Existen
tantas atrocidades que aún desconocemos, tantas historias que aún permanecen en
la oscuridad y que sólo vienen a demostrar la propia ignorancia del ser humano.
Han pasado décadas del fin de la dictadura franquista en España y siguen
apareciendo víctimas que han sufrido la persecución, el acoso, el abuso y el
odio por ser quienes son. El director español Miguel Eek aporta un nombre más de ese oscuro pasado, el del afamado arquitecto mallorquín Josep Ferragut Pou, y lo hace a través de su
quinta pieza documental, “Vida y Muerte de un Arquitecto”, en donde trata de desgranar los
hechos que envuelven el siniestro asesinato de una eminencia en su campo y una
de las personalidades de mayor talento durante aquella época.
En
clave de suspense, el metraje da a conocer quién es nuestro protagonista a partir
de los testimonios de varios compañeros de profesión. Hombre culto e ilustrado,
con gusto por el arte, el cine y la fotografía, logró que la modernidad
embargara sus trabajos hasta otorgarle un merecido reconocimiento en el campo
de la arquitectura. Más de dos décadas de trabajo y miles de proyectos en sus
manos le reportaron grandes beneficios que repartió equitativamente con sus socios, siendo una práctica muy poco común en las empresas. No obstante, su estabilidad y dicha se tambalearon
en el momento en que comenzó a luchar contra la corrupción y el desarrollo
inmobiliario tan descontrolado en la costa, lo que le llevó a ganarse un gran número
de enemistades.
La
noche del 26 de febrero de 1968, Ferragut, a sus 52 años, es asesinado por dos
delincuentes comunes en un descampado periférico de Palma, pero su caso no fue
tan simple. Una vez resuelto, quedaron en el aire los motivos del homicidio,
principalmente porque su familia prefería no remover ciertas cuestiones para
evitar que se hicieran públicas, como su homosexualidad. Entre los testimonios,
aún hay sorpresas ante este hecho, otros siguen con una mentalidad propia de su generación, mientras que los últimos prefieren recalcar el talento del arquitecto por
encima de su vida íntima. Sin embargo, Ferragut pasó a pertenecer a esa lista
negra del régimen en donde quedaba constancia de aquellos personajes no
deseados e incómodos para el franquismo. Tal es así, que pese a ser tan
importante en su época, la historia española ha ensombrecido su nombre hasta la
fecha, siendo, incluso, ignorado en ciertos eventos.