martes, 4 de agosto de 2015

LA PROVOCACIÓN DE ANGER (1964)


Probablemente, ver a día de hoy el mediometraje “Scorpio Rising”, del director estadounidense Kenneth Anger, no tenga el mismo impacto que causó entre los primeros privilegiados que pudieron visualizarlo en 1964, pero, sin lugar a dudas y transcurridos ya 50 años, sigue respirando originalidad y provocación a raudales. Autor polémico donde los haya, de cuyo talento salieron varias obras que son consideradas clave en la historia del cine, resulta toda una referencia en el plano experimental e independiente. De sus creaciones salió la inspiración de otros tantos cineastas, como el mítico David Lynch, que vieron cómo Anger influyó en el transcurso de sus carreras.

Es posible que muchos sigan pensando que esta pieza peca de incomprensible en su historia, pero estamos ante un trabajo que no tiene guion y mucho menos una estructura convencional. Durante los 30 minutos de metraje, observamos a un grupo de moteros como únicos personajes. Los elementos nazis y religiosos se suceden constantemente, mientras se entrelazan cuestiones como la homosexualidad, la humillación, el sadomasoquismo, la violencia, el fetichismo y la libertad sexual. Pese a que los años 60 parecían abrirse poco a poco a tiempos más progresistas, aún quedaba la mayor parte del recorrido, por lo que sencillamente era impensable que alguien incluyera tal bomba narrativa en el cine, puesto que la mano de la censura acechaba implacablemente, tal y como, desgraciadamente, ocurriría con “Scorpio Rising”.

La intensidad expresada a través de unas imágenes que esconden mensajes subliminales es el punto clave y de mayor interés de la película. Su explícita provocación se hace verdaderamente llamativa y arriesgada, pero no deja de formar parte de un trabajo que investiga los medios que proporcionaba el séptimo arte de tiempos pasados. Con un montaje casero, aspecto que le suma mérito al asunto, la cinta parece, a simple vista, la unión de un conjunto de videoclips que van acompasados por los hits del momento y que comparten una misma estética. Elvis Presley, Ray Charles, Martha Reeves & The Vandellas o Ricky Nelson, entre otros, acompañan a una obra que se ha tejido a partir de una red de significados y reflexiones con las que claramente se explica que Anger sea uno de esos cineastas esenciales y perdurables en la historia.


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