martes, 28 de diciembre de 2021

UNA VENTANA AL INFINITO (2020)

De vez en cuando, podemos tener el privilegio de seguir explorando el cine de Azerbaiyán, muy comprometido con su realidad, cultura y memoria histórica. Para algunos, ofrece una mirada exótica totalmente desconocida, una ventana a un contexto social y político muy distante, mientras que otros aprecian la frescura técnica de cineastas aún por descubrir con un potencial irresistible. Este es el caso del director y guionista Hilal Baydarov, que debutó en 2018 con el magnético largometraje “Hills Without Names”, en el que se podían apreciar los primeros elementos autorales que poco a poco van distinguiendo su filmografía. Esa visión poética del mundo, en esta ocasión, a través de la figura de un errante que regresa a su país en un viaje que supone un antes y después, invita a saborear las mieles de una imagen impecable e impactante a partes iguales.

Tras su primer trabajo en la ficción, Baydarov se volcó por completo con el género documental de forma prácticamente paralela a su ópera prima. Así surge “Birthday” (2018), en donde se aprecia muy claramente la fuerte influencia que ejerció el reconocido autor húngaro Béla Tarr, uno de sus profesores en la Academia de Cine de Sarajevo. Ese blanco y negro de fuerte contraste encierra una historia sobre la soledad, la viudedad y la esperanza. Muy poco después llegaría “One Day in Selimpasha” (2018), un trabajo realmente intimista e introspectivo que se desarrolla en el interior de un pequeño apartamento. No fue hasta su siguiente obra documental, “Mother and Son” (2019) cuando el cineasta saltó a la red de certámenes de cine internacionales, en donde recibió dos nominaciones con su participación en el Festival de Cine Documental de Ámsterdam y el Festival de Trieste. Su título revela, ya de por sí, un entrañable metraje sobre los lazos maternales en la vida rural de Azerbaiyán.

miércoles, 10 de noviembre de 2021

LAS LUCES DE UNA ARTISTA OLVIDADA (1966)

La historia del séptimo arte ha resucitado no hace mucho a importantes mujeres artistas que colaboraron con una valiosa aportación cinematográfica durante el siglo XX. Precisamente, una de ellas es la directora estadounidense Marie Menken, a quien se le debía un importante reconocimiento desde hace mucho tiempo por su estilo único a la hora de experimentar con la tecnología. Su obra, perteneciente a las vanguardias modernas norteamericanas de mediados de siglo, fue ensombrecida curiosamente ante la popularidad de sus amistades, como el artista pop Andy Warhol, el pintor Stan Brakhage o los cineastas Jonas Mekas y Kenneth Anger, entre otros muchos, con quienes fundó el Grupo Gryphon para producir y visibilizar las piezas artísticas de sus miembros. Es, por ello, que Menken fue muy valorada en círculos influyentes de la sociedad, siempre con su Bolex de 16mm. a cuestas.

Su rostro puede ser, para algunos, desconocido, a pesar de haber aparecido en piezas de Warhol, como “The Life of Juanita Castro” (1965) o la emblemática “Chelsea Girls” (1966), pero, más allá de esta imagen, lo cierto es que su aportación es original y única como pocas. El cine la conquistó durante su carrera pictórica, descubriendo la posibilidad de otorgar movimiento a sus creaciones. Fascinada por el medio cinematográfico como herramienta artística, comenzó su andadura con el cortometraje “Visual Variations on Noguchi” (1945), que, como se intuye por su título, retrató parte del trabajo del escultor japonés Isamu Noguchi. No tardó en recoger nuevamente este arte de la mano del compositor nipón Teiji Ito, protagonista de una pieza musical que incluyó en su metraje de animación “Dwightiana” (1959) y posteriormente de “Moonplay” (1962). También llegaron las flores en “Glipmse of the Garden” (1957), los espermatozoides en “Hurry! Hurry!” (1957), con el que mostró su lado más humorístico; los monjes ascetas de Granada en “The Gravediggers from Guadix” (1960), la geometría basada en la pintura Broadway Boogie-Woogie, de Piet Mondrian, en “Mood Mondrian” (1961) o los experimentos con la iluminación en “Eye Music in Red Major” (1961). Con “Drips in Strips” (1961) profundizó en su lado más personal, mientras que “Arabesque for Kenneth Anger” (1961) dedicaba los recuerdos de su viaje a la Alhambra de Granada a uno de sus mejores amigos. De hecho, sus relaciones quedaron plasmadas en muchas de sus cintas, como “Lita’s Party” (1964), “Visions of Warhol” (1964) y simplemente “Andy Warhol” (1965).

miércoles, 27 de octubre de 2021

LA HUELLA PRIMITIVA DEL ARTE ABSTRACTO (1926)

El artista y director alemán Hans Richter es recordado por la historia del arte como un auténtico artesano del cine, con el que experimentó profundamente diferentes técnicas para dejar un magnífico legado, que le convirtió en uno de los artistas de las vanguardias clásicas más importantes. Su pieza “Fantasmas antes del desayuno” (“Vormittagsspuk”, 1928) es un perfecto estudio de las primitivas tendencias cinematográficas en plena década de los 20, pero, además, su valor histórico nos recuerda cómo tuvo que sortear obstáculos como la Segunda Guerra Mundial, cuando el nazismo destruyó su versión sonora, que originalmente había sido creada por el influyente compositor alemán Paul Hindemith. Más allá de esta obra, la colección conservada experimenta, en su mayoría, con el dadaísmo, especialmente durante su etapa europea, con composiciones que, visualizadas cronológicamente a partir de su trilogía abstracta “Rhythmus 21” (1921), “Rhythmus 23” (1923) y “Rhythmus 25” (1925); nos revelan la evolución en los intereses del cineasta.

