lunes, 27 de julio de 2015

VÍCTIMAS DEL APOCALIPSIS (2013)


El director británico Kevin Macdonald no pierde la costumbre y sigue adaptando novelas para la creación de sus proyectos. Tras incorporar un nuevo documental a su trayectoria, “Marley” (2012), dedicado, obviamente, al mítico cantante jamaicano Bob Marley, regresó al mundo de la ficción con “Mi Vida Ahora”, presentada en el Festival de Sitges en 2013 y protagonizada por una Saoirse Ronan que siempre procura cumplir a la perfección con sus trabajos. La actriz, que estrenaba poco antes la producción irlandesa “Byzantium” (Neil Jordan, 2012), precisamente, una edición antes del mismo certamen, regresaba interpretando a Daisy (Elizabeth), una jovencita estadounidense que se encuentra veraneando en Reino Unido, en la casa de sus primos, cuando, de repente, estalla un conflicto bélico contra el terrorismo. La familia se verá envuelta en desagradables circunstancias con el único fin de sobrevivir a toda costa.

Poco conoceremos de las causas por las que estalla una guerra tan repentinamente y, gracias a los diálogos y los medios de comunicación implícitos en la obra, extraemos algunas ideas aleatorias sobre el terrorismo y el fascismo sin llegar a una conclusión concreta de lo que está ocurriendo. No obstante, no se trata de una problemática del propio guion, extraído de la novela de Meg Rosoff y realizado conjuntamente por Jeremy Brock, Tony Grisoni y Penelope Skinner junto a la colaboración de Jack Thorne en cuanto a material adicional se refiere. No es importante saber por qué se encuentran en esa situación los personajes, sino que tan sólo funciona como telón de fondo para centrarnos concretamente en los aspectos más importantes de la narración, como es la lucha por la supervivencia y el comportamiento de personas débiles ante obstáculos que implican fortaleza. Ronan está presente a lo largo de toda la acción. Ella es la verdadera protagonista, aunque está inevitablemente supeditada a los secundarios. El papel de Daisy no supone ningún problema para esta joven actriz que ha tomado fuerza en los últimos años, sobre todo en el género del drama.

Acostumbrados a los híbridos como buen producto contemporáneo, “Mi Vida Ahora” combina thriller, drama y romance en un futuro distópico, pero es en la historia de amor en la que el largometraje falla por completo y es que apenas se aprecia conexión con el mundo creado, no despierta en absoluto interés y, por tanto, resulta más que dispensable en un guion que podría haberse centrado en todo momento en la intriga. En este caso, Daisy parece mostrarse distante y casi intimidatoria para el joven Eddie (George MacKay), pero, por alguna extraña razón, ambos quedan ligados por una relación que surge de golpe y de forma muy poco verosímil, y que, por el conflicto bélico, no podrá desarrollarse con normalidad. El personaje de MacKay resulta soso, casi sin vida y sin carisma, mientras que el resto de secundarios pierden protagonismo según van pasando los minutos, en especial, la presencia de Tom Holland como el personaje de Isaac, sin profundidad y casi sin voz ni voto.

En un ambiente alegre y campestre que se retuerce brillantemente en las sombras y en la atmósfera siniestra del belicismo se desarrolla “Mi Vida Ahora”. Ese toque apocalíptico es el escenario que se despliega sobre las personas que no forman parte del conflicto, que son víctimas de las decisiones políticas. No obstante, y pese a tan cuidado trabajo técnico, la narración va perdiendo fuelle poco a poco, sobre todo, en la segunda mitad del metraje, dejando al aire el trato de una trama de la que se podría haber sacado mayor partido frente a una fotografía y dirección de calidad. Por supuesto, entre sus siguientes trabajos, Macdonald ha seguido probando suerte en el mundo televisivo con la creación de una serie para la que ha contado con la ayuda del cineasta británico James Strong. “11/22/63” (2016) es otra adaptación más en la filmografía el autor, pero, en esta ocasión, de uno de los libros del gran escritor Stephen King. Ni qué decir que, tras ella, seguiría “Oasis (2017), inspirada en el libro del escrito neerlandés Michel Faber. El cineasta parece que no se decide a lanzarse de lleno fuera de su zona de confort, manteniendo una trayectoria profesional en la que sus obras cuentan con, al menos, el respaldo de haber tenido cierto potencial en el ámbito de la literatura.

Lo mejor: la originalidad de un drama post-apocalíptica algo más "realista" de lo que nos tienen acostumbrados. La interpretación de Saoirse Ronan.

Lo peor: el desaprovechamiento de algunos actores como Tom Holland y que todo se centre más en un romance cada vez más pasteloso.



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