Para quienes hemos crecido con el cine de los años 80, “Beyond The Gates” supone todo un remolino nostálgico en cuanto a narrativa y estética se refiere. Precisamente, el director estadounidense Jackson Stewart es fruto de esa generación que vio nacer grandes películas de culto y una multitud de cintas de terror que, a día de hoy, seguimos disfrutando como el primer día. Es con esta obra con la que el autor hizo su primera inmersión en el mundo del largometraje, tras comenzar su andadura en la televisión como guionista y, posteriormente, dirigir un par de cortometrajes que, en cierta medida, mantienen algunas similitudes. Su ópera prima recuerda al juego de “Jumanji” (Joe Johnston, 1995), pero aún más a las sensaciones de “Atmosfear”, aquel juego de mesa en el que era necesario conseguir una serie de llaves para volver a casa y que venía siempre acompañado por un VHS que servía de anfitrión en la temida velada.
Gordon
Hardesty (Graham Skipper) regresa a su pueblo natal para reencontrarse con su
hermano pequeño John (Chase Williamson). Su padre, Bob (Henry LeBlanc),
desapareció hace mucho tiempo sin dejar rastro, por lo que deciden recoger sus
pertenencias del videoclub que poseía. Entre la inmensa cantidad de cintas,
surgen los recuerdos, pero también un antiguo juego de mesa en el que Bob
parece haber dejado a medias una partida. Gordon y John se llevan la caja a su
casa, pero Margot McKenzie (Brea Grant), la novia del primero, los anima a comenzar una
nueva partida. Tras introducir la cinta en el vídeo, Evelyn (Barbara Crampton),
la conductora del juego, resurge en pantalla comunicándoles que, si quieren evitar
terribles consecuencias, no podrán descansar hasta que no encuentren todas las
llaves para poder terminar. De ello deducen que, tal vez, puede existir una conexión entre este juego y la desaparición de su padre.
A
simple vista, la película es obviamente de bajo presupuesto, lo que recuerda fácilmente a
otros magníficos títulos del género que tan buenos momentos nos han dado. Sin
embargo, más allá de ser una obra que rezume terror o una mínima tensión, lo
cierto es que “Beyond The Gates” es simplemente entretenida por la nostalgia
que se desprende de ella. Serie B en todo su mayor esplendor que ha rodado por
festivales internacionales como el de Los Ángeles y Brooklyn, alzándose con
inesperados premios para el que resulta ser indudablemente un cineasta amante del género. Pero
si hay algo que honra a Stewart es el hecho de ofrecer un producto que no genera ni expectativas ni decepciones. Los detalles ochenteros suponen todo un
deleite en sus apenas 85 minutos de metraje, en donde recorremos las
estanterías de un viejo videoclub cargadas de míticos VHS o visualizamos el
tablero de un viejo juego que curiosamente es de lo más familiar.
Su
narración peca de excesiva sencillez hasta convertirse en un producto
inevitablemente previsible, pero es evidente que el autor prefiere obviar ese
tipo de errores para jugar con las ansias de rememorar cierta época en el
espectador, lo que produce un fuerte contraste en el concepto final de la película.
Con toques de humor ácido y algún que otro momento gore, el filme podría
pasar perfectamente por una película rodada en plena década de los 80, tal y
como ya ocurría con el famoso mediometraje del director y guionista sueco David Sandberg, “Kung Fury” (2015). Es más, los efectos “de andar por casa” y la banda
sonora, escogida a conciencia por el compositor polaco Wojciech Golczewski, logran trasladarnos a un escenario cargado de humo y luces de neón.
Tampoco
podía existir mejor papel en esta película para la gran actriz Barbara
Crampton. Quien participara en míticas obras como “Doble Cuerpo” (1984), de
Brian de Palma; o “Re-Animator” (1985), de Stuart Gordon, colabora, en esta
ocasión, como conductora de un juego a medio terreno entre la vida y la muerte.
Toda una grata sorpresa poder contar con ella entre el elenco para hacer un
mayor hincapié en el ambiente ochentero en el que tanto empeño ha puesto
Stewart junto al director de fotografía Brian Sowell. Por su parte, Skipper, ya veterano en el género y, casualmente, también en las circunstancias de producción; y Williamson, que, en cambio, posee una trayectoria de lo más variada entre cortometrajes, series de televisión, documentales y ficción de todo tipo;
aportan cierto dramatismo a la trama a través de las tensiones entre hermanos y
las secuelas ante la ausencia de un padre.
“Beyond The Gates” supone un amplio debate entre la calidad de una cinta y la nostalgia
que desprende. Precisamente por eso es más complicado emitir un juicio justo
hacia ella. Es evidente que la falta de presupuesto hace mella en el producto
final, pero Stewart sabe sacar partido para favorecer esa atmósfera ochentera
que varias generaciones siguen echando de menos. No obstante, y tratándose de
serie B en toda regla, es mejor no guardar unas grandes expectativas para deleitarse ampliamente de la extrema simpleza que ofrece esta comedia de terror. Para algunos será una auténtica pérdida de tiempo, mientras que otros lo disfrutarán como si regresaran al pasado, haciendo que sea imposible que pase desapercibida entre sus espectadores.
Lo
mejor: la participación de Barbara Crampton. La lograda esencia ochentera que
tantos buenos ratos nos ha hecho pasar.
Lo
peor: la previsibilidad de una narración que apenas posee giros sorpresivos y
mucho menos hace uso de la tensión para lograr un mayor dinamismo.
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