jueves, 21 de septiembre de 2017

LAS LLAVES DEL MÁS ALLÁ (2016)


Para quienes hemos crecido con el cine de los años 80, “Beyond The Gates” supone todo un remolino nostálgico en cuanto a narrativa y estética se refiere. Precisamente, el director estadounidense Jackson Stewart es fruto de esa generación que vio nacer grandes películas de culto y una multitud de cintas de terror que, a día de hoy, seguimos disfrutando como el primer día. Es con esta obra con la que el autor hizo su primera inmersión en el mundo del largometraje, tras comenzar su andadura en la televisión como guionista y, posteriormente, dirigir un par de cortometrajes que, en cierta medida, mantienen algunas similitudes. Su ópera prima recuerda al juego de “Jumanji” (Joe Johnston, 1995), pero aún más a las sensaciones de “Atmosfear”, aquel juego de mesa en el que era necesario conseguir una serie de llaves para volver a casa y que venía siempre acompañado por un VHS que servía de anfitrión en la temida velada.

Gordon Hardesty (Graham Skipper) regresa a su pueblo natal para reencontrarse con su hermano pequeño John (Chase Williamson). Su padre, Bob (Henry LeBlanc), desapareció hace mucho tiempo sin dejar rastro, por lo que deciden recoger sus pertenencias del videoclub que poseía. Entre la inmensa cantidad de cintas, surgen los recuerdos, pero también un antiguo juego de mesa en el que Bob parece haber dejado a medias una partida. Gordon y John se llevan la caja a su casa, pero Margot McKenzie (Brea Grant), la novia del primero, los anima a comenzar una nueva partida. Tras introducir la cinta en el vídeo, Evelyn (Barbara Crampton), la conductora del juego, resurge en pantalla comunicándoles que, si quieren evitar terribles consecuencias, no podrán descansar hasta que no encuentren todas las llaves para poder terminar. De ello deducen que, tal vez, puede existir una conexión entre este juego y la desaparición de su padre.

lunes, 18 de septiembre de 2017

EL DOLOR DEL RECUERDO (2016)



Entre 1910 y 1946, Corea del Sur sufrió una invasión japonesa que marcaría un antes y un después en la mente de su población. Tanto es así, que el nuevo cine surcoreano ha considerado realizar una revisión de su memoria histórica en los últimos años, siendo precisamente este capítulo uno de los que más interés ha cosechado. “Asesinos” (2015), de Choi Dong-Hoon; “La Doncella” (“The Handmaiden”, 2016), de Park Chan-Wook; o “The Last Princess” (2016), de Hur Jin-Ho; son algunos títulos que surgen al respecto y que dan habida cuenta de tal episodio, pese a su carga ficticia. Con cierto protagonismo de esa resistencia coreana al colonialismo, lo cierto es que todas remarcan, con mayor o menor importancia, las constantes prohibiciones que cargaron a sus espaldas, ya sea en cuanto a su cultura como a su idioma. 

En esta ocasión, “Love, Lies”, la producción del director surcoreano Park Heung-Sik, mantiene este escenario para presentar la historia de un triángulo amoroso llevado hasta sus últimas consecuencias. Situada durante la década de los años 40, a punto de que los japoneses abandonaran las tierras de la península, la narración se centra en las vivencias de Jung So-Yool (Han Hyo-Ju) y Seo Yeon-Hee (Chun Woo-Hee), dos niñas que forjaron su amistad en plena formación para ser algún día gisaeng. Su pasión por la música tradicional y por ser las mejores cantantes de la nación no se resquebraja con el transcurso de los años, pero todo cambia con la llegada de Kim Yoon-Woo (Yoo Yeon-Seok), el primer amor de So-Yool y su futuro prometido. Él no duda en entregar su amor a la joven, con quien desea casarse en el plazo máximo de dos años, pero la voz de Yeon-Hee es sumamente cautivadora, por lo que, en su fervor por convertirla en la principal cantante nacional, comienza a sentir algo por ella, desatando los celos de So-Yool.