Muchos
conocen al director nipón Tetsuya Nakashima principalmente por “Confessions” (2010),
una cinta que se coló dentro de la programación del Festival de Sitges de 2010
y que nos presentaba un baño de violencia con un thriller psicológico bastante bizarro entre una profesora y sus
alumnos. Atrás quedan “Kamikaze Girls” (2004), con la que
se adentró en el mercado internacional de forma muy tímida, o “Conociendo
a Matsuko” (2006), que llamó la atención en diversos certámenes asiáticos. Cuatro años pasaron sin tener noticias de él, pero el cineasta regresó con otro largometraje, “The World of Kanako”, que mantiene
ese toque grotesco en su historia gracias a la decrépita imagen que construye
de Japón.
Kanako Fujisjima
(Nana Komatsu) desaparece de repente en pleno Tokio, dejando
destrozada a una familia desestructurada. Su padre, Akikazu (Kôji Yakusho), inicia una
búsqueda exhaustiva para investigar lo que le ha ocurrido a su hija. Antiguo policía
y alcohólico, no duda en verter la sangre de quien se cruce por un camino en el
que poco a poco descubrirá lo más oscuro de la adolescente.
Bien
es cierto que, contar con tal elenco, genera mucho interés, sobre todo entre
los seguidores Yakusho,
que cuenta con una extensa carrera y con multitud de películas bajo la batuta
de los más grandes realizadores nacionales, como Kiyoshi Kurosawa, Shinji Aoyama
o Takashi Miike,
con los que ha repetido experiencia en varios trabajos. Igualmente, Nakashima
vuelve a contar con este gran actor tras la excelente labor realizada en “Paco
and the Magical Picture Book” (2008). En esta ocasión, su papel se
acerca demasiado al perfil del coreano Choi Min-Sik en “Old Boy” (Park Chan-Wook,
2003), con ese lado tan vengativo y cruel refugiado en una buena causa. Nos
atrae que el protagonista sea el perfecto antihéroe y disfrutamos de sus
imperfecciones. Como veterano en la profesión, vuelve a adaptarse con
naturalidad en este nuevo rol, con el que obviamente ensombrece al resto de
compañeros, los cuales no hacen nada más que desfilar ante su presencia. Un
gran número de personajes que representan a la sociedad japonesa actual en
todas sus vertientes y, por supuesto, en su mayor decadencia. Junto a él,
figuran los afamados Jun Kunimura y Satoshi Tsumabuki, o el
internacional Jô
Odagiri con intervenciones poco llamativas.
Con
esta adaptación de la novela de Akio Fukamachi, el autor se pasea de nuevo por el
género thriller, sorprendiéndonos no
sólo con su trepidante montaje, sino también con la intercalada narración entre
tres hilos temporales diferentes. Deja a un lado lo más convencional para
convertir una simple historia en algo salvaje y violento. No obstante, la
rapidez entre escenas, que intercalan las tres subtramas constantemente, y la
inmersión de tal variedad de personajes, exige una mayor concentración comparado
con otras películas de similar estilo y es que el director no mide lo excesivo
en “The
World of Kanako”.
Las
putrefactas calles de Tokio se rinden ante el maltrato, las drogas y la pedofilia,
representadas con furia y sobre las que se vierten litros y litros de sangre. La
perversión mina la inocencia y todo lo que aparentemente es normal se vuelve
mundano. Un juego que lentamente pierde fuelle en su parte final, donde, tras
casi dos horas de metraje, nos sentimos exhaustos ante tanta intensidad e información
que asimilar, impidiéndonos, incluso, parpadear para no perdernos ni un solo
detalle. Toques de humor negro y mucho gamberrismo retorcido que nos enseña la
otra cara de la adolescencia, de quienes poseen una maldad oculta casi
descabellada, pero en todo momento más que creíble, fruto de una educación poco
correcta y descuidada.
Pocos
cineastas se atreven a tal esquizofrenia visual y es que Nakashima compone su largometraje a
base de música clásica para las escenas más violentas y j-pop para las más convencionales. Un extraño caos que comienza con
unos créditos al estilo pulp setentero,
explotados por Tarantino,
entre otros. La imagen granulada se une a un montaje cercano al videoclip, que
intercala ciertos fotogramas sobre los que se dibuja sangre salpicada y animación más propia del manga japonés.
Tal
vez “The
World of Kanako” no supere la calidad de “Confessions”, pero el
retrato tan oscuro de Japón se mantiene junto a la crítica social que realiza,
rozando lo enfermizo, mientras nos entretiene ese fabuloso juego que realiza el
autor con sus marionetas, a las que no siempre les tiene que llegar un final
feliz. 6/10
Lo
mejor: dosis de violencia y sangre gratuita en escenas de pura acción
trepidante. El estupendo elenco actoral con grandes veteranos del cine nipón.
Lo
peor: a veces es mejor no pecar de excesivo y, en este caso, el director
sobrepasa los límites con demasiados hilos argumentales y un desfile de
personajes que se hace innecesario a veces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario