lunes, 2 de marzo de 2015

ENTRE EL TERROMEDIA O TERROR-COMEDIA (2014)

"Tusk", del conocido director y guionista estadounidense Kevin Smith, vende la historia de Wallace Bryton (Justin Long), un locutor de podcast (para los neófitos en nuevas jergas: programa de radio hecho por aficionados, que es editado y subido a internet, donde se espera que éstos proliferen y se lleven beneficios en publicidad), que se traslada a Canadá para narrar una historia bizarra y freak. Al encontrarse un chasco en tierras canadienses, decide entrevistar a un curioso personaje llamado Howard Howe (Michael Parks), que ofrece alojamiento y pintorescos recorridos por los recuerdos de su vida a cambio de que el huésped, se disfraze de morsa. Ante tal estrambótica tesitura, el protagonista se ve envuelto en una macabra y "original" trama de terror.

De todos es sabido que, para bien o para mal, Smith se ha hecho un hueco en los corazones del público más freak, ávidos de cómics, comedia de tacos y zafia, historias de amor salidas de una teleserie y, por supuesto, la franquicia de sus dos platos estrella: Jay y Bob el silencioso (personajes creados para el "Universo View Askew").

Ya con "Red State" (2011), el autor se desligó de sus habituales trabajos para ofrecer una película macabra y distinta con la coletilla "basada en hechos reales" y que sorprendió a propios y extraños. Pues bien, en esta "Tusk", nos ofrece la primera de una serie de leyendas urbanas que se han transmitido por EEUU y Canadá, a través de los susodichos podcast o, simplemente, del boca a boca de oficinistas, estudiantes de instituto o amas de casa. En la cinta, tenemos todo un ejercicio de humor ácido, malrollismo y una combinación en la que igual te arranca una sonrisa como una desagradable sensación.

Nos habla de monstruos, sí, pero del peor de todos ellos: el ser humano. Y lo hace con una forma absolutamente natural de cómo la condición humana es mucho más brutal que la de cualquier depredador (todo ello, siempre desde el encanto de la desvergüenza y una lengua afilada tan presente en toda su obra). La parte previa al nudo de la trama resulta una clara lucha cómica a los enfrentamientos tan clásicos entre estadounidenses frente a los canadienses, para después girar las tornas al presentar un muestrario salpicado de toques gore que se desenvuelve de una forma realmente sencilla, aunque parezca que choque con la forma que tienen de presentarnos la narración en sí. 

Con respecto a los actores elegidos para esta ocasión, destaca que "casi" todos están correctos en su sitio. Desde la "resurrección" de un niño prodigio como Haley Joel Osment como secundario, hasta Génesis Rodriguez que simplemente cumple con su función. Aunque el papel principal de canalla de Bryton podría haber demostrado algo más de picaresca en una cinta que más bien parece un cortometraje de terror alargado sin necesidad. Sin ánimo de hacer spoiler, Smith ha decidido incluir un easter egg o sorpresa en un personaje que rechina por estar fuera de lugar en una historia que pretende ser seria pero que no llega a tanto. Eso sí, el trabajo de Parks como villano enfermizo, en el que posiblemente sea su mejor papel, destaca por encima del resto.

La construcción de la historia como de su espiral de locura cruel y despiadada no ha sido el choque que cabría esperar del imaginario de este cineasta, pero aún le falta mucho para que dé a luz a esa obra que muchos esperamos que sea la que realmente impacte y que se convierta en un nuevo género a tener en cuenta. Juzgad vosotros mismos.

Lo mejor: la sublime y malvada interpretación de Michael Parks.

Lo peor: no consigue atraparnos como Kevin Smith pretendía a través de un nuevo imaginario.



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