El videoartista japonés Toshio Matsumoto se convirtió en uno de los directores de cine experimental más importantes de la región asiática. Comenzó su andadura cinematográfica en 1955 con el cortometraje vanguardista “Silver Ring” (“Ginrin”), cuyo negativo permanece en paradero desconocido. Sin embargo, su carrera fue más notoria a partir de su largometraje “Funeral Parade of Roses” (“Bara no sôretsu”) (1969), a través del cual mostraba una visión muy interesante de los Hostess clubs de la capital por medio de la reinterpretación de “Edipo Rey”. Desde entonces, ha ofrecido al mundo tres largometrajes más, “Pandemonium” (“Shura”) (1971), “War at the Age of Sixteen” (“Juuroku-sai no Sensô”) (1973) y “Dogura Magura” (1988); junto a otras más de 40 obras no narrativas, documentales y otros trabajos relacionados con el teatro, la radio y algunas instalaciones en museos. Cambió el pincel y los lienzos por el cine desde muy temprana edad, llegando a ser un cinéfilo empedernido que no se perdía ni un solo estreno en la cartelera, pero hasta que no se adentró en el cine documental y experimental, no decidió tomar la cámara para adoptar el papel de creador. Es, dentro de la productora nipona Shin Riken Cinema, en donde se presenta su mayor aprendizaje, analizando cada trabajo que la compañía guardaba, observando los procesos que encierra la industria cinematográfica y, en definitiva, viéndose involucrado en el trabajo que, a fin de cuentas, todo profesional debe cumplir.