sábado, 30 de abril de 2022

AL SERVICIO DE LA HISTORIA (1942)

El director, animador y compositor estadounidense Wilfred Jackson es recordado por su colaboración para el diseño del primer protagonista animado de la factoría Disney, Mickey Mouse. Sin embargo, este emblemático recuerdo también se enlaza con una etapa más oscura dentro de la industria. En plena Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos presionó a la compañía para crear un paquete de cortometrajes propagandísticos de diferente índole: desde las instrucciones para ayudar al país dentro del conflicto o el adiestramiento de las tropas hasta la caricaturizada imagen del pueblo alemán, el nazismo y Hitler, entre otros. Desde luego, que Disney se pusiera al servicio del gobierno suponía que la productora se viera perjudicada económicamente, puesto que, ya de por sí, su dedicación debía ser exclusiva, implicando que otros proyectos más comerciales y rentables se vieran aplazados. Además, el pago estatal por el servicio fue de lo más ajustado, entendiéndose como un menor beneficio. Por otro lado, la proyección de este corto en nada menos que 12.000 salas fue totalmente gratuita, por lo que esto podría llevar a que los exhibidores exigieran la reducción al mínimo de los precios de sus futuros trabajos. Sin embargo, rechazar al gobierno estadounidense en un momento tan delicado podría haber supuesto aún más problemas.

Precisamente, una de las obras más populares y controvertidas de esta etapa que pasó a la historia del cine como un ejemplo más de los diferentes métodos de persuasión utilizados es “The New Spirit”, que nació al albor del conflicto de Pearl Harbor. Su producción respondía al inicio de una campaña de recaudación de impuestos, pero, a su vez, suponía el primer proyecto gubernamental de esta naturaleza para Disney. Su protagonista, la estrella que acabó siendo habitual en este tipo de trabajos de animación de la factoría, el Pato Donald, explica, de una forma muy simple y simpática, al espectador de entonces cómo rellenar los formularios para tal ocasión, pero, además, recuerda la importancia de hacerlo ante tal contexto. Se trata de un metraje elaborado con prisas, en tan solo tres meses, cuya producción se llevó a cabo paralelamente a otros encargos del gobierno con el fin de que pudiera ser exhibido en cines antes de que terminara el ejercicio tributario del año anterior.

Con jornadas de trabajo de más de 18 horas diarias en palabras que la propia productora reveló a través de los medios de comunicación, su guion fue creado en tan solo tres días gracias a la labor realizada por los guionistas de “Dumbo” (Ben Sharpsteen, 1941), Joe Grant y Dick Huemer, aunque, al ser inicialmente rechazado, se acabó utilizando en otro de los cortometrajes emblemáticos de la época, “Der Fuehrer’s Face” (Jack Kinney, 1942). Así pues, el Pato Donald pasó a representar al ciudadano medio más patriótico. Su breve historia, iniciada al compás de “Yankee Doodle Spirit”, del compositor Oliver Wallace; presenta al personaje intentando apoyar las decisiones del gobierno a toda costa con su habitual humor, pero evitando pagar los impuestos al restarles importancia. Gracias a la voz del narrador, se percata de que es esencial contribuir económicamente a la causa, representando un aprendizaje para todo ciudadano. Así pues, la imagen divulga cómo eran los nuevos impresos más simplificados y el proceso a seguir.

“The New Spirit” también es recordada por haber batido en su momento el tiempo de producción de un cortometraje de animación al que acompañó con una campaña de publicidad sin igual para su exhibición. De hecho, la polémica partió de su amplia financiación hasta llegar al mismísimo Congreso de los Estados Unidos, en donde se presentó el contrato con Disney dentro de los presupuestos de emergencia al ser considerada una actividad esencial. Finalmente, el Pato Donald acabó convirtiéndose en toda una figura heroica, aunque también compartiera espacio con otros emblemáticos personajes como Pluto y Minnie en “Out of the Frying Pan Into the Firing Line” (Ben Sharpsteen, 1942), una obra que alentaba a las amas de casa a entregar los desechos de aceite de su hogar para la creación de explosivos. Además, este paso dado por la compañía Disney, que le facilitó una nominación a los Oscars al mejor cortometraje documental, propició su posicionamiento dentro de la industria cinematográfica, siendo considerada un modelo a seguir a escala global.

 

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