Su concepción del cine le llevó a pensar en él como un complemento de la pintura, una extensión de sus creaciones artísticas a las que aportar, sobre todo, movimiento como una forma de expresión natural propia del arte moderno. Esta idea es más que evidente en su pieza “Filmstudie”, una obra que, como su propio título indica, sirvió como un experimento para que Richter siguiera profundizando en las posibilidades que le ofrecía, por entonces, este nuevo arte. A su vez, este metraje es recordado por la historia como uno de los primeros intentos que sirvieron para combinar el dadaísmo y la abstracción, aunque él mismo solía hacer hincapié en que él trabajaba más con el surrealismo. Por ello, se observa, durante casi cuatro minutos y aproximadamente 45 planos, un hipnótico collage con imágenes de rostros y globos oculares, combinados con figuras geométricas encadenadas y otros objetos borrosos que sirven a modo de transición. Las superposiciones, las rupturas estilísticas, las exposiciones múltiples, las tomas extremadamente cortas de entre dos y seis segundos y los diversos grados de opacidad fruto del montaje de la cinta confluyen en rectángulos y líneas en un blanco y negro impoluto. A veces, como si fuera un tejido, otras como si se tratara de un puzle, las piezas construyen y deconstruyen formas irregulares, tan solo interrumpidas por fotogramas obtenidos de la propia realidad, como un hombre con un martillo o unos pájaros en el muelle, que, a través de esta primitiva visión, parecen conformar su propio collage con el uso del negativo.

miércoles, 6 de octubre de 2021

LA CULPABILIDAD ANTE LA OPRESIÓN (2021)

Desde 2014, el nombre de Ferit Karahan ya no suena tan desconocido dentro del circuito internacional de festivales de cine. El director y guionista turco, que cuenta con gran experiencia en el mundo de la publicidad, saltó al panorama global a través de su primer largometraje, “Cennetten Kovulmak” (2014), una película que llegó tras probar suerte en la ficción con los cortometrajes “Berîya Tofanê” (2010) y “Xewna Yûsiv” (2012) y que le aportó cierto reconocimiento en los festivales de Ankara, en donde obtuvo tres premios; y Pesaro, en el que logró una mención especial. Este drama social sobre el pueblo kurdo y la violencia en la que conviven en ciertas zonas impulsó totalmente su trayectoria profesional, llevándole a una segunda obra un tanto fallida, “Eski köye yeni adet” (2018), que le permitió trabajar con la comedia a cambio de permanecer dentro del mercado local.

A pesar de este pequeño bache, Karahan dio a conocer su nombre dentro de Turquía, preparándose para su tercera película, “Mi mejor amigo” (2021), un drama que le encaminó nuevamente a la competición internacional a través de uno de los escaparates cinematográficos más importantes del mundo: el Festival de Berlín. Así es, la capital alemana le premió dentro de su sección Panorama, seguido de galardones muy variados en Cinema Jove Valencia, Fajr, Haifa, Ourense, Palic, Kazan e, incluso, el premio de la crítica del Atlántida Film Fest. En esta ocasión, su conmovedora historia nos traslada a un lugar remoto, las montañas del este de Anatolia. Allí, en un internado, Yusuf (Samet Yildiz) y su mejor amigo Memo (Nurullah Alaca), dos niños de apenas 12 años de edad, tratan de sobrevivir a la dura, opresiva y autoritaria rutina a la que son sometidos los estudiantes. Tras recibir un duro castigo por parte del profesor Hamza (Cansu Firinci), según el cual deben ducharse con agua fría, los amigos se marchan a dormir. A la mañana siguiente, Memo amanece enfermo, prácticamente inconsciente, por lo que Yusuf trata de avisar a los profesores. Una vez que le acompaña a la enfermería del centro, el tiempo se ralentiza ante la desesperación. Memo no mejora y los adultos no saben qué hacer con la fuerte y repentina nevada que les ha bloqueado el paso hasta el pueblo. Sin capacidad para actuar, las culpas supuran antiguos rencores, secretos ocultos y silencios incómodos, mientras Memo yace en una triste camilla.

martes, 21 de septiembre de 2021

LA TERRIBLE AMARGURA DEL ABISMO (2020)

En 2015, los medios de comunicación sacaron a la luz un escándalo que salpicó de lleno a la popular compañía alemana Volkswagen y que generó una importante crisis que supuso un forzoso punto y aparte en la empresa. El detonante fue la alteración ilegal de los resultados de los controles de emisiones contaminantes en sus coches diésel para superar las exigencias de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. Este fraude, por el que llegó a ser, incluso, premiada, le llevó a tener que compensar a los compradores con una cifra astronómica, además de una multa que obligó a la directiva de Volkswagen a tomar medidas drásticas entre litigios. Es, precisamente, esta controversia, que recibió el nombre de “dieselgate”, la que inspiró a la directora y guionista suiza Sabine Boss para su largometraje “Temporada de caza”, un trabajo que combina thriller y drama en su empeño por representar algunas curiosas similitudes con este hecho a través de la figura de un único personaje. 

En esta ocasión, Alexander Maier (Stefan Kurt) encabeza el equipo de finanzas de la compañía automovilística Walser. Su éxito en la empresa es gracias al esfuerzo, la pasión y las muchas horas de sacrificio que ha empleado con el paso de los años, pero esta dedicación no puede ser equiparable a su desastrosa vida privada. Divorciado de Jeanne Fourquet (Anna Tenta), que está tratando de rehacer su vida; y distanciado de su hijo adolescente, Theo (Sean Douglas), Alexander sigue el mismo ritmo que provocó que perdiera a sus seres queridos. Los cambios en la oficina empiezan por la llegada de Hans Werner Brockmann (Ulrich Tukur), un nuevo director ejecutivo de la compañía con el que Maier no logra sentirse cómodo, pese a los constantes acercamientos entre ambos. Tal es así que Maier comienza a sospechar que Brockmann no es el ejecutivo que pretende ser y que sus intenciones son mucho más oscuras, estallando una lucha entre ambos para evitar que la empresa se vea perjudicada y, sobre todo, sus empleados.

lunes, 30 de agosto de 2021

LA MÁGICA OSCURIDAD DE LA MÚSICA (2020)

El halo de misterio que siempre ha poseído y que aún mantiene la figura de David Bowie es precisamente lo que provoca que pocos se atrevan a realizar algún biopic, pese a que su legión de fans a escala global muy probablemente no querría perdérselo. En este sentido, el director y guionista británico Gabriel Range es uno de los pocos cineastas que se han arriesgado a plasmar en pantalla al mítico artista. Distanciándose de todo tipo de ambiciones para quedarse únicamente con el retrato de los inicios transnacionales del cantante. Con un título más que idóneo, “Stardust” nos ofrece la primera gira estadounidense que llevó a cabo David Bowie (Johnny Flynn) durante 1971 y cómo resultó todo un viaje iniciático que supuso un punto de inflexión no solo en su camino al estrellato, sino también en él mismo. Se trata, por tanto, de un momento sumamente crucial, puesto que estamos ante el nacimiento de Ziggy Stardust en los suburbios londinense y en compañía de The Spiders from Mars.

