Sin duda, Jonas Mekas es una de las grandes figuras de las vanguardias estadounidenses, ese cine más underground ligado a la experimentalidad, libertad, creatividad y puro arte hasta límites nunca vistos. Todo un floreciente despliegue que nos ha permitido disfrutar de una herencia de lo más amplia y de la que aún se siguen descubriendo grandes sorpresas, especialmente en torno al papel de la mujer dentro de este cine no narrativo. Así pues, Mekas es de los autores más estudiados al respecto, pensador, escritor y cineasta lituano que llegó a Estados Unidos en 1949 para revolucionar un escenario que ya comenzaba a dar sus primeros pasos de independencia. Fue compañero de estudios del alemán Hans Richter y se mantuvo en constante contacto con el círculo más influyente del país que le recibió, como Andy Warhol, Maya Deren, Stan Brakhage, Allen Ginsberg, Kenneth Anger o Shirley Clarke, entre otros. Pero, ante todo, destaca su amistad con Salvador Dalí, al que dedicó uno de sus primeros trabajos cinematográficos.
“Salvador Dali at Work” forma parte de su legado, una compilación de innumerables metrajes que engrosó especialmente en 2007 con su inesperada colaboración con Apple Inc. Se trata de una pieza documental rodada en 16 mm. que mantiene su mirada poética de la realidad. Escenificada y un tanto artificial, la obra surgió a petición del mismísimo Dalí, que se ofreció a aparecer delante de la cámara en uno de sus viajes a Nueva York. Nos situamos en el 18 de abril de 1964, un plano detalle del rostro del artista nos conduce a las calles del East River, mientras una voz en off nos narra esa llegada tan especial a la ciudad. Mekas muestra su lado más divertido y creativo, sumergido en las posibilidades que ofrece el propio cuerpo, en este caso, de la modelo, actriz y artista alemana Veruschka von Lehndorff; y esa libertad de representación tan propia, mientras el público sonríe ante una locura inexplicable. La cámara se deleita observando a Dalí, cuya mirada perdida nos conduce inesperadamente al sonido de la guitarra española y las castañuelas. Pero este es tan solo el inicio de la obra, que supone una representación más del imaginario de aquellos genios que formaron parte de la historia cultural del siglo XX.
La acción se desplaza de las calles transitadas a la casa del artista Jerome Hill. La performance que observamos del famoso pintor le lleva a ser el intérprete de esa experimentalidad de Mekas que, esta vez, se centra en el cuerpo de la mujer. Una estatua viva que se traslada nuevamente a pie de calle, bajo la mirada de curiosos y extraños. Y todo queda súbitamente ahí, puesto que, al día siguiente, el cuerpo se esconde en el interior de una caja ante la presencia de un simple maniquí, quedando tan solo el recuerdo de un viaje, de lo vivido entre amigos, de lo explorado en el arte más improvisado y, en definitiva, ilustrando que, al final, todo vuelve a su ser. En apenas 7 minutos de un metraje con aires de documental, el autor nos permite disfrutar de la fragancia de su propia experiencia sin ideas preconcebidas.
Ese mismo año, Mekas grabaría posteriormente a Warhol en
“Award Presentation to Andy Warhol”, siendo los inicios de aquella colección de fragmentos
capturados de sus más allegados que nos ha dejado. Posteriormente, llegaría “Scenes from the Life of Andy Warhol:
Friendships and Intersections” (1990), “Happy Birthday to John” (1997), junto a
John Lennon; “Zefiro Torna or Scenes from the Life of George Maciunas” (2002),
entre otros muchos recuerdos que permanecen conservados y a buen recaudo. Fuente de inspiración para cineastas
independientes, lo cierto es que Mekas es recordado por la historia del cine mundial por su
especial e inigualable aportación.
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