El cine nos ha mostrado tal cantidad de superhéroes que es
imposible no sentir cierta debilidad por alguno de ellos o, incluso, haber
deseado en algún momento puntual poseer su mismo poder. Tal vez, el mundo sería
muy distinto a como lo conocemos si existiera realmente el héroe creado por la
ciencia ficción, pero, de ser así, también debería acompañarle en su
trayectoria su némesis, un villano con el que se encontraría en constante lucha
como representación del bien y del mal. Sin embargo, con el transcurso de los
años, ambos personajes presentan cada vez más un mayor número de debilidades,
dejando atrás esa imagen de seres imbatibles. Probablemente, la heroicidad esté
sobrevalorada en estos tiempos o tal vez sea que el superhéroe como tal no es más que un humano más. En cualquier caso y como un ejemplo más de esta vaga
idea, el director y guionista surcoreano Kim Min-Suk quiso sumarse al género
con su ópera prima, “Haunters”, un largometraje que cumple con los patrones de
este tipo de películas y que le puso en el punto de mira global tras desfilar
por el circuito de festivales internacionales en los que obtuvo críticas de lo
más dispares.
Las expectativas estaban demasiado elevadas. De repente, el
taquillazo del año 2010 en Corea del Sur decidía exponerse a la mirada mundial
junto a su novel autor que tan sólo había colaborado como coguionista y
ayudante de dirección en otra producción nacional de renombre, “El Bueno, el
Malo y el Raro” (Kim Jee-Woon, 2008). En esta primera toma de contacto, Kim
Min-Suk se centra en esa premisa del bien contra el mal. La dramática historia
de Cho-In (Kang Dong-Won) se nutre de una infancia llena de maltrato, rechazo y
desprecios por parte de una familia desestructurada. Se trata de un niño muy
especial que posee un poder prácticamente ilimitado, controla la mente de
quienes le rodean tan sólo con la mirada. El dolor genera odio y resentimiento,
convirtiéndole en un hombre despechado, en el antagonista de una
trama en la que realmente es una víctima. Consciente del alcance de su
habilidad sobrenatural, no duda en utilizarlo egoístamente para robar o
asesinar. Un día, Cho-In se encuentra con Im Gyoo-Nam (Soo Go), un empleado de
una casa de empeños que misteriosamente no cae bajo el dominio de su voluntad.
Ciencia ficción, thriller, acción y comicidad se fusionan
para construir un híbrido que parte de una interesante premisa, pero que, a
nivel narrativo, se ve perjudicado por algún que otro altibajo en escenas que
requerían una mayor intensidad emocional. El autor crea un universo de ficción
sobre ciertas incógnitas que no se desvelan a lo largo de los 114 minutos de
metraje y que, por desgracia, provocan un distanciamiento en la relación entre
los personajes y el espectador medio. Es de esperar una explicación a los orígenes
del “don” de Cho-In o a las causas por las que Gyoo-Nam se escapa de las garras
de la manipulación, tal y como se suele incluir en las películas que entran
dentro de este subgénero. Sin embargo, “Haunters” se desenvuelve mejor de lo
esperado sin necesidad de aportar toda la información, permitiendo que la trama
fluya prácticamente a su antojo y, a excepción de ciertas elipsis que presentan
el pasado del castigado antagonista, se mantiene en el presente, en esa especie
de combate psicológico entre ambos protagonistas.
Una especie de juego se desata desde el primer minuto. El
cazador debe ser cazado y, con esta idea, se producen un sinfín de
persecuciones sin descanso a cada cual más espectacular. Kim Min-Suk muestra una
cara de la sociedad verdaderamente familiar al evidenciar la facilidad con la
que las personas que rodean a Cho-In se convierten en marionetas a su antojo.
Una clara metáfora del lado oscuro de un mundo aún más frío y descorazonador,
que únicamente se rompe con los sutiles toques de humor gamberro, obra de los dos amigos inmigrantes de Gyoo-Nam, que favorecen,
aún más, el entretenimiento que ofrece la cinta. La fuerza de sus diálogos
combina perfectamente con la adrenalina que se desprende de la trepidante
acción. Saltos y acrobacias imposibles, coches a máxima velocidad y brutales
accidentes aceleran un ritmo que ya de por sí es dinámico y que logra enganchar
de principio a fin.
“Haunters” cuenta con un reparto de lujo, dos populares
actores que consiguen despegar el guion por encima de cualquier error
narrativo. Go Soo se encarga a la perfección de un héroe bastante atípico. Con
una vida llena de penurias y soledad, parece recobrar el sentido de su universo
al cruzarse con Cho-In, una paradójica víctima que ha sufrido terriblemente
y que, por tanto, también provoca dolor a los demás. Gracias a su sobrenatural
poder siempre sale indemne de sus malas acciones y, aunque su perfil es algo
confuso en determinados aspectos encauzados a su origen, su misteriosa aura
consigue mantener la atención en todo momento. Una vez más, el popular actor Kang
Dong-Won, que compartió tiempo de rodaje con “Secret Reunion” (Hun Jang, 2010),
realiza una sobresaliente labor encarando a un personaje de grandes matices,
sumando un título más a una exitosa carrera que le ha llevado a ser una de las
figuras más importantes del mundo de la interpretación.
Kim Min-Suk también se rodea de un equipo técnico de primera
categoría, como el director de fotografía Hong Kyung-Pyo, más conocido por sus
trabajos en “Lazos de Guerra” (Kang Je-Kyu, 2004) o “Mother” (2009) y “Rompenieves”
(2013) del internacionalmente aclamado cineasta Bong Joon-Ho. Visualmente
atractiva, la película cuenta con estupendos efectos que acentúan su rasgo más
fantástico y potencian las escenas de mayor violencia. Con múltiples escenarios
que aportan una gran vitalidad a la trama, la puesta en escena es otro de los
puntos fuertes de la producción. “Haunters” arrasó en la taquilla surcoreana
merecidamente, aunque su autor no haya vuelto a involucrarse en un largometraje
hasta el momento. No obstante, y como curiosidad, la estela de su ópera prima se trasladó también
a Japón, en donde el realizador nipón Hideo Nakata se encargó de llevar a cabo
un remake que vio la luz en 2014 y que obtuvo peores resultados, a pesar de contar con Kim Min-Suk como guionista,
quien además se tomó la libertad de agregar ciertos detalles que distancian a
“Monsterz” de su original.
Lo mejor: a pesar de que el thriller surcoreano ha
incrementado las expectativas sobre el género, “Haunters” consigue sacar nota
gracias a la labor realizada por su elenco y equipo técnico.
Lo peor: ciertos altibajos narrativos que afectan al ritmo
de la cinta.
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