La trayectoria profesional de Range comenzó a llamar la atención a partir de su obra “Muerte de un presidente” (2006), un falso documental que jugaba con la hipótesis de un posible asesinato de George W. Bush y que se alzó con varios premios, destacando el galardón obtenido en Toronto. El autor siempre ha intentado mantenerse muy cerca de la realidad independientemente del género que maneje, como la historia de los ladrones que quisieron robar el diamante más grande del mundo en el Millennium Dome en “The Great Dome Robbery” (2002), el posible colapso del sistema de transporte británico en “The Day Britain Stopped” (2003), una recesión de Reino Unido y Estados Unidos bajo el efecto dominó generado por un ataque terrorista en “The Man Who Broke Britain” (2004), una mirada al pasado para plasmar el comercio de esclavos en Londres en “I Am Slave” (2010) o la tauromaquia en la infancia con “Little Matador” (2012). Tampoco es la primera vez que se aventura a profundizar en la vida de alguien destacado, como en “Falso profeta” (2014), sobre el líder fundamentalista mormón Warren Jeffs; o “Supersleuths: The Menendez Murders” (2003), en torno al impactante caso de los hermanos Lyle y Erik Menéndez.

miércoles, 18 de agosto de 2021

EL PAÍS DE LOS SUEÑOS DESTRUÍDOS (2020)

El primer largometraje de la directora, guionista, productora y artista franco-libanesa Chloé Mazlo es toda una arriesgada aventura en tierras libanesas. “Bajo los cielos del Líbano” nos descubre una historia muy diferente dentro de los patrones del género dramático a la vez que la cineasta, en colaboración con la guionista Yacine Badday, nos acompaña en una revisión de la memoria histórica a lo largo de casi 30 años de recuerdos y vivencias a través de Alice (Alba Rohrwacher), una joven que decide abandonar su país natal, Suiza, para encontrarse a sí misma. Estamos en la década de los 50 cuando se traslada a vivir a Beirut, en donde logra su primer trabajo y también toma contacto con Joseph (Wajdi Mouawad) en una cafetería. El paso de los días hace que, poco a poco, sus mesas cada vez estén más cerca entre ellas hasta que, por fin, ambos inician una relación. Joseph es un astrofísico que ha iniciado un proyecto de investigación para enviar el primer cohete libanés al espacio. Parece un plan ambicioso, pero en realidad vendría a demostrar que el Líbano se posicionaría en el panorama internacional con una población inmersa de lleno en la modernidad.

Así es como la obra de Mazlo inicia su andadura en tiempos de paz junto a una pareja que irá evolucionando con total normalidad y sin sobresaltos, momentos de felicidad que suceden dentro del matrimonio hasta que el tiempo se detiene en el peor instante posible: estalla la Primera Guerra del Líbano en 1982. A partir de entonces, todo cambia. Alice ve cómo sus amistades pierden sus hogares y se ve forzada a realojarlos en la suya. En las calles, se producen enfrentamientos, mientras la familia se cobija entre cuatro paredes, intentando mantener la normalidad pese a todo. Definitivamente, “La Suiza de Medio Oriente”, como se conocía al país, había quedado reducida a cenizas y, aun teniendo este panorama frente a ellos, Alice se niega a abandonar su casa porque no concibe que sus vidas pueden correr peligro. Aunque bien pareciera que el contexto planteado podría inyectar ese dramatismo con el que se ha categorizado la película, lo cierto es que la sátira domina en todo momento la cinta, pero no por ello se pierde la importancia de los hechos que acontecen durante estos años.

viernes, 13 de agosto de 2021

EL SUEÑO DE UN MENSAJE IMPOSIBLE (1987)

Esta contemporaneidad en la que el contenido digital, los cambios y la inmediata actualidad mandan, no nos impide que podamos recatar el pasado desde su fisicidad entre tantas cuentas pendientes. El salto del analógico al digital provocó, entre otras consecuencias, que muchas películas independientes quedaran en el olvido durante décadas, como fue el caso de “Friendship’s Death”, cuya restauración corrió a cargo del British Film Institute. El primer largometraje en solitario del director, guionista y teórico británico Peter Wollen supone una obra realmente valiosa al ser la última película que el cineasta realizara antes de retirarse para dedicar sus esfuerzos a la investigación académica en la Universidad de California. Para muchos, es una cinta totalmente desconocida que reclama nuestra atracción por su actriz protagonista, una jovencísima Tilda Swinton que intentaba abrirse paso en el mundo de la interpretación con su sexto trabajo, tal vez, el que más atención generó en su momento.

El British Film Institute no pudo dejar pasar la oportunidad de ofrecer esta obra a los cinéfilos tras las incalculables colaboraciones con el centro que Wollen realizó en formato libro con investigaciones sobre Orson Welles, Howard Hawks, Andy Warhol o clásicos del cine como “Cantando bajo la lluvia” (Stanley Donen y Gene Kelly, 1952), entre otros escritos sobre sociología y semiótica. En esta ocasión, el director escribió un guion sumamente intimista al encerrar a sus dos personajes en una habitación de hotel de la que no saldremos en los apenas 78 minutos de duración. Un robot (Tilda Swinton) es enviado a la Tierra para traer un mensaje de paz a los seres humanos. Diseñado con el único objetivo de ir al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) para acceder a las Naciones Unidas, llega por error a Amman, en Jordania, precisamente cuando el país se encuentra golpeado por los disturbios del Septiembre Negro de 1970. A causa de esto, el corresponsal británico Sullivan (Bill Paterson) debe informar de la actualidad desde su habitación del hotel, coincidiendo con el robot. Ella le confiesa su propósito, mientras él pone en cuestión su testimonio.

lunes, 9 de agosto de 2021

¡LADRONES DE TIENDAS DEL MUNDO, UNÍOS!

