Desde
la mítica trilogía de la venganza de Park Chan-Wook, no asistíamos a un
thriller de intensidad firme, renovado y que, sobre todo, invite a reflexionar
a sus espectadores. Han pasado ya unos años desde el estreno de “I Saw The Devil”, del director surcoreano Kim Jee-Woon, una película que pasaría a ser
referencia en el género, elevó a su autor a un nivel más internacional y contribuyó al despegue de la popularidad de la industria del país gracias a aquéllos que
buscaban más de lo que les ofrecía el cine convencional.
Sus
144 minutos de pura tensión desarrollan una historia en la que Kyung-Chul (Choi
Min-Sik) es un asesino en serie que disfruta del sadismo y la tortura que
ejerce sobre sus víctimas, en su mayoría mujeres. Sin embargo, una de
ellas resulta ser la hija de un agente de policía ya retirado. El marido de la joven, Kim
Soo-Hyeon (Lee Byung-Hun) no tardará en darle caza, convirtiendo la figura del
perseguidor en perseguido e intentando vengarse del dolor que su familia está
padeciendo.
Una
espiral de violencia basada en el famoso refrán “ojo por ojo y diente por
diente”, en el que los personajes son corruptos, envilecidos, depravados, se dejan llevar por sus propias
debilidades, autodestruyéndose y creando una imagen repulsiva de lo que, en
esencia, es el ser humano. El fantástico actor Min-Sik sigue la estela de sus
anteriores trabajos y es que es prácticamente imposible olvidar su intervención
como protagonista de la película de culto “Old Boy” (2003) del anteriormente mencionado Park Chan-Wook, cinta que haría despegar su imparable carrera hasta verse en 2014 participando en
“Lucy”, de Luc Bresson. Es imposible obviar su mirada fuera de sí, mientras nos
encierra en una especie de duelo interpretativo con su compañero de reparto,
Byung-Hun, otro de los grandes actores que ha catapultado Corea y que en los
últimos tiempos intenta conquistar Hollywood. No olvidemos que ya ha
participado en “G.I. Joe” (Stephen Sommers, 2009) y su secuela, “G.I. Joe: La Venganza” (Jon Chu, 2013) y, además, podremos disfrutar viéndole
en la nueva “Terminator Génesis” (Alan Taylor, 2015).
Con actuaciones de tal calibre y una banda sonora rompedora, la producción no podría haber resultado de mejor calidad y es que su poder visual atrapa desde el primer momento, jugando con los límites del cuasi terror, pero siempre entrelazando el gore, la acción, ciertos toques dramáticos y, por supuesto, el thriller en todo su potencial. Con escenas realmente crudas que otean un sadismo extremo y repulsivo hasta el punto de herir la sensibilidad de más de uno, “I Saw The Devil” nos recuerda la facilidad con la que el ser humano puede caer, es decir, llegar a degradarse hasta puntos insospechados al ser dominado por la ira y la venganza.
Con actuaciones de tal calibre y una banda sonora rompedora, la producción no podría haber resultado de mejor calidad y es que su poder visual atrapa desde el primer momento, jugando con los límites del cuasi terror, pero siempre entrelazando el gore, la acción, ciertos toques dramáticos y, por supuesto, el thriller en todo su potencial. Con escenas realmente crudas que otean un sadismo extremo y repulsivo hasta el punto de herir la sensibilidad de más de uno, “I Saw The Devil” nos recuerda la facilidad con la que el ser humano puede caer, es decir, llegar a degradarse hasta puntos insospechados al ser dominado por la ira y la venganza.
Considerado
como uno de los thrillers más importantes que han salido de Corea del Sur y a su
director como uno de los mejores talentos con éxitos de taquilla como “Dos Hermanas” (2003), “A Bitersweet Life” (2005) o “El Bueno, El Malo y El Raro” (2008),
Jee-Woon dejó el listón excesivamente alto allá por 2010, ya que desde entonces
nada ha sido igual. Eso sí, tres años después se hizo con la batuta de “El Último Desafío”,
una producción que pasó sin pena ni gloria, pero que fue protagonizada por
Arnold Schwarzenegger y que, por primera vez, le hizo adentrarse en la meca del
cine. No obstante, este año se encuentra inmerso en su próximo thriller, “Coward”, dejando por fin a un lado otros géneros como la comedia romántica y la ciencia ficción, con los que no parece sentirse tan cómodo. Así pues, estaremos
atentos al nuevo metraje de uno de los grandes de la industria coreana.
Lo mejor: las actuaciones de ambos actores, que consiguen crear un halo de violencia y odio verdaderamente real.
Lo peor: ciertas escenas rozando la inverosimilitud, pero se perdona. En conjunto es un material de obligada visualización.
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