Pocas series son capaces de concentrar tanta intensidad
dramática y dejar al espectador con la sensación de haber visto una de las
mejores narraciones en mucho tiempo. Precisamente esto es lo que ocurre con
“Signal”, un thriller policíaco diseminado en apenas 16 capítulos en los que se
produce una hibridación de géneros magnífica como pocas veces hemos
presenciado. Suspense, fantasía, drama y romance se fusionan para crear un
producto redondo bajo las órdenes del director surcoreano Kim Won-Suk, que,
aunque en un principio sólo captó a una pequeña audiencia, las cifras se
dispararon hasta convertirse en una de las series más vistas de la historia de
la televisión por cable en Corea del Sur.
Park Hae-Young (Kim Hyun-Bin) era apenas un niño cuando
intentó ayudar a la policía en un caso de asesinato, pero nadie le prestó atención. Por pura casualidad, se convirtió en un testigo de cómo su compañero de clase Yoon-Jung fue
secuestrado por una mujer que le tomaba de la mano y se le llevaba. Sin
embargo, los oficiales tenían el foco puesto en otro sospechoso. No tardaría en
salir la noticia de que el pequeño había muerto y el caso se convirtió en un
callejón sin salida. Años más tarde, Park Hae-Young (Lee Je-Hoon), que trabaja para
la policía como psiquiatra, es destinado a un nuevo departamento sobre
casos sin resolver junto a la detective Cha Soo-Hyun (Kim Hye-Soo). Su destino
cambia cuando escucha una voz dentro de un camión aparcado en la comisaría que
procede de un walkie-talkie enterrado entre bolsas de basura. Así es como
recibirá la ayuda del desaparecido agente Lee Jae-Han (Cho Jin-Woong), que
participó en la antigua investigación de la que Park Hae-Young fue testigo y
que en días aleatorios, siempre a las 23:23 horas, se manifiesta
misteriosamente tan sólo durante un escaso minuto.
El pasado y el presente se unen para atar cabos sueltos en
el camino a la verdad, en la búsqueda de asesinos que han escapado de las redes
de la justicia durante años. Por eso mismo, se dan respuestas a sucesos que en
la vida real siguen siendo inexplicables e igualmente impactantes, como el
derrumbamiento del puente Seongsu, sobre el río Han, que conectaba con el ahora
mundialmente famoso barrio de Gangnam, una de las zonas de mayor poder
adquisitivo de la capital; o los famosos asesinatos acontecidos entre los
años 1986 y 1991 en la provincia de Gyeonggi, en donde una decena de mujeres
perdieron la vida en el mismo lugar a manos de un hombre del que nunca se supo.
Se trató de un suceso tan impactante en la historia social de Corea del Sur que
aún a día de hoy la ficción sigue intentando responder a lo que nunca antes
tuvo solución, como sucede con el afamado thriller “Memories of Murder (Crónica
de un Asesino en Serie)” (Bong Joon-Ho, 2003) o la serie de televisión “Gap
Dong” (Jo Soo-Won, 2014).
No es nada nuevo ver cómo modificar el pasado hace que las
consecuencias se sufran en el presente y precisamente con esto juega “Signal”.
Cada detalle es importante en la trama, cada información es vital y cada
decisión es tomada a contrarreloj. La guionista Kim Eun-Hee, que, a pesar de
iniciar su carrera en el mundo del cine con el melodrama “Once in a Summer” (Jo
Geun-Sik, 2006), enseguida se trasladó a las series, destacando, en su carrera, el thriller
“Sign”, (Jang Hang-Jun, 2011) o las policíacas “Phantom” (Kim Hyeong-Sik y Park
Shin-Woo, 2012) y “3 Days” (Shin Kyung-Soo, 2014). En esta ocasión, la compleja
historia de “Signal” conforma un laberinto espectacularmente calculado, de suma
crudeza, implacable lógica e inteligentemente desgranado para intensificar el
suspense en cada capítulo, bañando todas las restantes subtramas, entre
las que destaca un tenue hilo romántico que alimenta la tensión, pero que no
toma protagonismo en ningún momento.
Asimismo, el sello de calidad viene a manos del
popular actor Cho Jin-Woong, un rostro conocido a nivel internacional gracias a
su participación en los principales blockbusters exportados por Corea del Sur,
como “Nameless Gangster” (2012) o la histórica “Kundo: Age of the Rampant” (2014) a las órdenes del director Yoon Jong-Bin; el thriller “A Hard Day” (Kim Seong-Hoon, 2014), “Asesinos” (Choi Dong-Hun, 2015), la entrañable “Salute D'Amour” (Kang Je-Gyu, 2015), “The Admiral: Roaring Currents” (Kim Han-Min,
2014), que acabó siendo la película más taquillera de la historia surcoreana; o la varias veces galardonada obra del cineasta Park Chan-Wook, “La Doncella” (The Handmaiden)
(2016). Pese a que Cho Jin-Woong comparte protagonismo, lo cierto es que su
personaje es el que posee una mayor evolución y profundidad, provocando que
poco a poco su presencia sea más indispensable en la historia. Por su parte,
Kim Hye-Soo se presenta como otro pilar fundamental, cuya dureza se transforma
en fragilidad al desvelarse sus mayores debilidades. La camaleónica actriz, que
sorprendió muy gratamente en los largometrajes “The Thieves” (Choi Dong-Hoon,
2012), “The Face Reader” (Han Jae-Rim, 2013) y, especialmente, en “Coin Locker Girl” (Han Jun-Hee, 2015), realiza una labor impecable al aportar el lado más
visceral a la narración con el apoyo del actor Lee Je-Hoon, menos conocido
fuera de las fronteras, pero con una interpretación magnífica en su lucha
contra la adversidad y como testigo de todas las consecuencias que trae
modificar el pasado y, por tanto, el destino de los tres.
Ciertos matices en la fotografía nos hacen diferenciar el
presente del pasado y permiten fluir con mayor ligereza una narración repleta
de oscuridad, asesinatos, secuestros, errores policiales y violencia. Es imposible escapar de las garras del tiempo de “Signal”, en donde nada es lo que parece,
donde los héroes también son antihéroes y en donde se transmite cada paso con el
máximo realismo posible. Con una trama nada predecible y sin caer en las
fastidiosas repeticiones en las que suelen pecar las series policíacas, las
vidas de los tres personajes quedan expuestas a múltiples posibilidades, a
inseguridades del azar y a un clímax totalmente inesperado que hace que los 16
escasos capítulos se queden, incluso, más cortos de lo deseado, dejando un
mundo muy diferente de lo que se nos presentaba en el inicio.
Lo mejor: cumple totalmente con las expectativas de los
amantes más exigentes del thriller policiaco.
Lo peor: cualquier posible error es una minucia con tan
fantástico trabajo.
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