12 de septiembre de 1987. Se trata de una fecha inolvidable en el mente de muchos. En las radios de medio mundo se anunciaba una noticia que marcaba un antes y un después en las vidas de sus seguidores. The Smiths había tomado la decisión de separarse definitivamente. Así es, Patrick Morrissey y Johnny Marr tenían tanta tensión entre ellos que, al final, la banda de Manchester “pasó a mejor vida”, pero sus himnos han sobrevivido al paso del tiempo, siendo vitoreados y admirados generación tras generación. Todavía resuenan las notas de “This Charming Man”, alguno aún conservará aquellas pegatinas que exclamaban “Meat Is Murder”, en honor a su segundo álbum de estudio, con el especial “How Soon is Now?” y, cuando ya tocaban la corona británica de la música, la historia se apoderó de “There Is a Light That Never Goes Out”, “Bigmouth Strikes Again” o “Panic” en las calles londinenses con su pegadizo “Hang the DJ”.

El director y productor estadounidense Stephen Kijak aún recuerda aquellos tiempos y es por eso que su segundo largometraje de ficción rinde un homenaje a tan emblemática formación. Tras ocho documentales a sus espaldas y su participación en 2014 en la serie documental “La galerie France 5”, con el episodio “Rolling Stones, La French Connection”, el cineasta se mantiene dentro de su pasión, el mundo de la música, retratando lo que supuso aquel fatídico día para toda la legión de fans de The Smiths. “Shoplifters of the World” se sitúa en Denver para contar el ultimo día de cuatro jóvenes amigos, Cleo (Helena Howard), Sheila (Elena Kampouris), Patrick (James Bloor) y Billy (Nick Krause), que tomarán caminos distintos para seguir con sus vidas, ya sea la universidad, una carrera militar o un viaje sin destino. Cuando Helena se despierta ese 12 de septiembre, descubre que su grupo favorito se disuelve y, con ello, una era completa. Ya nada volverá a ser lo mismo. Su visión es compartida por Dean (Ellar Coltrane), el dependiente de la tienda de discos que la permite robar libremente porque está enamorado de ella. A partir de ese momento, los cuatro amigos disfrutarán de las horas que quedan para comenzar un nuevo capítulo.

martes, 3 de agosto de 2021

EXTRAÑOS RECUERDOS DEL HORROR (2019)

De alguna u otra manera, el cine húngaro que nos llega siempre termina sorprendiendo muy gratamente. No es muy asiduo en nuestra cartelera como otras cinematografías europeas, pero lo cierto es que en nuestra memoria siguen permaneciendo las obras de cineastas tan emblemáticos como Béla Tarr, Miklós Jancsó y el internacional Charles Vidor. A su vez, las nuevas generaciones también están haciéndose un hueco muy importante en la red de festivales internacionales, como fue el caso de László Nemes, cuyo primer largometraje “El hijo de Saúl” (2015) le encumbró de golpe en el panorama global. Entre los más jóvenes, destaca el premiado director, guionista, productor y editor Kristóf Deák, con una carrera muy enfocada al cortometraje tras ocho piezas producidas, en su mayoría, en Reino Unido, siendo “Sing” (2016) la más importante de todas al alzarse con un Óscar al mejor cortometraje de ficción en 2017 con una historia basada en el inquietante secreto que compartían los miembros del coro de un colegio de Budapest.

Su ópera prima, “Cautivos” (2019), nos invita a regresar al pasado, a despertar a la memoria histórica de la Hungría comunista. La década de los 50 se convirtió en un punto de inflexión en un país que se veía arrastrado por el proceso de desestalinización. En este contexto, la película nos presenta a la familia Gaál, residentes en Budapest. Estamos ante las primeras horas del día 4 de junio de 1951, para ser más exactos. Se trata de una fecha clave porque, en cuestión de poco tiempo, todo cambia para Ernõ (Ernõ Fekete), Ilona (Zsófia Szamosi), Eszti (Abigél Dömötör) y el pequeño Peti (Ágoston Sáfrány). Acaba de amanecer en la capital cuando dos autoridades se presentan en su hogar. Sorprendidos por tal visita, dejan pasar a los dos, que cierran con llave la puerta a su paso. Desde ese momento, nadie podrá salir de la casa. Ninguno de ellos sabe qué sucede ni la causa por la que se ven retenidos. Del mismo modo, sus vecinos, extrañados por lo que estará sucediendo en el interior del piso, no retiran la mirada del piso. Pronto comprobarán que todo el que llama a la puerta, no vuelve a salir.

miércoles, 21 de julio de 2021

LA BÚSQUEDA DE LA ESPIRITUALIDAD ORIENTAL (1975)

El videoartista japonés Toshio Matsumoto se convirtió en uno de los directores de cine experimental más importantes de la región asiática. Comenzó su andadura cinematográfica en 1955 con el cortometraje vanguardista “Silver Ring” (“Ginrin”), cuyo negativo permanece en paradero desconocido. Sin embargo, su carrera fue más notoria a partir de su largometraje “Funeral Parade of Roses” (“Bara no sôretsu”) (1969), a través del cual mostraba una visión muy interesante de los Hostess clubs de la capital por medio de la reinterpretación de “Edipo Rey”. Desde entonces, ha ofrecido al mundo tres largometrajes más, “Pandemonium” (“Shura”) (1971), “War at the Age of Sixteen” (“Juuroku-sai no Sensô”) (1973) y “Dogura Magura” (1988); junto a otras más de 40 obras no narrativas, documentales y otros trabajos relacionados con el teatro, la radio y algunas instalaciones en museos. Cambió el pincel y los lienzos por el cine desde muy temprana edad, llegando a ser un cinéfilo empedernido que no se perdía ni un solo estreno en la cartelera, pero hasta que no se adentró en el cine documental y experimental, no decidió tomar la cámara para adoptar el papel de creador. Es, dentro de la productora nipona Shin Riken Cinema, en donde se presenta su mayor aprendizaje, analizando cada trabajo que la compañía guardaba, observando los procesos que encierra la industria cinematográfica y, en definitiva, viéndose involucrado en el trabajo que, a fin de cuentas, todo profesional debe cumplir.

