jueves, 20 de julio de 2017

EN LOS LÍMITES DEL ABISMO (2016)



Posiblemente, cuando el director estadounidense Larry Clark estrenó su largometraje “Kids” en 1995, no se imaginó la gran huella que dejaría en un gran número de cinéfilos y amantes del cine independiente. El retrato de jóvenes generaciones quedaría plasmado en tan controvertida polémica, hasta el punto de seguir investigando y profundizando en esta temática en obras posteriores, como “Bully” (2001), “Ken Park” (2002) o la más reciente “The Smell of Us” (2014). Sus influencias llegan hasta nuestros días de una forma indudable y en diversas variantes. Sin ir más lejos, la directora y guionista belga Fien Troch plasma esta misma esencia en su trabajo “Home”, una cinta que ha desfilado por el circuito de festivales internacionales como el de Estambul, Múnich, Toronto y Venecia, entre otros, cosechando buenas críticas y despertando un gran interés.

La historia de “Home” es una auténtica radiografía de las jóvenes generaciones de nuestros días. Kevin (Sebastian Van Dun) es un chico que acaba de salir de un centro de detención. Debido al rechazo de sus padres por su pasado turbulento, es acogido por sus tíos. Al empezar su nueva vida, entabla amistad con su primo Sammy (Loïc Bellemans) y su novia Lina (Lena Suijkerbuijk), con quien mantiene una relación con extraños altibajos. Kevin tiene la oportunidad de aprender un nuevo oficio, al igual que disfrutar del ocio con sus nuevos amigos, entre los que también se encuentra, John (Mistral Guidotti), que sufre terriblemente el violento desequilibrio de su madre. Sin embargo, y pese al empeño de Kevin por construir un futuro muy diferente, su rutina se tambalea con arrebatos de agresividad que trata de controlar, pero que, sin darse cuenta, influyen en las vidas de cada uno de sus colegas hasta marcar un antes y un después.

Las nuevas tecnologías, las drogas y el sexo son el día a día de unos jóvenes que tratan de adoptar el perfil de un adulto, que quieren crecer demasiado rápido sin darse cuenta de que los impulsos conllevan irremediablemente a caer en un oscuro pozo en el que aguardan terribles consecuencias y su consiguiente responsabilidad. La trama que presenta “Home” resulta ser cuanto menos impactante en su recta final. Una historia aparentemente sencilla que intenta hilar la rutina de la adolescencia a través de sus pensamientos, inseguridades e intereses, pero que acaba convirtiéndose en un siniestro drama con toques de suspense. En plena edad de autodescubrimiento aparecen los primeros amores, pero también se precipitan las segundas oportunidades, los abusos de todo tipo, los excesos insaciables. La vertiginosa carrera hacia la madurez se apresura para despojar a cada uno de ellos de cualquier atisbo de inocencia que pudiera quedarles.

Troch se acerca con gran solidez a un perfecto retrato generacional que, en pleno clímax, se despoja de toda moralidad para rendir pleitesía a lo insensato, transformando un relato que por momentos parece acomodarse en la monotonía para asestar un giro inesperado y sucumbir a lo más macabro posible, a la desesperación y el infortunio, pero también a una lección terrible que se trata de asimilar con toda la seriedad posible. Este tipo de matices son los que aportan una mayor frescura al relato en su recta final, dejando una sensación de lo más agridulce ante una historia que cuenta con escenas de gran violencia que rozan la impotencia y el malestar. 

Incapaces de medir las consecuencias de sus impulsos ni sus instintos, la narración teje un cóctel molotov siniestro, con el que sus jóvenes protagonistas rompen su liviana rutina de la manera más indeseable. Al respecto, resulta muy reseñable el elenco de actores, en especial, tanto uno de sus principales protagonistas, Sebastian Van Dun, una grata sorpresa que comienza su trayectoria en el mundo cinematográfico pisando fuerte con un personaje enigmático y provocador; y Guidotti, que lleva la carga emocional de la cinta con un interesante papel de gran calado. Los dos actores protagonizan las escenas de mayor importancia con gran profesionalidad y carisma. Incluso, llegan a impulsar el ritmo de la narración en más de una ocasión en la que parece verse estancado. Precisamente, la naturalidad que proyecta el reparto es uno de los puntos fuertes de “Home”, aportando frescura y sensibilidad a una historia aparentemente sencilla, pero más peliaguda de lo que parece. 

El director holandés Frank van den Eeden se encarga de una fotografía cargada de sobriedad, que sirve para potenciar la mágica ilusión de un realismo inexistente. La cámara en mano persigue a los jóvenes en sus andanzas, desde las reprimendas de los profesores en el colegio hasta las tardes en el aparcamiento del supermercado “pasando el rato” o las fiestas en la casa de algún amigo que se desmadran más de la cuenta. Es imposible permanecer indiferente ante una espiral de violencia, drogas y sexo desenfrenado que lleva a la vergüenza ajena, la rabia, la pena y la tristeza. Una nueva generación, una nueva mirada que se refleja, incluso, en imágenes grabadas con el móvil para trasladarnos a su mundo personal, a una adolescencia muy diferente, a un universo perdido. “Home” no es perfecta, pero su encanto encierra compasión y dolor, mientras se intenta seguir adelante en una vida que ya nunca volverá a ser igual.

Lo mejor: el ritmo asciende con gran dinamismo en una segunda mitad de lo más potente.

Lo peor: ciertas escenas del inicio que afectan al impulso de la narración.


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