Nic (Brenton Thwaites), su novia Haley (Olivia Cooke) y su mejor amigo Jonah (Beau Knapp) son tres estudiantes que investigan el rastro de un hacker. Mientras viajan por carretera, tratan de localizar a un genio informático que, en el pasado, logró acceder a los sistemas del MIT, evidenciando, así, los problemas de seguridad que tenía la organización. Sin embargo, tras conocerse, todo cambia. Nic no es capaz de localizar a sus compañeros, pero, además, se encuentra siendo interrogado por el Dr. Wallace Damon (Laurence Fishburne). Entre ellos surge una batalla de ingenio, mientras el protagonista trata de dilucidar qué es lo que ocurre, dónde están sus amigos y cómo puede liberarse.
Tanto en "Love" como en "La Señal", Eubank demuestra tener mucho talento para crear climas y mantener el suspenso. Sin embargo, y pese a los esfuerzos por crear una obra más redonda que su ópera prima, lo cierto es que su trama de fondo guarda grandes similitudes, que se hacen cada vez más evidentes a medida que avanza el metraje. Tras 95 minutos de diálogos brillantes y una tensión que aumenta lentamente, pero con buen pulso, nos damos cuenta de que uno de los problemas que esta segunda cinta posee es su clímax. Así es, no termina siendo tan satisfactorio como cabía esperar, simplemente porque no contesta todas las preguntas planteadas en su argumento. Aún con ello, la película es lo suficientemente intensa, inteligente e interesante como para ganarse una recomendación en esta época en donde abundan las mediocridades y las ideas refritadas.