martes, 23 de junio de 2015

EL PECADO DEL EXCESO (2014)


Muchos conocen al director nipón Tetsuya Nakashima principalmente por “Confessions” (2010), una cinta que se coló dentro de la programación del Festival de Sitges de 2010 y que nos presentaba un baño de violencia con un thriller psicológico bastante bizarro entre una profesora y sus alumnos. Atrás quedan “Kamikaze Girls” (2004), con la que se adentró en el mercado internacional de forma muy tímida, o “Conociendo a Matsuko” (2006), que llamó la atención en diversos certámenes asiáticos. Cuatro años pasaron sin tener noticias de él, pero el cineasta regresó con otro largometraje, “The World of Kanako”, que mantiene ese toque grotesco en su historia gracias a la decrépita imagen que construye de Japón.  

Kanako Fujisjima (Nana Komatsu) desaparece de repente en pleno Tokio, dejando destrozada a una familia desestructurada. Su padre, Akikazu (Kôji Yakusho), inicia una búsqueda exhaustiva para investigar lo que le ha ocurrido a su hija. Antiguo policía y alcohólico, no duda en verter la sangre de quien se cruce por un camino en el que poco a poco descubrirá lo más oscuro de la adolescente.

Bien es cierto que, contar con tal elenco, genera mucho interés, sobre todo entre los seguidores Yakusho, que cuenta con una extensa carrera y con multitud de películas bajo la batuta de los más grandes realizadores nacionales, como Kiyoshi Kurosawa, Shinji Aoyama o Takashi Miike, con los que ha repetido experiencia en varios trabajos. Igualmente, Nakashima vuelve a contar con este gran actor tras la excelente labor realizada en “Paco and the Magical Picture Book” (2008). En esta ocasión, su papel se acerca demasiado al perfil del coreano Choi Min-Sik en “Old Boy” (Park Chan-Wook, 2003), con ese lado tan vengativo y cruel refugiado en una buena causa. Nos atrae que el protagonista sea el perfecto antihéroe y disfrutamos de sus imperfecciones. Como veterano en la profesión, vuelve a adaptarse con naturalidad en este nuevo rol, con el que obviamente ensombrece al resto de compañeros, los cuales no hacen nada más que desfilar ante su presencia. Un gran número de personajes que representan a la sociedad japonesa actual en todas sus vertientes y, por supuesto, en su mayor decadencia. Junto a él, figuran los afamados Jun Kunimura y Satoshi Tsumabuki, o el internacional Jô Odagiri con intervenciones poco llamativas.   

Con esta adaptación de la novela de Akio Fukamachi, el autor se pasea de nuevo por el género thriller, sorprendiéndonos no sólo con su trepidante montaje, sino también con la intercalada narración entre tres hilos temporales diferentes. Deja a un lado lo más convencional para convertir una simple historia en algo salvaje y violento. No obstante, la rapidez entre escenas, que intercalan las tres subtramas constantemente, y la inmersión de tal variedad de personajes, exige una mayor concentración comparado con otras películas de similar estilo y es que el director no mide lo excesivo en “The World of Kanako”.

Las putrefactas calles de Tokio se rinden ante el maltrato, las drogas y la pedofilia, representadas con furia y sobre las que se vierten litros y litros de sangre. La perversión mina la inocencia y todo lo que aparentemente es normal se vuelve mundano. Un juego que lentamente pierde fuelle en su parte final, donde, tras casi dos horas de metraje, nos sentimos exhaustos ante tanta intensidad e información que asimilar, impidiéndonos, incluso, parpadear para no perdernos ni un solo detalle. Toques de humor negro y mucho gamberrismo retorcido que nos enseña la otra cara de la adolescencia, de quienes poseen una maldad oculta casi descabellada, pero en todo momento más que creíble, fruto de una educación poco correcta y descuidada.

Pocos cineastas se atreven a tal esquizofrenia visual y es que Nakashima compone su largometraje a base de música clásica para las escenas más violentas y j-pop para las más convencionales. Un extraño caos que comienza con unos créditos al estilo pulp setentero, explotados por Tarantino, entre otros. La imagen granulada se une a un montaje cercano al videoclip, que intercala ciertos fotogramas sobre los que se dibuja sangre salpicada y animación más propia del manga japonés.

Tal vez “The World of Kanako” no supere la calidad de “Confessions”, pero el retrato tan oscuro de Japón se mantiene junto a la crítica social que realiza, rozando lo enfermizo, mientras nos entretiene ese fabuloso juego que realiza el autor con sus marionetas, a las que no siempre les tiene que llegar un final feliz. 6/10

Lo mejor: dosis de violencia y sangre gratuita en escenas de pura acción trepidante. El estupendo elenco actoral con grandes veteranos del cine nipón.

Lo peor: a veces es mejor no pecar de excesivo y, en este caso, el director sobrepasa los límites con demasiados hilos argumentales y un desfile de personajes que se hace innecesario a veces.



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