Disney
y Pixar son las compañías que acaparan la mayor parte del público que gusta de
la animación, eso es un hecho. Pocos son los que se arriesgan a ver más allá y,
no nos engañemos, es un género del cine muy fructífero del que podemos
disfrutar cada vez más.
Exactamente,
han pasado 13 años del estreno de la fantástica película de dibujos animados “FernGully: Las Aventuras de Zak y Crysta”, del cineasta Bill Kroyer. Para él, fue su primera y
última labor en la dirección, en cuanto a largometrajes se refiere, pero continuó
su carrera artística de una forma más anónima. Basado en los cuentos de Diana
Young, la historia nos traslada a una naturaleza mágica y en todo su esplendor,
en la selva tropical cercana a Monte Peligro. La crueldad del hombre y sus
ansias de ganar dinero harán que el hada Crysta, su amigo Pips, los Beetle Boys
equipados con sus escarabajos voladores, el cariñoso y entrañable murciélago
Vampi y Zack, un humano, lucharán por la protección de la tierra de las manos
del tenebroso Hexxus, un ser formado por todas las vilezas que esta sociedad
promueve, como el petróleo o la basura.
Una obra que, en su momento, fue totalmente infravalorada a nivel
de taquilla, desplazada por la sombra de las compañías más poderosas, que siempre han acechado a
proyectos así. Su trama, sustentada en una cuestión excesivamente conocida y
utilizada, nos recuerda a las posteriores “Pocahontas” (Mike Gabriel y Eric
Goldberg, 1995), “Tarzán” (Kevin Lima y Chris Buck, 1999) o, la más
espectacular, “Avatar” (James Cameron, 2009).
El
mensaje es profundo, directo, rodeado de un halo verdaderamente cautivador. Una
importante idea que se encargan de transmitir a niños y no tan niños de una
forma entretenida, armónica y bien estructurada. Es más, al final de la cinta
aparece la dedicatoria que reza “para nuestros hijos y los hijos de nuestros
hijos”, quedando implícito el hecho de que esta película debería ser vista y
disfrutada por cada nueva generación. Para muchos es sólo educación, mientras
que, en sí, el filme transmite la viva imagen del egoísmo humano como si de un
espejo se tratase.
Con
personajes muy bien desarrollados, destaca el pequeño murciélago, al despertar
enseguida un gran cariño a través de su estupendo sentido del humor; y el
temible Hexxus, uno de los mejores malvados animados que hayamos visto con su
imponente personalidad y fuerte carisma. Tanto Vampi, que en su versión
original cuenta con la voz de Robin Williams; como el resto de los
protagonistas, son doblados por el cómico Ángel Garó en la edición española. Una
complicada, pero fantástica labor por parte del artista, que aporta grandes
matices a cada uno de ellos, incluso, entre los femeninos. La
excelente elección de colores y el gran número de pegadizas canciones que, por
desgracia, simplifican aún más la trama, convierten a “FernGully: Las Aventuras
de Zak y Crysta” en la película favorita de muchos de aquellos niños de
principios de los 90. Un bello trabajo australiano que se conserva
perfectamente con el paso del tiempo.
Lo
mejor: el doblaje y la educativa historia que nos presentan.
Lo
peor: la reticencia de muchos espectadores a probar nuevas experiencias fuera
de las productoras habituales.
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