Muy
pocos documentales tienen la capacidad y virtud de quedarse prendidos en
nuestra memoria, conquistarnos con su historia e, incluso, emocionarnos con
ella. Ese es el efecto que “Searching For Sugar Man”, del tristemente
desaparecido director sueco Malik Bendjelloul, suele causar en quien lo visualiza. Quizá el Oscar al mejor
documental en 2012 sea poco para describir el excelente trabajo realizado por
un joven autor que dos años después surgía entre los medios de comunicación no
por su fulgurante carrera, sino por una fuerte depresión que terminó de la
forma menos deseada por todos: con su suicidio.
La
vida del compositor estadounidense Sixto Rodríguez rompió los corazones de
muchos espectadores que desconocían lo que este hombre había logrado. Entre
traiciones y bulos, la cinta parte de un juego entre director y público, ya que
no comenzamos sabiendo un todo, sino que, poco a poco, se va desmenuzando los datos de
quién fue y qué ocurrió, principalmente. Sin embargo, el punto de interés nos
traslada a Sudáfrica, donde el cantante es todo un ídolo y, por su importancia
social, deciden investigar para saber qué es lo que le sucedió, si son ciertos
los rumores que apuntan a una muerte un tanto desorbitada tras un concierto
desastroso.
Desde
Detroit, sus canciones llegaron a la otra punta del mundo en el mejor momento
posible. Con una sociedad que luchaba por las libertades y
derechos humanos, su figura pasó a ser un símbolo de aquella revolución
ideológica y de sus generaciones posteriores; y, su música, un himno que
entonaba los pensamientos de los jóvenes. Y todo ello siendo desconocido por el
protagonista. Ahora, tras dejar paralizada toda su carrera en la cúspide, nadie sabe el
paradero de este cantautor, si vive o verdaderamente murió en algún instante de
aquellos huracanados años 70.
Con total delicadeza, el tratamiento del guión nos hace sentir algo cálido, emotivo, una sensación que pocas producciones te hacen experimentar. Y, sólo por ello, es inevitable que se convierta en una cinta inolvidable para muchos. La interesante y misteriosa narración, crean un hipnótico producto final que, de principio a fin, no decae durante los 87 minutos de duración.
“Searching For Sugar Man” conmueve en todo momento. Una historia que debía ser contada, que
todos deberíamos conocer, sentir y darnos cuenta de la magia de sus canciones,
pero también de lo cruel que pueden ser las personas de nuestro alrededor, de las
traiciones y del difícil mundo artístico, de cómo el ser humano puede comportarse cuando
hay dinero de por medio y, en definitiva, de lo despiadados que pueden ser
nuestros días. Y entre todo ésto, como una luz que intenta tapar ese lado más sombrío de nuestra sociedad, de repente, puede que alguien piense que quizá sea posible que estemos en tiempos de milagros.
Lo
mejor: partir desde el puro desconocimiento de la vida de Rodríguez, jugar con
los datos que nos presentan y presenciar un final excitante que consigue
remover todo nuestro interior.
Lo peor: nada. Pocos documentales pueden transmitirnos tanta
cantidad de sensaciones en tan poco tiempo.
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