viernes, 3 de julio de 2015

NACIDOS PARA SER ODIADOS (2014)


Muchas veces no nos damos cuenta del horror de otros, sobre todo si sucede fuera de nuestras fronteras. Mientras que nuestra sociedad ha luchado mucho para erradicar la homofobia, aunque a día de hoy todavía hay quienes son incapaces de ver más allá de sí mismos, existen países en los que la situación es extrema, donde no se respetan los derechos humanos y las personas son tratadas como basura en función de su orientación sexual. Este es el caso de Rusia, que desde 2013 posee una de las leyes más retrógradas que se han visto en los últimos tiempos, por la que los homosexuales son calificados de enfermos mentales y simplemente pervertidos. Para colmo, quienes ayuden al colectivo LGBT (Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales) son repudiados en igualdad de condiciones, con sanciones y penas de cárcel. El estado pretende que la asistencia por parte de profesores, psicólogos y padres sea para inculcarles lo anormal que es su comportamiento, haciéndoles ver que la culpa del odio que padecen es suya y no de las mentes arcaicas que han conseguido el apoyo gubernamental a tan primitivo pensamiento.

Frente a esta aterradora situación, surge “Children 404”, un grupo que se expone a través de la red y que ofrece apoyo a quienes sientan esta quema de brujas, en su mayoría niños repudiados en institutos, donde padecen día tras día el rechazo y abuso por parte de sus compañeros. Además, su nombre, que, por cierto, hace referencia al mensaje de error que suele salir en las páginas no encontradas en la red, queda registrado en el propio título del documental dirigido por Askold Kurov y Pavel Loparev, en el que se incluyen 45 testimonios y reflexiones de adolescentes rusos en estas circunstancias, la mayor parte, anónimos. Precisamente, Elena Klimova es una de las personas que aparecen con declaraciones cuidadosamente dosificadas a lo largo de la cinta. Tuvo que dimitir de su empleo como periodista al mostrar su afecto por otra trabajadora, pese a que era su pareja. La artífice de esta comunidad online se plantea, incluso, abandonar su país para buscar un lugar donde pueda ser ella misma, al igual que les ocurre a muchos otros.  

También es triste tener que escuchar los insultos que propinan a Pasha en su colegio gracias a unas grabaciones clandestinas. El único activista de su pueblo, se manifiesta públicamente de forma pacífica, mientras vemos cómo un joven le escupe en repetidas ocasiones. No es un hecho aislado, sino que esto se repite constantemente, por lo que el protagonista tiene planes de futuro muy lejos de su casa y, por suerte, su familia le apoya a pesar de tener que apartarle de su lado. Más desagradable es escuchar que algunos padres prefieren ver a sus hijos muertos antes de que sean felices junto a alguien de su mismo sexo.

Es curioso que, hasta hace poco, tuviéramos la imagen de que Rusia era un país avanzado, de donde salió aquél popular e ilusorio dúo musical de chicas adolescente, T.A.T.U, que propugnaban sobre el amor libre y que revolucionaron el panorama internacional por besarse en público en cada aparición (aunque fuese fruto de una artificial campaña de marketing). Creímos en una concienciación, en un cambio que, al parecer, no se produjo, sino que hizo retroceder a la población rusa por decisión propia y con el respaldo de las altas esferas.

Cuando pensábamos que poco a poco se iban consiguiendo metas y más después de la noticia de la legalización del matrimonio homosexual en Estados Unidos, resulta que hay otros lugares del mundo en donde este tema da marcha atrás y regresa a la época de las cavernas. “Children 404” es un documental necesario y arriesgado que se presenta con un tono muy cercano a los más jóvenes. 76 minutos en los que observamos desde fuera la situación que reina en la nación de Putin. Kurov y Loparev muestran una cruda realidad tal cual es, siguiendo un proyecto que a duras penas se mantiene y que ha sido investigado, pretendiendo así ser clausurado definitivamente. En pleno siglo XXI, aún se distingue entre lo que es normal o tradicional y todo lo que queda fuera de ese círculo debe ser erradicado y así es como pasan los años, entre quienes simplemente buscan la libertades y quienes se creen con el derecho de maltratar a los que son diferentes. 7/10

Lo mejor: escuchar episodios que no corresponden con nuestro tiempo y darnos cuenta de la necesidad de seguir inculcando a las nuevas generaciones de la igualdad en nuestra sociedad.

Lo peor: el documental se queda corto para presentar toda la situación al completo, por lo que nos hacemos una ligera idea de lo que ocurre, pero no nos da tiempo a profundizar en ella.


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