“CitizenFour”, el impactante trabajo de la directora estadounidense Laura Poitras, es de esas producciones de obligado visionado, sobre todo, tras recibir innumerables
galardones, entre los que destaca el Oscar a Mejor Documental (2015). Junto a “My Country, My Country”
(2006) y “The Oath” (2010) se cierra un tríptico que nos presenta ese nuevo
Estados Unidos que se formó con el trágico atentado a las Torres Gemelas
durante el 11-S. Un cambio que continuó en las manos del ex-presidente y
Nobel de la Paz, Barack Obama, quien manejó una supuesta
democracia que, a día de hoy, sigue encubriendo lo que resulta ser una dictadura. Y sí, a ese nivel se
podría hablar de la política estadounidense cuando, por garantizar la seguridad
nacional en extremo, restan importancia a nuestros derechos fundamentales, como
es la privacidad. La Agencia Nacional de
Seguridad (NSA) se encarga de recopilar multitud de datos a partir de las
comunicaciones que se producen a nivel mundial y siempre con el beneplácito de
nuestros gobiernos y de gigantes como Google o Youtube, es decir, estaríamos
ante una especie de ojo monstruoso que ve y sabe todo, que conoce lo que hacemos
en cada momento y las palabras que utilizamos en nuestras relaciones, quiénes son nuestros contactos y cuándo los vemos. Todo.
Esto
es lo que nos intenta explicar y probar el antiguo trabajador de la NSA, Edward
Snowden, que tuvo que refugiarse en un hotel de Hong Kong, en donde mantenía
constantes entrevistas con los periodistas de The Guardian y Der Spiegel,
publicaciones que sacaron a la luz la polémica historia. Dejando atrás su hogar
y a su novia, el protagonista creyó conveniente dar publicidad a estos hechos que
supondrían todo un escándalo mundial y que le llevarían a ser refugiado durante
un año en Rusia. Obama le calificó como antipatriota
y, a los periodistas que le ayudaban, enemigos. Tanto es así, que cruzar las
fronteras les suponía grandes problemas, al igual que a su familia, como le
ocurre a la pareja del reportero Glenn Greenwald, que fue retenido en pleno
aeropuerto. Estas tensiones les obligan a mantener la comunicación a través de
pseudónimos y mensajes encriptados, evitando, así, que Snowden pueda ser
localizado.
Como sucede con más frecuencia de lo que nos gustaría, la cinta tuvo que esperar casi dos años para que el documental llegara a nuestras manos. Prácticamente dos horas de metraje en las que vemos unas entrevistas que, en ocasiones, se hacen tediosas, debido a la cantidad de datos, detalles y tecnicismos a los que nos enfrentamos. Producida por el director Steven Soderbergh, junto al canal HBO y Channel 4; pierde el ritmo y nuestro interés en más de una ocasión, quizá porque a mitad de la cinta olvida parte de la focalización de la historia, ese objetivo claro que nos centraba en la trama en todo momento. Pese a ello, su testimonio debe ponerse en conocimiento de toda la sociedad y esperemos que sea uno más de muchos otros que destapen todas estas negligencias que las grandes potencias cometen.
Como sucede con más frecuencia de lo que nos gustaría, la cinta tuvo que esperar casi dos años para que el documental llegara a nuestras manos. Prácticamente dos horas de metraje en las que vemos unas entrevistas que, en ocasiones, se hacen tediosas, debido a la cantidad de datos, detalles y tecnicismos a los que nos enfrentamos. Producida por el director Steven Soderbergh, junto al canal HBO y Channel 4; pierde el ritmo y nuestro interés en más de una ocasión, quizá porque a mitad de la cinta olvida parte de la focalización de la historia, ese objetivo claro que nos centraba en la trama en todo momento. Pese a ello, su testimonio debe ponerse en conocimiento de toda la sociedad y esperemos que sea uno más de muchos otros que destapen todas estas negligencias que las grandes potencias cometen.
"CitizenFour" es, de nuevo, otra prueba más de que nos
manejan como simples peones en un tablero, de que siguen demostrándonos que no les
importamos nada y, aún así, seguimos depositando nuestra confianza en ellos. Una
confianza prostituida en pos de sus propios intereses o de obsesiones que se
escapan de sus manos.
Lo
mejor: la sorprendente trama que nos destapa. Una expléndida banda sonora a
manos de Nine Inch Nails y sus toques industriales y apocalípticos.
Lo
peor: la densa y apabullante información que se nos presenta.
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