miércoles, 23 de junio de 2021

ESPACIO Y TIEMPO RELATIVO (2014)

A estas alturas, el célebre cineasta chino-malayo Tsai Ming-liang ya no necesita presentación. Perteneciente a esa segunda generación de cineastas taiwaneses que han recibido un importante reconocimiento internacional, el director logró acaparar la atención del público global desde su ópera prima “Rebeldes del dios Neón” (1992), una obra que destacó por su poesía visual y que le llevó directamente a Turín, Tokio, Singapur y Nantes para recoger varios premios a una carrera que ha estado repleta de éxitos. Asi es como hemos podido disfrutar de títulos tan emblemáticos como “Viva el amor” (1994) y el fantástico retrato que realiza a una generación y a la propia ciudad de Taipei, logrando que temas como la soledad y la incomunicación le condujeran a “El río” (1997), con la que se paseó nada menos que por la Berlinale. “The Hole” nos rescata, ahora más que nunca, un contexto pandémico en donde un agujero entre apartamentos se convierte en el protagonista y conflicto entre dos vecinos hastiados por la situación. Tsai exploraba por entonces el género musical hasta aterrizar en Cannes, en donde se alzó con el primero de los varios galardones que recibiría por esta cinta. Quizás por esta razón, regresaría a las mieles de la música pocos años después con la película de culto “El sabor de la sandía” (2014), un disparate de lo más gamberro que sacó totalmente al director de su zona de confort.

Dentro de su extensa filmografía, tampoco se pueden olvidar metrajes como el drama psicológico “¿Qué hora es?” (2001), el homenaje particular al séptimo arte de “Good Bye, Dragon Inn” (2003), la comedia dramática “No quiero dormir solo” (2006), su primera experiencia en la industria cinematográfica francesa con “Visage” (2009) o, tras varios contactos con el mediometraje, “Rizi” (2020). Después de todo, Tsai es un director capaz de sorprender y cautivar con cada proyecto en el que se embarca, con una autoría sencilla, pero realmente clara y evidente. Es, precisamente, dentro de esos mediometrajes, en donde se puede encontrar “Journey to the West”, una obra que presentó en la sección Panorama de la Berlinale de 2014 y que supone una producción de tan solo 56 minutos de duración con una base experimental que se inicia a través del rostro de Occidente (Denis Lavant). Durante más de 7 minutos observamos expectantes cualquier gesticulación que pueda llevarnos a comprender qué es lo que está pasando y qué podemos esperar de esta pieza, pero no, no sucede absolutamente nada en su inicio. Occidente yace tumbado frente a nosotros, respirando apaciguadamente con la mirada perdida como si se viera arrastrado por un eterno letargo. Tal vez se encuentra agotado, quizá tan solo está pensativo. Lo cierto es que a nada conduce y, para cuando nos queremos dar cuenta, resurgimos en las calles de Marsella.

miércoles, 9 de junio de 2021

LA DESAPARICIÓN Y EL OLVIDO DE LA IMAGEN (2016)

Aproximarse a la filmografía del artista audiovisual mexicano Bruno Valera es entrar de lleno en el activismo visual e, incluso, la milicia del videoarte. Su experimentalidad aboga, en muchos de los casos, por la revisión de la memoria histórica de México desde la propia materia, el folclore o, en un paso más allá, la misma verdad. Cada una de sus obras generan una profunda incertidumbre que deja sin aliento, piezas que trabajan con diferentes formatos, sustratos y soportes siempre en la línea del found footage más inclasificable, pero en constante evolución. Es, por ello, que Varela se erige como un autor cambiante, sumamente activo en su labor y capaz de sorprender a sus espectadores con cada uno de sus trabajos, obligando a reflexionar, a verse envuelto de cuestiones sociales y políticas dirigidas bajo la batuta del mismo arte audiovisual.

Una de sus muchas piezas experimentales es “Materia oscura”, que supone una profundización en el archivo de los recuerdos a través de un ejercicio de sentido común, cuya esencia, en cambio, ha sido relegada al olvido por diversos intereses. El metraje nos avisa de la metodología utilizada, que parte de la excavación de 54 mil fojas, divididas en 85 tomos y 13 anexos, del “caso Iguala”, también conocido como “caso Ayotzinapa”. Durante la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014, la ciudad de Iguala fue testigo de importantes episodios de violencia contra los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. El ataque impulsado por policías y militares desembocó, según las fuentes oficiales, en la desaparición de 43 personas, 9 asesinatos y 27 heridos entre alumnos, periodistas y otros civiles. No se trató de un único ataque y las incongruencias en los posteriores informes obligaron a la creación de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia en 2019.

miércoles, 19 de mayo de 2021

ENTRE LAS CENIZAS DEL FUEGO (1912)

Segundo de Chomón pasó a la historia del cine como la primera figura internacional de la cinematografía española y, al mismo tiempo, el precursor de las bases de la industria del cine en Barcelona. Natural de Teruel, el reconocido cineasta está a la altura de los padres del cine narrativo como Georges Méliès o Alice Guy gracias a su talento técnico, que desplegó en todos los sentidos a través del gran número de piezas que nos ha dejado como herencia. Tras descubrir en París el invento que cambió por completo su vida, el cinematógrafo; y crear una patente con el “Pathécolor” para precisar mejor el coloreado de los fotogramas, Chomón se lanzó a trabajar tras las cámaras con obras documentales como “Bajada de Monserrat” (1901) o el retrato de una inolvidable cineasta en “Loie Fuller” (1902), pero no tardaría en realizar una inmersión también en la ficción con los célebres primeros metrajes como “El hada primavera” (1902), “Gulliver en el país de los gigantes” (1904) o su especialmente reconocido “El hotel eléctrico” (1908)

