cobra máxima importancia. Construido a partir de la idea del “solipsismo”, es decir, de la creencia metafísica en la mente de uno mismo, del yo propio, Huang crea tres espacios totalmente distinguidos. El metraje comienza con dos mujeres situadas espalda contra espalda. Con un suave balanceo en aumento, las ramas las rodean poco a poco hasta que la vegetación las absorbe. En su segunda parte, el espacio se disuelve para mostrar a una serie de criaturas acuáticas que interactúan hasta multiplicarse e invadir todo el mundo submarino que iluminan con sus destellos chispeantes. Finalmente, el autor cierra su título con dos hombres que, aparentemente, surgen confrontados como si fueran a iniciar un clásico duelo. Con el cuerpo pintado, de su unión se desprende arena de color extraída de su interior hasta generar un placentero caos explosivo.

viernes, 7 de agosto de 2015

UN AMOR MÁS ALLÁ DEL TIEMPO (2014)



A la vista está que, aunque una película cuente con un excepcional elenco actoral, si la historia se construye a base de clichés con una temática que vemos constantemente en cartelera, la fórmula no funciona. El director neoyorquino Akiva Goldsman dejó atrás el mundo de las series televisivas para debutar en el séptimo arte con “Cuento de Invierno”, un largometraje basado en la novela del escritor estadounidense Mark Helprin y enfocado en la fantasía de un amor que es capaz de superar cualquier tipo de barrera por imposible que sea.

Peter Lake (Colin Farrell) es un ladrón de origen irlandés que, por casualidades del destino, conoce a una bella joven gravemente enferma desde hace varios años. Beverly Penn (Jessica Brown Findlay) se encuentra en el interior de su lujosa casa cuando el protagonista se cuela sigilosamente para robar, pero, en su primer encuentro, se enamoran inesperadamente. Desde ese momento, Lake se ve envuelto en arriesgadas circunstancias que le llevan a enfrentarse, incluso, a su propio jefe, Pearly Soames (Russell Crowe), que, además, trabaja para el mismísimo diablo (Will Smith). Sin embargo, su amor por Beverly le hará imparable, hasta el punto de viajar en el tiempo por ella.

El único encanto de esta cinta recae sobre los nombres que configuran su cartel, puesto que el guion simplemente desarrolla un mediocre romance poco atrevido y edulcorado que carece de total interés. En esta ocasión, el galán viene encarnado por Farrell, que, a pesar de tener un papel bastante sencillo, realiza una labor decente sin sobresalir por encima de sus compañeros. Por su parte, Jessica Brown, a quien volveremos a ver en la gran pantalla el próximo noviembre con el nuevo filme de Paul McGuigan, “Victor Frankestein”, en el que también participa Daniel Radcliffe, cuenta con el beneplácito de la crítica en lo que viene siendo una más de las jóvenes promesas del cine hollywoodiense. Su cálida y encantadora belleza eclipsa en todo momento, consiguiendo una estupenda química con Farrell en lo que, probablemente, sea uno de los trabajos más insípidos que lleve a cabo en su trayectoria.

jueves, 6 de agosto de 2015

DINERO, SEXO Y DROGAS (2013)



Es indudable que “El Lobo de Wall Street” es una de las cintas más gamberras del veterano cineasta Martin Scorsese. Tres horas de máximo desfase pasado de rosca con excesos de todo tipo y una historia repleta de exuberancias hasta el extremo. El afamado autor se embarcó en un trabajo de lo más intrépido y chispeante, sobre el que reposa toda la comicidad en el personaje de Jordan Belfort (Leonardo DiCaprio), un sobradamente carismático broker sin conciencia que llega a Wall Street como una especie de huracán. Gracias a su descaro, se convierte en multimillonario a través de un negocio fraudulento junto a su compañero Donnie (Jonah Hill). El dinero le lleva a la locura de una vida de desenfreno, adicción a las drogas, al alcohol y al sexo. El largometraje, basado en las memorias del ex-corredor de bolsa Jordan Belfort, retrata no sólo su extraordinaria subida a la cúspide y su enriquecimiento durante la década de los 80, trayectoria que recogieron multitud de medios de comunicación, sino que, además y, como no iba a ser menos, su estrepitosa caída directa a la realidad, que fue aún peor.

Sus 5 nominaciones a los Oscars en 2013, entre las que se incluye la de mejor película y director, recompensaron, en parte, el esfuerzo de Scorsese y DiCaprio, quien puso todo su empeño para adjudicarse este proyecto tras varios años de insistencia. Un dúo inseparable desde “Gangs of New York” en 2002, donde realizaron una estupenda primera colaboración y que les ha llevado a seguir aliándose hasta, incluso, conseguir concentrar al gran Robert De Niro y Brad Pitt en el cortometraje “The Audition”, que se proyectará el próximo septiembre durante la 72ª edición de la Mostra de Venecia. 

miércoles, 5 de agosto de 2015

LAZOS DE SANGRE ROTOS (2013)



Hace ya mucho tiempo que el afamado director japonés Hirokazu Kore-eda se ganó un meritorio hueco entre los cineastas asiáticos contemporáneos más importantes gracias no sólo a los éxitos que ha cosechado a lo largo de su carrera, sino también a la sensibilidad con la que trata ciertos temas que resultan peliagudos. En esta ocasión, su trabajo sigue profundizando en la cuestión de la familia, pero partiendo una premisa que nos hace reflexionar, incluso, antes de visualizar “De Tal Padre, Tal Hijo”. Dos niños fueron intercambiados al nacer por error del hospital y, tras 6 años de desconocimiento por parte de los padres, el centro les reúne para explicarles el fatídico incidente, proponiéndoles la posibilidad de cambiar el futuro de los críos o mantener la situación tal y como está.

