El Festival Internacional de Cine Fantástico
de Madrid, Nocturna, hacía público su palmarés la mañana del sábado 30 de
mayo, sorprendiendo el gran acaparamiento de la que ya es la indiscutible vencedora
de esta 3ª edición: “Liza, The Fox-Fairy”. Un día que se planteaba realmente activo
y que incluía en su programación la película que clausuraba el certamen junto a
la gran sorpresa de la semana, el clásico de terror “Re-Animator” (Stuart Gordon,
1985). Cinta de culto que se libró del aparatoso final de su antecesora, “Big
Game” (Jalmari
Helander, 2014), el nuevo trabajo de Samuel L. Jackson, que se vio
suspendida tras poco menos de 30 minutos de proyección debido a unos problemas
técnicos que fueron dando ciertos avisos desde primera hora de la tarde. Sin
embargo, la organización quiso compensar a su audiencia exhibiendo, una vez
más, el filme ganador del afortunado Károly Ujj Mészáros en la última sesión del
domingo 31 de mayo. Sin que los ánimos decayeran, el público comentaba el gran
acierto de las vencedoras:
SECCIÓN OFICIAL:
- Premio Nocturna Paul Naschy a la mejor película: “Liza, The Fox Fairy”.
- Premio Nocturna al mejor director: Károly Ujj Mészáros por “Liza, The Fox Fairy”.
- Premio Nocturna al mejor guión: “ex aequo” para Bálint Hegedûs y Károly Ujj Mészáros por “Liza, The Fox Fairy” y para Kirsten Elms y Marcus Nispel por “Exeter”.
- Premios Nocturna a la mejor interpretación: Mónika Balsai y Szabolcs Bede Fazekas por “Liza, The Fox Fairy”.
- Premio Nocturna a los mejores efectos especiales: “ex aequo” para “Liza, The Fox Fairy” y “Exeter”.
- Premio Nocturna Dark Visions a la mejor película: “Afterdeath”.
SECCIÓN MADNESS:
- Premio Nocturna Madness a la mejor película: “Bunny, The Killer Thing”.
MENCIONES ESPECIALES:
- A los cortometrajes “La Hora del Baño” (Eduardo Casanova), “Happy Face” (Marc Juvé), “2037” (Enric Pardo) y “The Fisherman” (Alejandro Suárez).
PREMIOS DEL PÚBLICO:
- Mejor película: “It Follows”.
- Mejor cortometraje: “ex aequo” para “Dernière Formalité” (Stéphane Everaert) y “The Fisherman” (Alejandro Suárez).
- Blood Window: “Presagio” de Matías Salinas.
MEJOR CORTOMETRAJE UNIVERSITARIO:
- “Oscillation” de Dídac Gimeno.
TERMINUS (2015):
La
tarde comenzaba con la ciencia ficción de “Terminus”, pero antes llegaba a la
pantalla un par de cortos universitarios, “Oscillation”, de Dídac Gimeno,
y “Rubber
Baby”, de Mireia Carmona. Dos proyectos muy prometedores,
sobre todo en el caso del primero, puesto que dejó a los asistentes
sorprendidos de la gran labor técnica y la belleza de cada plano. Desde la
Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de Madrid (ECAM) surge un talento
inesperado. “Oscillation” muestra a una joven perdida entre las lámparas que
vende en su tienda, donde le acechan fantasmas y otra serie de visiones muy
bien elaboradas que se llevaron un sonoro aplauso. Por su parte, “Rubber
Baby”, del Instituto del Cine de Madrid, nos trae una clásica trama de
cine de terror, en una cabaña abandonada en pleno bosque donde cuatro jóvenes
son atacados de manera despiadada. Poco original pero una muy entretenida pieza
que nos llevaba a “Terminus”, la cinta de Marc Furmie que se estrenaba mundialmente en la
sala 1 de los Cines Palafox. David Chamberlain (Jai Koutrae) aún no se ha
acostumbrado a la pérdida de su mujer, pero sigue teniendo el apoyo de su hija Annabelle (Kendra
Appleton). Una noche tiene un accidente con su camioneta y se encontrará
con algo que le cambiará por completo la vida. Una premisa que nos hace
comenzar con mucho interés, pero que constantemente se vuelca en la parte más
dramática bajo la situación psicológica en la que se encuentran sus personajes.