A su vez, Chomón combinó inteligentemente las tendencias cinematográficas parisinas con los avances narrativos de la brillante Escuela de Brighton, adoptando toda novedad, mientras seguía ejerciendo como operador de cámara para Pathé. Entre los trabajos que recordamos hoy, podemos encontrar “Metamorfosis” (1912). No se trata de una de sus obras maestras ni tampoco una de sus piezas menores, pero estamos ante un metraje que facilita acercarse a la figura de Chomón. Esa magia creada a partir de los trucajes, nos revela la destrucción de varios objetos que, al mismo tiempo, vuelven a formarse, forjando un escenario fantástico e inesperado, que tan solo es presentado por una especie bruja o maestra de ceremonias, encarnada por la actriz France Mathieu, a la que pocas veces hemos tenido la oportunidad de ver, salvo muy escasas piezas del cineasta, como “Transformations amusantes” (1909), “Jeux de fées” (1909) y “El iris fantástico” (1912).

jueves, 6 de mayo de 2021

LA NOSTALGIA DEL BRITPOP (2016)

Por todos es sabido que los británicos se enorgullecen de la gran aportación que han hecho y siguen haciendo a la historia de la música. Pasear por las calles de Londres y mirar los escaparates de muchas tiendas es el claro reflejo de este sentimiento y es que el merchandising de bandas como The Beatles, The Who, Queen, Pink Floyd, Led Zeppelin o The Rolling Stones abunda por todas partes, convertidos en símbolos de gran valía que marcaron a varias generaciones y aglutinaron a miles de seguidores por todo el mundo. Sus canciones son himnos, forman parte de nuestros recuerdos y así seguirá siendo por mucho tiempo que transcurra. Son talentos únicos, surgidos siempre en complicados contextos culturales, que han expandido su influencia por toda Europa, creando, incluso, nuevos estilos musicales.

La década de los 90 nos descubrió el grunge desde Estados Unidos, pero en Europa llegó enseguida el britpop entre el oleaje de música electrónica y los hits momentáneos del eurodance. Desde los primeros años, el movimiento de la “Cool Britannia”, como solían denominar a este fenómeno los medios de comunicación ingleses, se nutrió de grupos como Suede, Elastica, The Verve, Pulp o Supergrass, entre otros muchos. De hecho, tanta popularidad y oferta no podía traer más que rivalidad entre legiones de fans. Los recuerdos nos conducen inmediatamente a la conexión entre Blur y Oasis, ampliamente recogida por el sensacionalismo de la época. Las dos formaciones lideraron el panorama musical durante los últimos coletazos del siglo XX. Es, precisamente, esta nostalgia la que lleva al director, editor y guionista inglés Mat Whitecross a dedicar su trayectoria al mundo del videoclip y el documental musical, mientras permanecía como aprendiz del popular cineasta británico Michael Winterbottom, con el que ha compartido obras como “Camino a Guantánamo” (2006) o “La doctrina del shock” (2009).

miércoles, 21 de abril de 2021

LA REFORMA DE LOS IDEALES (1935)

Esta era digital nos permite disfrutar de piezas que, de otra manera, estarían limitadas a determinadas filmotecas mundiales o su acceso sería muy restringido e, incluso, inaccesible. Estamos viviendo una época de privilegios cinematográficos que nos facilita un aprendizaje vertiginoso y que nos hace valorar aún más la historia de nuestro cine mundial. La llegada a nuestras vidas de piezas sumamente valiosas digitalizadas por los archivos cinematográficos nos lleva a tener cada vez más presente la magnífica labor que realizan con obras como “Nuevas mujeres”, la célebre película muda que el director y guionista chino Cae Chusheng realizó en 1935 y que hace pocos años pasó por el proceso de restauración y digitalización llevado a cabo por el Archivo de Cine de China.

Precisamente, esta obra posee un valor incalculable para esta cinematografía debido, no solo a su contexto, sino también a los hechos que acontecieron tras su rodaje. “Nuevas mujeres” vio la luz cuando Chusheng había pasado a formar parte de la Lianhua Film Company, lo que supuso también una nueva etapa en su trayectoria al inclinarse hacia un cine progresista que ya se comenzaría a percibir en sus anteriores cintas “Dawn Over the Metropolis” (1933) o “Song of the Fishermen” (1934), convirtiéndose, así, en uno de los cineastas más importantes del país al contar con el favor del público. Su carrera despegó también a nivel global, puesto que la historia le señala como el primer director chino en ganar un premio en un certamen internacional, concretamente en el Festival de Moscú. No obstante, con el estallido de la revolución cultural china, estas décadas de éxitos terminaron. Chusheng fue perseguido y torturado al igual que otros artistas e intelectuales, falleciendo en 1968 y dejando como legado más de una docena de títulos populares, los cuales han sido reconocidos hasta nuestros días.

miércoles, 7 de abril de 2021

EL INICIO DE UNA NUEVA VIDA (2018)

La directora, productora, guionista y actriz iraní-estadounidense Desiree Akhavan es toda una activista LGBTIQ+ dentro de la industria cinematográfica independiente, destacando especialmente su trabajo en “The Miseducation of Cameron Post” (2018), que recibió toda la atención en el Festival de Sundance de 2018 hasta el punto de llegar a alzarse con el Gran Premio del Jurado a la mejor película. En España, también hemos recibido la que supone su obra más popular y reconocida dentro su filmografía, que nos permitió ver a la actriz Chloë Grace Moretz en el papel de una adolescente sometida a ideas conservadoras y religiosas sobre su propia sexualidad. Este drama tan personal se pudo disfrutar a través de la programación del Festival de Valladolid, el cual también premió su mérito con la Espiga de Plata. Sin embargo, a pesar de tal caluroso recibimiento, la cinta tuvo problemas para encontrar un distribuidor en Estados Unidos, pese a que los tiempos están cambiando. Es el momento de impulsar las historias femeninas y la sexualidad, pero parece que no todos están preparados para ello, al menos, dentro de la industria.