El autor trata de ponernos en la piel de todos los personajes, de tal forma que, en todo momento, nos sentimos partícipes de su existencia, obligándonos a plantearnos qué haríamos nosotros ante tan delicada circunstancia. ¿Sería más correcto quedarnos con el pequeño que hemos estado criando como hijo durante todos estos años o es más legítimo recibir al nuevo miembro por ser sangre de tu sangre? El tema que, por desgracia, tiene un alcance universal y que en los últimos años ha sido bastante sonado en España, resulta más complejo bajo la mirada del tradicionalismo y las costumbres asiáticas. Los lazos de sangre condicionan su forma de vivir e, incluso, la sociedad nipona es capaz de determinar el tipo de personalidad que se tiene gracias al grupo sanguíneo al que pertenecemos. Por supuesto, Kore-eda se sirve de ello para realizar una suave crítica al condicionamiento que se establece a partir de unos valores que se han quedado obsoletos.

martes, 4 de agosto de 2015

LA PROVOCACIÓN DE ANGER (1964)


Probablemente, ver a día de hoy el mediometraje “Scorpio Rising”, del director estadounidense Kenneth Anger, no tenga el mismo impacto que causó entre los primeros privilegiados que pudieron visualizarlo en 1964, pero, sin lugar a dudas y transcurridos ya 50 años, sigue respirando originalidad y provocación a raudales. Autor polémico donde los haya, de cuyo talento salieron varias obras que son consideradas clave en la historia del cine, resulta toda una referencia en el plano experimental e independiente. De sus creaciones salió la inspiración de otros tantos cineastas, como el mítico David Lynch, que vieron cómo Anger influyó en el transcurso de sus carreras.

Es posible que muchos sigan pensando que esta pieza peca de incomprensible en su historia, pero estamos ante un trabajo que no tiene guion y mucho menos una estructura convencional. Durante los 30 minutos de metraje, observamos a un grupo de moteros como únicos personajes. Los elementos nazis y religiosos se suceden constantemente, mientras se entrelazan cuestiones como la homosexualidad, la humillación, el sadomasoquismo, la violencia, el fetichismo y la libertad sexual. Pese a que los años 60 parecían abrirse poco a poco a tiempos más progresistas, aún quedaba la mayor parte del recorrido, por lo que sencillamente era impensable que alguien incluyera tal bomba narrativa en el cine, puesto que la mano de la censura acechaba implacablemente, tal y como, desgraciadamente, ocurriría con “Scorpio Rising”.

lunes, 3 de agosto de 2015

AQUELLOS PASTELOSOS OCHENTAS (1986)



La generación de los 80 tuvo el placer de criarse prácticamente con un cine dedicado a ellos en exclusiva. Hablamos de aquellas comedias románticas que captaban la atención de todo adolescente y que solía catapultar a jóvenes promesas que hoy en día ya son actores y actrices consagrados, aunque muchos de ellos se quedaran por el camino y acabaran haciendo carrera en televisión ganando una popularidad bastante reducida. No obstante y, mirándolo por el lado bueno, pocos pueden decir que su trayectoria se acabó en aquella década.

El director estadounidense John Hughes fue uno de los cineastas más sonados de aquellos años y es que sabía perfectamente cómo enganchar a sus espectadores con historias divertidas, pero que, a su vez, reflejaran los problemas de una franja de edad que hasta entonces era la gran incomprendida. El clásico “Dieciséis Velas” (1984), con una interesante pelirroja de nombre Molly Ringwald, que acabaría siendo la reina del subgénero, daría paso a la conocida “La Mujer Explosiva” (1985), “El Club de los Cinco” (1985), que acabaría siendo su obra más aclamada por la juventud, o “Todo en un Día” (1986), protagonizada por un pícaro Matthew Broderick. A ellas les seguirían muchas otras cintas que, aún hoy, siguen siendo carne de cañón para la caja tonta y es que Hughes fue y sigue siendo un artista indispensable en nuestro ocio.

Para “La Chica de Rosa” volvió a contar con Ringwald, pero, en esta ocasión, cedió su sitio tras las cámaras al neoyorquino Howard Deutch. Sin embargo, siguió en las sombras como guionista del proyecto, al que consiguió darle su propia autoria mientras se encontraba inmerso también en el rodaje de “Todo en un Día”. De nuevo, su inteligente y sencilla fórmula de conquista funcionó a través de la historia de Andie (Molly Ringwald), una creativa estudiante de clase humilde que ha sido abandonada por su madre y cuyo padre continúa desempleado. Cada día sufre el acoso de sus compañeros de clase, mientras que dedica sus sueños a Blame (Andrew McCarthy), el típico chico popular y de buena familia que resulta ser bastante tímido. Su mejor amigo desde la infancia, Duckie (Jon Cryer), esta enamorado de ella a pesar de conocer sus sentimientos, por lo que no duda en intentar quitarle de la cabeza la idea de salir con Blame.