lunes, 23 de julio de 2018

LA NEGACIÓN DEL PASADO (2018)


Kurt Waldheim fue un diplomático austríaco que llegó a la Secretaría de las Naciones Unidas entre 1972 y 1981 y a la Presidencia de Austria entre 1986 y 1992. Un hombre de éxito entregado por completo a la política y al Partido Popular Austríaco que supo ganarse al pueblo a través de sus carismáticos discursos. Sin embargo, y pese a los logros que obtuvo durante su madurez, su juventud estuvo ligada al partido nazi, un controvertido pasado que trató no sólo de negar, sino también de tergiversar. La polémica siempre le persiguió a lo largo de su carrera y, pese a que un comité internacional de historiadores se prestó a investigar la vida de Waldheim entre 1938 y 1945, lo cierto es que no se encontraron evidencias suficientes que permitieran juzgarle por crímenes de guerra. 

Los medios de comunicación internacionales se hicieron eco de este hecho durante años, pero el político nunca estuvo dispuesto a admitir nada de su participación en el nazismo, explicando que su servicio como oficial en el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial era un deber que, durante la época, le obligaba a obedecer a la Austria Alemana. Tal conflicto no hizo sino arrastrar la memoria histórica de su país durante décadas, en las que periodistas e investigadores esperaban cualquier pequeño error en sus discursos para certificar lo que ya era conocido por toda la sociedad. El seguimiento de toda una polémica vida queda recogido en “El caso Kurt Waldheim”, el documental realizado por la directora y guionista austríaca Ruth Beckermann, que ha sido premiado en el DocAviv Film Festival y en el Atlántida Film Fest 2018 con el premio del público.

Con gran experiencia en el cine documental, la autora ha sido reconocida en múltiples ocasiones por sus simbólicos trabajos, desde “Jenseits des Krieges” (1996), sobre los crímenes de guerra de la Wehrmacht; o “Those Who Go Those Who Stay” (2013), sobre las huellas de la inmigración. En sus obras siempre quedan presentes las heridas del pasado, recurriendo a la memoria histórica independientemente del espacio y tiempo que trate. Tras el éxito en festivales de su segundo largometraje de ficción, “The Dreamed Ones” (2016), un título creado bajo su propia productora, Ruth Beckermann Filmproduktion, la cineasta regresó a su zona de confort para retratar la carrera de Waldheim en forma de recordatorio. Una narración sumamente inteligente que rescata un magnífico material de archivo para contextualizar con gran astucia la ambigüedad, la misteriosa sombra del político. 

Discursos, entrevistas, posados, documentos, etc. La riqueza de las imágenes aporta un inigualable atractivo al metraje, pero, aún más importante, ofrecen toda la información posible para posteriores cuestionamientos. La vida del diplomático austríaco es, en sí misma, todo un gran acontecimiento. Un hombre que ha escalado hasta lo más alto de su carrera obviando totalmente su juventud y, pese a que ya han transcurrido varias décadas desde aquellos hechos, aún, a día de hoy, requiere una profunda reflexión al respecto. ¿Se han hecho las cosas de la mejor manera posible?, ¿se ha condenado como debiera las atrocidades del pasado? En pleno siglo XXI conocemos las respuestas y, con el paso del tiempo, descubrimos cada vez más errores cometidos en una memoria histórica que, a veces, hace pensar que todo ha sido una auténtica farsa. 

El peso de tal cantidad de imágenes de archivo hace que la obra de Beckermann se resienta en algunos puntos, en donde ciertas declaraciones se extienden en demasía. No obstante, y a pesar de tales momentos que, en definitiva, son escasos, el metraje capta fácilmente nuestra atención, arrastrándonos a un pasado de forma apasionante. El ocultismo con el que se ha tratado a Waldheim durante sus últimas décadas de vida no hace sino acrecentar nuestra curiosidad, avivar la llama de la injusticia en una época en la que ya deberíamos entrar en el proceso de reconciliación. Sin embargo, parece que esto aún no se producirá. Es imposible cuando escuchamos tales realidades. La memoria colectiva sigue guardando un obvio rencor por el que las heridas todavía no han cerrado. 

No se puede olvidar la barbaridad, ni los verdugos de tales brutalidades. Esto es precisamente en lo que profundiza Beckermann, el dolor de quienes no pueden perdonar, de quienes ensalzan la voz de los que ya no están, mientras los grandes líderes mundiales miran hacia otro lado siempre en favor de sus propios intereses. El siglo XX, los años de las grandes guerras, de los mayores avances, de los más cruentos conflictos, de corrupciones, violencia y mentiras, permanece en la sombra, acechando en todo momento para lidiar con juicios tardíos. Las tristes verdades quedan expuestas en “El caso Kurt Waldheim”, uno más de tantos extraños “olvidos” que nuestra historia permite de manos de quienes la escriben.

Lo mejor: un fantástico documental construido con gran cantidad de material de archivo.

Lo peor: ciertos fragmentos se extienden excesivamente, ralentizando el ritmo del metraje.


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