miércoles, 4 de marzo de 2015

LOS AMIGOS DE TODA LA VIDA (2011)


La amistad es uno de los aspectos que más se valoran en nuestra vida y en la que pocos están a la altura. Desde que surgieron las redes sociales, el número de conocidos que tenemos ha aumentado considerablemente, pero los incondicionales son siempre los mismos. Con el paso del tiempo, uno cada vez tiene menos personas a su alrededor, pero menos aún son quienes se mantienen a tu lado pase lo que pase. Hay quien dice que los amigos que se consiguen durante la infancia y la adolescencia son los verdaderos, quizá porque son los que más te conocen, incluso más que a ti mismo.

“Sunny”, del director y guionista surcoreano Kang Hyeong-Cheol, nos viene a explicar precisamente esto. La estudiante Na-Mi (Shim Eun-Kyung) conoce a un grupo de amigas muy peculiar allá por los años 80, que la defenderán de las burlas de otras chicas de la clase. 25 años después, la protagonista (Yu Ho-Jeong) decide reunirlas de nuevo por un motivo muy importante y es que la líder de su banda, Choon-Hwa (Jin Hee-Kyung), se encuentra ingresada en el hospital por un cáncer terminal. No todas han pasado por buenos momentos y la amistad trata de eso, de ayudar y apoyarse unas a otras. Así es como se verán en una búsqueda a contrarreloj para encontrar a Jang-Mi (Go Su-Hee), Geum-Ok (Lee Yeon-Kyeong), Bok-Hee (Kim Sun-Kyung), Jin-Hee (Hong Jin-Hee) y Young Soo-Ji (Min Hyo-Rin).

La película no nos descubre nada nuevo, pero en su sencillez radica su encanto, con una historia emotiva y divertida a partes iguales y con escenas que despiertan nuestra sonrisa y un irremediablemente aplauso ensordecedor. A través de constantes flashbacks muy bien integrados, que nos sitúan en un contexto y nos hacen ver lo unidas que estaban en su etapa adolescente, acompañamos a los personajes por sus aventuras, primeros amores, fiestas y disputas. Todo lo habitual que puede darse entre grupos de amigos, pero siempre haciéndonos recordar lo dulces que fueron nuestros años de colegio e instituto. Un recuerdo agridulce entre el drama y la comedia, que representa la vida misma y que en ningún momento cae en el recurso fácil ni nos despierta la sensación de inverosimilitud. 

Los instantes que reflejan su juventud destacan con un simpático y vigoroso ritmo entre peleas e insultos con otra banda de chicas llamada Girl’s Generation o, incluso, con la policía, siendo éste uno de los mejores momentos de la cinta con una puesta en escena espléndida y filmado con una gran exquisitez. Y es, precisamente, en esta parte de la historia donde resaltan las actuaciones de las jóvenes actrices, quienes desprenden todo el fulgor y la energía propia de sus edades.

Es un gusto poder ver a Shim Eun-Kyung y So-Ra Kang (en el papel de la joven Choon-Hwa) en todo su esplendor, con unos papeles ocurrentes y tiernos, que se complementan, pero que, en realidad, son totalmente diferentes. La fuerza y el coraje de la líder frente a la inocencia y timidez de Na-Mi hacen las delicias de un largometraje que sabe en qué momento entretener, cuándo despertar sentimientos y cuándo invitar a la reflexión.

Lo mejor: una banda sonora propia de la época y la sensación, al finalizar la película, de que los coreanos saben muy bien cómo hacer no sólo un drama que emocione, sino que además te haga saltar más de una lágrima con gusto.

Lo peor: las historias de amistad siempre son parecidas y si, además, tenemos el condicionante de la enfermedad de un personaje, inevitablemente nos empuja a saber cómo se sucederán los hechos.


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