Internet ha
adquirido una gran importancia para los nuevos cineastas que no cuentan con un
presupuesto necesario para alcanzar sus metas. Algunos han conseguido lanzar
sus trabajos a través de diversas plataformas y han visto cómo su carrera
comenzaba a dar sus primeros pasos, pero pocas veces se producen
reacciones similares a las de “Kung Fury”, todo un fenómeno viral que fue la sensación durante el año 2015 por recuperar ese aire ochentero
que muchos cinéfilos echan de menos.
Su autor, el sueco
David Sandberg, superó su primer objetivo
a través de la modalidad de financiación de crowdfunding, alcanzar los
200,000$ para realizar un cortometraje, pero no llegó al millón para poder
emprender un largometraje que ahora muchos le reclaman. No obstante, jamás
hubiera podido imaginar crear un mediometraje con los 630.000$ dólares que
obtuvo y que sería seleccionado en el Festival de Cannes de 2015, en la sección
Quincena de los Realizadores.
Tras dirigir
videos musicales y spots publicitarios, decidió crear lo que sería un
fantástico guión que acabaría siendo todo un homenaje al cine de artes
marciales y de acción de la década de los 80. Él mismo también se pone en la piel del agente
de policía Kung Fury, que pierde a su
compañero Dragon (Steven Chew) al luchar contra
un ninja rojo. De nuevo en acción, intenta proteger a la ciudad de Miami de una
malvada máquina recreativa muy al estilo de “Transformers”. Sin
embargo, un enemigo peor acecha, por lo que viaja en el tiempo para destruir a Kung Führer (Jorma Taccone)
gracias a la
ayuda de su amigo Hackerman (Leopold Nilsson), un experto en informática que
conseguirá llevarle al pasado a través de su ordenador, aunque no augura que
todo salga a la perfección.
Tampoco
es que posea un guión demasiado profundo y precisamente por ésto, cumple con la
norma de aquellas películas de hace 30 años, en donde veíamos historias
divertidas que nos entretenían sin más. La pieza no sólo incluye todo tipo de clichés del
cine de aquella época, los cuales son exagerados todo lo posible, sino que
además es un estupendo ejercicio a nivel técnico y es que verdaderamente parece
que nosotros mismos retrocedemos años atrás para disfrutar de nuevo de una gran
década.
Un poco de “Street Fighter”, la estética a lo “Tron”
(Steven Lisberger, 1982), personajes
animados, como el Tiranosaurio Rex, un protagonista que nos recuerda a actores
como Jean-Claude Van Damme y que, además,
han aprendido kung-fu como en “The Karate Kid” (John G. Avildsen, 1984), e, incluso, hay cabida
para la mítica serie de televisión “El Coche Fantástico” (Glen A. Larson, 1982) con una escueta aparición de
David Hasselhoff sustituyendo a Kitt, la voz que humanizaba al automóvil.
Igualmente, el actor también forma parte de la banda sonora con un tema de lo
más pegadizo, "True Survivor". Junto a él, se unen
otras canciones electrónicas que abusan de los sintetizadores para emular la
música entonces. Al mismo tiempo, sentimos estar visionando de nuevo una cinta de
VHS, con sus efectos clásicos de desgaste, sumado a escenarios creados a base
de croma.
31 minutos de
metraje en donde encontramos grandes recuerdos, pero mucha acción con coches
que vuelan, viajes en el tiempo, explosiones, ninjas, dinosaurios que hablan,
nazis, el típico hacker, peleas, policías, exuberantes vikingas, el dios Thor, un villano que pierde el tiempo soltando
discursos y un héroe con traumas pero muy seguro de sí mismo. Todo tiene cabida
en una narración ingeniosa con un energético ritmo que, a pesar de tener sus
limitaciones, nos engancha de principio a fin. Bien es cierto que no hay
razones para lo que ocurre, que todo sucede porque sí, quedando claro que
deberíamos ver su largometraje antes que esta especie de trailer en extenso.
Los 80 están de moda otra vez, pero es posible que no seamos capaces de olvidarlos o quizás nos marcaron demasiado. Curiosamente estamos asistiendo a una corriente cinematográfica que nos vuelven a traer historias que ya conocíamos. Claros ejemplos son los remakes y secuelas de lasque pudimos disfrutar ese mismo año, como “Mad Max: Furia en la Carrtera” (George Miller, 2015), cuya saga aparentemente terminaba en 1985, “RoboCop” (José Padilha, 2014), “Poltergeist”, (Gil Kenan, 2015) o “Terminator” (James Cameron, 2015). Es posible que estemos ante un ciclo de falta de recursos creativos o que la industria ha preferido entregar lo que el público más reclama, pero lo que sí es cierto es que nuestra década parece haberse convertido en los nuevos ochentas.
Lo
mejor: nos invita a disfrutar de nuevo de los 80 para aquéllos que crecimos
con aquel cine.
Lo
peor: no hay causas, sólo consecuencias, así que lo único que podemos hacer
es dejarnos llevar sin exigir explicaciones.
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