martes, 10 de mayo de 2016

UNA OPORTUNIDAD EN EL TIEMPO (2015)



Se cumplen poco más de 20 años desde el debut del director surcoreano Hong Sang-Soo con el drama romántico “The Day a Pig Fell Into the Well” (1996), un trabajo que exploraba un sencillo triángulo amoroso en donde ya se podía percibir el estilo que poco a poco iría puliendo. Considerado uno de los autores más importantes del cine de Corea del Sur, esa fama generada a través de los festivales más populares a nivel internacional comenzaría con su obra “La Mujer es el Futuro del Hombre” (2004), por la que consiguió, además, una nominación a la Palma de Oro en el Festival de Cannes. “Ha Ha Ha” (2010) le llevaría a hacerse con el premio a la mejor película en este certamen, aunque “En Otro País” (2012) se convertiría en uno de sus largometrajes más recordados. El año 2016 trajo al cineasta un nuevo éxito, “Ahora Sí, Antes No”, logrando alzarse con los galardones de mejor película y mejor actor por la interpretación de Jeong Jae-Yeong en los Festivales de Locarno y Gijón.

Continuando su exploración sobre las relaciones humanas, las casualidades y el destino, la historia es un claro reflejo del propio cineasta a través del protagonista Ham Cheon-Soo (Jeong Jae-Yeong), un realizador de cine independiente que viaja hasta Suwon, al sur de Seúl, para participar en un coloquio en donde se proyectará una de sus cintas. Un día antes de su intervención, decide dar un paseo por los lugares más emblemáticos de la ciudad, coincidiendo con una joven pintora, Yoon He-Jeong (Kim Kin-Hee), que pretende descansar mientras come su aperitivo tranquilamente. Este encuentro en sus caminos les lleva a profundizar en ellos mismos a través de intensas conversaciones hasta que Cheon-Soo tenga que regresar a la capital al día siguiente.

Sólo es necesaria una hora para asistir a la relación que se construye entre ambos personajes. Una cafetería, el taller de la artista, una cena o una invitación para conocer a los amigos de ella servirán para que los dos sientan una conexión especial sin un desenlace claro. En diversos momentos, Cheon-Soo expresa una extraña sensación de “dejavú” a través de unos diálogos naturales e improvisados, dejando claro un inexplicable sentimiento de unión. A lo largo de estos 60 minutos, el protagonista se muestra tímido, servil y siempre correcto pese a todo. Él mismo descubre la facilidad con la que puede abrirse ante su nueva amistad. Sin embargo, el autor no podía conformarse con este desarrollo, otorgando una nueva oportunidad a su creación en una segunda parte. Así es como, tras finalizar el día vivido por Cheon-Soo y He-Jeong, la narración se toma un respiro de apenas un par de minutos para hacernos retornar al inicio de esta historia.

Ese anhelo que toda persona tiene por corregir los errores del pasado queda, en cierta manera, plasmado en este nuevo comienzo. Precisamente, es en los pequeños detalles en donde se verán marcadas las diferencias, respondiendo a ese deseo humano por lograr una segunda oportunidad para poder explicar lo que se escondió o no se pudo decir. Los mismos escenarios son otra vez testigos de su relación, de una experiencia de la que se puede extraer un mayor aprendizaje para ambos. Por eso mismo, todo cambia, las conversaciones entre ellos se vuelven más profundas, sinceras, espontáneas y con algún que otro toque de sutil comicidad. Hong Sang-Soo trata de presentar un curioso juego de intenciones que nos adentra en la irremediable fugacidad del tiempo, en las consecuencias de las decisiones en el transcurso de una relación y el poder que ejercen las palabras a cada momento. Un trabajo verdaderamente arriesgado que, sin embargo, posee pequeños altibajos en su narración a causa de esa sensación repetitiva que puede hacer algunos estragos en la atención del espectador.

No hay nada que se le resista al popular actor Jeong Jae-Yeong, tanto si es un violento thriller como una divertida comedia romántica o un intenso drama. Su gran profesionalidad es demostrada trabajo tras trabajo y, en esta ocasión, no podía ser de otra manera. Su interpretación es totalmente impecable, desvirtuando a un personaje lentamente a lo largo del metraje. Si Cheon-Soo parece mostrarse tímido y correcto en la primera mitad de la cinta, su segunda oportunidad le deja plena libertad para desatar instantes más extrovertidos. Del mismo modo, su compañera de reparto, Min-Hee, se desprende de toda clase modestia para rendirse ante una mujer que, en esencia, es natural, risueña y coqueta. La actriz se encuentra en su mejor momento profesional al participar no sólo en la película de Hong Sang-Soo, sino también en el nuevo proyecto de Park Chan-Wook, “The Handmaid” (2016), una adaptación de “Fingersmith”, la novela de la escritora británica Sarah Waters, que se presenta en la 69ª edición del Festival de Cannes. Sin duda, la cercanía y complicidad generada entre ambos es uno de los grandes atractivos del largometraje.

Como era de esperar, el estilo del autor está presente a cada instante. Su fantástica sencillez se transmite a través de una cámara prácticamente estática, que persigue a los personajes como si fuese su sombra. Los largos planos y los zooms ligeramente bruscos e inesperados otorgan una sensación de realidad prácticamente inigualable. El cineasta convierte al espectador en un tecer personaje silencioso, que es testigo de la intimidad de la pareja, de sus reflexiones, pensamientos y deseos. “Ahora Sí, Antes No” bien pudiera ser un extracto de la vida misma, un encuentro fugaz e inesperado fruto del capricho del destino. En definitiva, una bella obra que cumplirá con las expectativas de los seguidores de Hong Sang-Soo y de todos aquéllos que deseen adentrarse en el cine de autor surcoreano.

Lo mejor: la sencillez del retrato. Las espléndidas interpretaciones de un elenco de lujo.

Lo peor: pequeños altibajos en su narración a causa de la repetición.


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