El
legendario actor Robert Englund fue el auténtico protagonista de la jornada del
martes 26 de mayo. Con una carrera más que extensa en la que, principalmente, se ha movido
entre los géneros de ciencia ficción y el terror, no fue hasta el clásico
“Pesadilla en Elm Street” (1984) donde se ganó la fama de ser uno de los mejores
villanos de la historia y es que el artista ha conseguido desvelarnos durante
mucho tiempo gracias a su auténtica interpretación de Freddy Krueger, llegando
a ser insustituible e indispensable. No es de extrañar que en esta 3ª edición
del Festival Internacional de Cine Fantástico de Madrid, Nocturna, fuera uno de los premiados con el tan merecido galardón
al Maestro del Fantástico. El actor presentó su mejor cara ante el público
presente en los Cines Palafox, con sucesivas bromas y muestras de cariño a sus
fans y es que no deja de ser chocante ver cómo detrás de la piel quemada de uno
de los villanos que más hemos temido, se esconde una persona tan encantadora y
atenta.
III (2015):
Muy
entretenido fue el cortometraje “Aún Hay Tiempo” de Albert Pintó, en donde el
protagonista pretende recuperar a su ex novia y se ve envuelto en la magia
navideña de un pequeño Papá Noel de juguete. El verdadero valor del amor dio
paso a la nueva cinta del ruso Pavel Khvaleev tras su debut con “Randoom”
(2013). En esta ocasión, nos deleita con un fantástico trabajo de fotografía que
ahoga una trama a la que le falta impacto, pero que va bien encaminada. Ayia (Polina
Davydova) y Mirra (Lyubov Ignatushko) son dos hermanas que sufren la pérdida de
su madre por una extraña enfermedad que se ha expandido como una plaga. De
repente, la pequeña comienza a tener los mismos síntomas, por lo que Ayia acude
al padre Herman (Evgeniy Gagarin) en busca de ayuda. A través de un antiguo
libro de rituales chamanes, emprenderá un siniestro viaje onírico para salvar a Mirra.
Con este interesante planteamiento, encontramos algunas escenas que recuperan
una tensión que se mantiene adormecida durante la mayor parte del metraje.
Colores intensos entre rojos y naranjas que chocan con el intenso azul del
cielo y algún efecto llamativo hacen pensar que Khvaleev se ha centrado demasiado en
el aspecto visual, dejando a un lado algo tan importante como es el guión para
captar la atención de sus espectadores. Rematando con un final sin sentido,
“III” no cumplió con las expectativas pese al estupendo trabajo artístico.
THE LAST SHOWING (2014):
Visiones
que se hacen realidad. La doctora Joanna Redding atiende a Kenny, un paciente
aparentemente con brotes de esquizofrenia que acude histérico porque ve seres
que le persiguen. “The Peripheral”, el cortometraje de Jt. Seaton, permaneció
a la sombra ante la presencia del cineasta Phil Hawkins y el mítico actor
Robert Englund, que aconsejaba a los asistentes no comer palomitas durante la
proyección de “The Last Showing”. Una pequeña broma del clásico villano que
estuvo disfrutando de los primeros días del festival en compañía no sólo de la
organización, sino también de sus grandes fans. Por su parte, Hawkins nos
presenta un producto palomitero con algún que otro cabo suelto, basado en la
figura de Stuart (Englund), un proyeccionista que es relegado a limpiar las
salas y a servir palomitas y bebidas a los espectadores que acuden a los
grandes cines. Por eso, considera que es el momento de grabar, por fin, su
propia película y, para ello, decide dar el protagonismo a Martin (Finn Jones) y a Allie
(Emily Berrington), una pareja que pretende pasar una noche tranquila
mientras ven "Las Colinas Tienen Ojos 2”, de Wes Craven, autor precisamente de
la saga “Pesadilla en Elm Street”. Una trama entre falsos héroes y villanos que
nos permite jugar con el propio thriller,
proporcionando momentos muy entretenidos y es que, sin ir más lejos, es el
único objetivo de la cinta. Sin ninguna pretensión, la narración no decae en ni
un solo instante con un Englund que realiza una interpretación soberbia, sobre
todo porque consigue que olvidemos totalmente el mítico papel que le hizo tan
famoso y temido. Destacamos, sin duda, la fantástica escena en la que el jefe
de Stuart, Clive (Malachi
Kirby) y Martin luchan sobre el suelo al son del fragmento de “Lacrimosa”
del “Requiem” de Mozart. Un instante que, con tal sencillez, nos crea una
tensión muy bien llevada y es que a veces no es necesaria tanta parafernalia
para crear un producto de entretenimiento decente. Igualmente, la labor
fotográfica sobresale, dándole tanta importancia como un personaje cualquiera
al conseguir crear una atmósfera claustrofóbica dentro del laberíntico cine
lleno de salas, pasillos y cabinas.
PESADILLA EN ELM STREET (1984):
Obviamente
no podía faltar una de las obras clásicas más aplaudidas gracias a la fabulosa
labor del que ya podemos decir Maestro del Fantástico, Robert Englund. Una vez
recogido su premio y dedicadas ciertas palabras como agradecimiento, el público
disfrutó una vez más de esta película de culto realizada por Wes Craven en la
época dorada del género de terror. A día de hoy, seguimos temiendo a uno de los
grandes villanos de la historia del cine, Freddy Krueger, y es que sigue
generando malestar a la hora de dormir aunque hayan transcurrido ya 30 años
desde su estreno en la cartelera española. De todos es conocida la trama en la
que varios adolescentes tienen constantes pesadillas por culpa de un hombre con
el rostro quemado y con guantes de afiladas cuchillas que les persigue para
matarles. Asesinado por los padres de los jóvenes, regresa para vengarse de cada uno de ellos. Sólo describir su argumento hace
que se nos pongan los pelos de punta y es que Krueger dio juego para realizar
varios largometrajes, aunque siempre nos quedaremos con esta primera parte. En
cierto modo, la historia se basó, en parte, en hechos reales y el mítico
personaje fue creado a partir de algún que otro trauma del propio Craven.
Englund se sumergió intensamente en un ser lleno de venganza y deseo,
otorgándole una personalidad única, por lo que no podemos concebir a tal villano
en manos de otro actor, con su guante como símbolo, su gorro y su jersey
deteriorado, sus andares tan característicos y, ante todo, su humor negro y
cruel que no nos hacía gracia nunca (aunque ahora ya sea diferente). Una
producción más que rentable que abrió paso nada menos que a siete películas más
entre secuelas, una precuela y otra cinta protagonizada por Krueger. No todas ellas
fueron dirigidas por su autor original, al igual que su calidad poco a poco fue
en detrimento hasta quedar relegadas a ridículas parodias. La jovencísima Heather
Langenkamp daba vida a Nancy, la heroína que intentaba combatir a toca costa su
sueño para no caer en las garras del enemigo. Una lástima que apenas
desarrollara una gran carrera con tan destacable actuación, mientras que
Englund ha sido acosado por la eterna sombra de este personaje, aunque nunca le
ha impedido seguir trabajando en lo que más parece disfrutar. Por su parte, poco
hay que decir del resto del elenco, con nombres que apenas han despuntado, a
excepción de Johnny Deep que, aun teniendo una interpretación algo escasa, fue
el que despegó vertiginosamente con una trayectoria incomparable al resto de
actores. Definitivamente, es imposible olvidar aquella canción que unas niñas cantaban mientras saltaban a la comba, manteniendo viva la figura del temible e indestructible Krueger que no nos dejaba descansar por las noches.
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