Hemos podido ver que, para Akhavan, no existen límites en su carrera y que puede saltar del cine a la televisión y a internet con una facilidad pasmosa, sorprendiéndonos a cada paso, pero, sin duda, el año 2018 se convirtió en una fecha importante tanto para ella como para cinéfilos y activistas. La cineasta se embarcó en un proyecto encargado por Channel 4 en clave de comedia dramática. Hablamos de “The Bisexual”, una miniserie de tan solo 6 episodios, que conquistó por completo a la crítica y al público. Su historia nos lleva a conocer a Leila (Desiree Akhavan) y Sadie (Maxine Peake), una pareja joven que llevan prácticamente una década de relación. Ambas han creado una empresa virtual que visibiliza blogs de jóvenes prometedores. Sin embargo, Leila plantea a su novia tomar un descanso para explorar su propia sexualidad, puesto que se encuentra en un momento importante de su vida. Ni siquiera ha podido confesar a sus mejores amigos que Leila es, en realidad, su pareja, la cual, gracias al apoyo de su amiga Deniz (Saskia Chana), encuentra alojamiento junto a Gabe (Brian Gleeson), un escritor que vive del único éxito que ha logrado y que trata de encajar en el mundo femenino que le rodea.

jueves, 18 de marzo de 2021

EL CUERPO Y LA LIBERTAD CREATIVA (1964)

Sin duda, Jonas Mekas es una de las grandes figuras de las vanguardias estadounidenses, ese cine más underground ligado a la experimentalidad, libertad, creatividad y puro arte hasta límites nunca vistos. Todo un floreciente despliegue que nos ha permitido disfrutar de una herencia de lo más amplia y de la que aún se siguen descubriendo grandes sorpresas, especialmente en torno al papel de la mujer dentro de este cine no narrativo. Así pues, Mekas es de los autores más estudiados al respecto, pensador, escritor y cineasta lituano que llegó a Estados Unidos en 1949 para revolucionar un escenario que ya comenzaba a dar sus primeros pasos de independencia. Fue compañero de estudios del alemán Hans Richter y se mantuvo en constante contacto con el círculo más influyente del país que le recibió, como Andy Warhol, Maya Deren, Stan Brakhage, Allen Ginsberg, Kenneth Anger o Shirley Clarke, entre otros. Pero, ante todo, destaca su amistad con Salvador Dalí, al que dedicó uno de sus primeros trabajos cinematográficos.

“Salvador Dali at Work” forma parte de su legado, una compilación de innumerables metrajes que engrosó especialmente en 2007 con su inesperada colaboración con Apple Inc. Se trata de una pieza documental rodada en 16 mm. que mantiene su mirada poética de la realidad. Escenificada y un tanto artificial, la obra surgió a petición del mismísimo Dalí, que se ofreció a aparecer delante de la cámara en uno de sus viajes a Nueva York. Nos situamos en el 18 de abril de 1964, un plano detalle del rostro del artista nos conduce a las calles del East River, mientras una voz en off nos narra esa llegada tan especial a la ciudad. Mekas muestra su lado más divertido y creativo, sumergido en las posibilidades que ofrece el propio cuerpo, en este caso, de la modelo, actriz y artista alemana Veruschka von Lehndorff; y esa libertad de representación tan propia, mientras el público sonríe ante una locura inexplicable. La cámara se deleita observando a Dalí, cuya mirada perdida nos conduce inesperadamente al sonido de la guitarra española y las castañuelas. Pero este es tan solo el inicio de la obra, que supone una representación más del imaginario de aquellos genios que formaron parte de la historia cultural del siglo XX.

miércoles, 3 de marzo de 2021

RETRATO DE ESOS GRANDES INCOMPRENDIDOS (2016)

A estas alturas, es imposible no haber visto alguna película del popular director y guionista estadounidense Jim Jarmusch, un profesional imparable que se ha convertido en uno de los autores indispensables para disfrutar y comprender el cine independiente de Estados Unidos. Con una treintena de premios a sus espaldas, su reconocimiento comenzó desde el primer instante con su ópera prima, “Permanent Vacation” (1980), por la que recibió un galardón en el Festival Internacional de Cine de Mannheim-Heidelberg. Su sello único nos ha dejado grandes títulos, desde la comedia dramática “Extraños en el paraíso” (1984), su reseñable estudio estilístico “Dead Man” (1995) o su coqueteo con el cine de acción de artes marciales en “Ghost Dog, el camino del samurái” (1999) hasta las hipnóticas conversaciones de “Coffee and Cigarettes” (2003), el drama de Bill Murray en “Flores rotas” (2005),  la brillante revisión de la figura del vampiro en “Sólo los amantes sobreviven” (2013) o “Paterson” (2016), la cinta que le llevó directamente a la 69ª edición del Festival de Cannes. Su creatividad no tiene límites y, más allá de esta variedad de experimentos cinematográficos, también se ha visto seducido por el mundo del videoclip, que le llevó a trabajar con estrellas míticas como el compositor californiano Tom Waits, el músico canadiense Neil Young o grupos alternativos como la banda de new wave y post-punk Talking Heads o los fascinantes The Raconteurs.

Precisamente, ese interés por el universo musical le llevó a recordar una de sus principales influencias en su vida, The Stooges. La formación marcó un punto de inflexión en la historia al ser considerada como un referente en el desarrollo de la subcultura punk y del garage rock entre finales de la década de los 60 y principios de los 70. Por ello, el cineasta rindió homenaje a este fenómeno con el documental “Gimme Danger”, que fue estrenado fuera de concurso en Cannes y que contó con la presencia del líder, nada menos que un conmovido Iggy Pop que volvía a reencontrarse con su viejo amigo Jarmusch para revivir el pasado. El título, que toma prestado el nombre de una de las canciones más populares de la banda, es claramente un homenaje a aquellos tiempos, a los grandes seguidores y, cómo no, a The Stooges.

martes, 9 de febrero de 2021

EN LO MÁS PROFUNDO DE LA RABIA Y EL DOLOR (2013)

La trayectoria profesional del productor, director y guionista David Gordon Green es bastante interesante, todo un “habitual” en ciertos círculos independientes. Sus inicios en el cine parten de una experimentación con los géneros, llegando a pasar del drama social con su primer largometraje, “George Washington” (2000), que se llevó cierto reconocimiento en el festival de Atlanta; al drama romántico con “All the Real Girls” (2003), con el que se alzó con el premio especial del jurado en Sundance; al thriller con “Undertow” (2004); a la comedia de acción con “Superfumados” (2008); o al fantástico de aventuras con “Caballeros, princesas y otras bestias” (2011). Este variopinto conjunto de películas, con proyectos en cierta manera arriesgados y siempre desde el punto de vista de esa parte de la industria que es más independiente, le llevaron a convertirse en su propio productor. Sin embargo, el punto de inflexión más importante de su carrera llegaría con “Prince Avalanche” (2013), el remake del largometraje islandés “Either Way” (Hafsteinn Gunnar Sigurðsson, 2011), que el cineasta transformó en un drama que se acercaba de forma evidente al estilo sureño.

Ese mismo año, llegaría al Festival de Venecia “Joe”, película con la que se alzó con el premio al mejor intérprete novel por la labor realizada por Tye Sheridan junto al galardón especial otorgado por la Fundación Christopher D. Smithers dentro del certamen. Con este trabajo, Gordon Green entra de lleno en esa estética sureña sin tentativas a partir de una historia contextualizada en un pequeño pueblo de Mississippi, en donde coinciden fortuitamente Joe (Nicolas Cage), un expresidiario; y Gary (Tye Sheridan), un adolescente de quince años que pretende huir de su hogar debido a la inestabilidad familiar en la que vive. Su hermana traumatizada es testigo de los malos hábitos de su padre (Gary Poulter), quien además somete a Gary a un constante maltrato tras el fallecimiento de su madre.

miércoles, 27 de enero de 2021

EL ESTREMECEDOR RELATO DE LA FRAGILIDAD (1988)

En 1989, el director, guionista, productor y fotógrafo estadounidense Bruce Weber recibía uno de los reconocimientos más importantes de su carrera: la nominación al Oscar a mejor documental por su segundo trabajo “Let’s Get Lost” (1988). Precisamente, esta obra le ha traído más de una sorpresa, como el premio de la crítica en el Festival de Venecia, propiciando que su nombre apareciera en los círculos cinematográficos más importantes. Quizá por eso se ha visto incentivado a seguir explorando las posibilidades que le ofrece el documental musical, retratando a destacadas figuras del jazz como el célebre trompetista y vocalista Chet Baker, experimentando su faceta como fotógrafo en “Chop Suey” (2001), además de otros proyectos como “Broken Noses” (1987) y su profundización en el mundo del boxeo, el homenaje a sus perros en “A Letter to True” (2004) o la curiosa vida del actor norteamericano Robert Mitchum en “Nice Girls Don't Stay for Breakfast” (2018). Pero si hay algo por lo que Webber es realmente popular es por los videoclips tanto del cantante californiano Chris Isaak como del dúo británico Pet Shop Boys que firma el cineasta.

Sin duda, el universo de la música es importante para el director, que, lejos de quedarse en el estilo habitual de los documentales que trabajan con este tipo de temas, trata de profundizar en retratos que evitan caer en la parte más sensacionalista de tan grandes figuras. Así es, precisamente, “Let’s Get Lost”, una producción que tardó más de dos décadas en llegar a España y que recorre las experiencias y pensamientos de Chet Baker, siendo el título del documental un claro homenaje a la estrella, puesto que toma prestado el nombre de una de sus célebres canciones que formaría parte de la película “Happy Go Lucky” (Curtis Bernhardt, 1943). El recorrido que traza el autor, desde la década de los 50 hasta los 80, recoge un gran número de testimonios de todos aquellos que rodearon al artista para construir un relato que parte de su salto a la fama y que profundiza en los problemas que le hicieron caer, como su adicción a la heroína o los conflictos surgidos en el seno familiar.

martes, 12 de enero de 2021

A LA SOMBRA DE UN DILEMA (2014)

Hablar de Volker Schlöndorff es tratar sobre uno de los cineastas más importantes del nuevo cine alemán iniciado en los años 60, pero, más allá de este hecho, también es todo un autor de especial calado en la historia del séptimo arte por su revisión de la memoria histórica más controvertida y que empezó nada menos que con su primer trabajo, “Wen kümmert's?” (1960), un mediometraje que profundizaba en la guerra de Argelia y que, aun recibiendo inversión francesa, fue prohibida su exhibición en el país. Su reconocimiento internacional llegaría de forma precoz e inesperada con su primer largometraje, “El Joven Torless” (1966), que terminaría alzándose con el FIPRESCI en el Festival de Cannes. De esta forma parte la trayectoria profesional de quien ya es considerado director, guionista, productor, documentalista y actor.

A sus espaldas quedan un gran número de metrajes que le elevan a la categoría de “veterano”, pero, sin duda, una de las obras más significativas de su filmografía bien pudiera ser “Diplomacia”, premiada en certámenes internacionales como el de Shanghai, la Seminci de Valladolid o, incluso, en los Premios César, en donde obtuvo el galardón a mejor adaptación. Efectivamente, esta película parte de una obra de teatro del escritor francés Cyril Gely. Por ello, esta coproducción franco-alemana retrata un instante vital en la historia mundial: la noche del 24 al 25 de agosto de 1944, en la que se decidió la destrucción de París. La orden de Hitler de volar por los aires la capital convoca en el hotel Meurice al cónsul sueco, Raoul Nordling (André Dussollier), y al gobernador militar alemán de la ciudad, Dietrich von Choltitz (Niels Arestrup). Allí, entre cuatro paredes, precisamente en el instante en el que las tropas aliadas se acercaban a la ciudad, ambos se introducen en una eterna conversación que decidirá el futuro de quienes les rodean.