Ambientada en una guerra ficticia con Irán, no deja de ser otra crítica más a
la política exterior norteamericana, pero incluyendo, además, una moraleja
ecológica, a parte del consabido mensaje antibelicista. Y no es que la
producción australiana estuviera mal enfocada, pero su lentitud en el
desarrollo de la acción provocaba más de un bostezo a tan temprano horario. Más
de uno abandonó la sala en los primeros momentos, pero fue una decisión extrema
e innecesaria tomada, tal vez, por el cansancio acumulado de la semana. No obstante,
“Terminus”
es una película decente que pasará totalmente desapercibida si llega a la
cartelera española precisamente por una historia de la que ya estamos agotados
y que no aporta originalidad al género.
EL DÍA DE LA
BESTIA (1995):
El
director español Álex de la Iglesia llegaba a las instalaciones para recibir su
propio homenaje con el premio Maestro del
Fantástico y para dar paso a una de las obras cumbre en su filmografía, “El
Día de la Bestia”, que, en su estreno, obtuvo 6 premios Goya, incluídos el de mejor director y actor revelación para Santiago Segura. Una fantástica cinta que gana con el paso de los años, algo de lo que pocos
cineastas pueden enorgullecerse. El padre Berriatúa (Álex Angulo) estudia el Apocalipsis
según San Juan y descifra que el Anticristo nacerá el 25 de diciembre de 1995
en Madrid. En su lucha por impedir este acontecimiento, se une a un aficionado
al death metal, José
María (Santiago Segura), que, junto al profesor Cavan (Armando de Razza),
presentador del típico programa esotérico de la televisión, organizan una
ceremonia para invocar al diablo. Un genial guión repleto de humor negro y
compuesto por una suculenta mezcla de acción, terror y fantasía. Su
inteligente, espeluznante y disparatada visión futurista ha ido conquistando
generación tras generación con sus grandes dosis de diversión y frenetismo narrativo
con el que es imposible moverse de la butaca. El autor nos presenta otra
Navidad tras la típica fachada sobreexplotada cinematográficamente, fuera de
los convencionalismos no sólo internacionales, sino también españoles, puesto
que hasta entonces no habíamos visto nada igual. Flavio Martínez Labiano nos sorprende
una y otra vez con una excelente labor fotográfica teñida de oscuridad en un
ambiente siniestro de otro Madrid que no conocíamos, corrupto, sucio, lluvioso
e invadido por la lúgubre negrura de la noche. Junto a ello, el filme contiene
una de las escenas más importantes y míticas de nuestro cine, aquella imagen
imborrable del cartel luminoso que publicitaba la bebida Schweppes y que permanecía colgado del edificio Capitol. Y es que
pasear al lado de esta emblemática construcción nos remite irremediablemente y
en cuestión de segundos a “El Día de la Bestia”.
BACKCOUNTRY
(2014):
Mientras
que Alex de la
Iglesia recibía el último de los galardones que el Festival Nocturna
entregaba en esta 3ª edición, la sala 2 se disponía a visionar “Chromosome
4”, un trabajo de Daniel Diosdado bastante respetable, en el que Alicia (Anne-Marie
Agbodji) es sometida a un interrogatorio al ser la principal
sospechosa de la desaparición de su hijo. Pese a las explicaciones de la mujer,
la policía sigue sin creerla hasta que uno de los agentes lo comprueba en
primera persona. Su final queda insignificante tras el buen desarrollo de su narración,
dejándonos indiferentes y recobrando las energías para “Backcountry”, la
producción canadiense de Adam Macdonald. Avisándonos de antemano de que la
historia está basada en hechos reales, vemos a una pareja de excursionistas, Jenn (Missy
Peregrym) y Álex (Jeff Roop), que se adentra en un bosque
remoto del país. En su búsqueda por una famosa cascada, se pierden entre la
frondosidad y en pleno hogar de un oso salvaje que no dudará en darles caza. Una
trama que reclama a todo amante del cine de aventuras más serio, pero que tarda
en llevarnos a la acción que más nos interesa. Centrándose más en las
discusiones y los celos, van pasando los minutos en una cinta que decide
esperarse hasta pasado la mitad del metraje para entregarnos los momentos más
tensos de los protagonistas. Mucha impaciencia entre el público para llegar a alguna
que otra escena sangrienta, que consigue de alguna manera impactar, pero su
autor prefiere poner el máximo ímpetu a la supervivencia y a los
arrepentimientos. Igualmente fallido es la aparición del personaje de Brad (Eric Balfour),
a quien vemos al principio del filme como un experimentado senderista que
parecía tener un papel con más peso pero que, en cuestión de un instante, se
termina esfumando igual que surgió. Sin embargo, cabe destacar la cuidada
fotografía paisajista a manos del director Christian Bielz, un asiduo de las series de televisión
en Canadá y que, sin duda, sabe captar todo el esplendor de un ambiente de gran
belleza que igualmente se siente abandonado y siniestro.
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