Resulta
eterno el discurso entorno a las diferencias entre la mente femenina y
masculina y muy probablemente siga extendiéndose en el tiempo con múltiples
teorías que mueren con la misma rapidez con la que surgen. El cine tampoco
escapa de sus garras, siendo uno de los temas más utilizados y reutilizados de
su historia, aunque siempre se pueden encontrar pequeñas excepciones que
consiguen captar nuestra cada vez más exigente atención. Este es el caso de
“Conversaciones Con Otras Mujeres”, la segunda producción independiente del
director, productor, guionista y editor estadounidense Hans Canosa. Mitad drama
romántico, mitad comedia negra, lo cierto es que el sello “indie” a veces
asegura descubrir alguna que otra joya difícil de encontrar, como es este caso.
Con
tan sólo una obra a sus espaldas, “Alma Mater” (2002), con la que entraría
tímidamente en unos pocos certámenes cinematográficos de Norteamérica, el
cineasta se lanzó de lleno con una cinta que contaba con un elenco sumamente
reconocible y una mayor disposición para salir del país, aterrizando en
festivales como el de Valladolid o Tokio, en donde se alzó con el Premio
Especial del Jurado. Curiosamente, el éxito en esta ciudad le llevó a realizar
una cinta japonesa en 2010, “Memoirs of a Teenage Amnesiac”, que apenas
trascendería más allá de las fronteras niponas. Una trayectoria fugaz que, sin
embargo, le ha llevado más tiempo del esperado.
Una
mujer (Helena Bonham Carter) viaja desde Londres a Nueva York para acudir a una
boda en un hotel como dama de honor sustituta aun sabiendo que su expareja
estará en el evento. Ella fuma sola en una mesa, mientras habla por teléfono.
En el bar, un hombre (Aaron Eckhart) observa atentamente lo que hace. Ambos
acaban manteniendo una larga y provocadora conversación que revela sus
potenciales. Cada uno utiliza una táctica de acercamiento hacia el otro,
creando una tensión sexual que les mantiene en una burbuja, fuera de sus
problemas comunes, de sus familias, de su rutina. Su pasado se revela entre
diálogos inteligentes, ingeniosos y repletos de irresistibles dobles sentidos
que amenizan la extraña noche que están pasando los dos.