
A lo
largo de 65 escuetos minutos, vemos a los personajes desenvolverse en la
comuna, buscando alternativas a su soledad y ciertos entretenimientos a su
falta de atención y cariño. Algunos optan por dedicarse por completo a sus
hijos, pero hay quienes, incluso, intentan sustituir a sus maridos, por unos
instantes, buscando sexo entre algún vecino o, como claramente se ve, iniciando
en ello a la hija de Roger. Entregados mayoritariamente al ocio y a
ocupar las largas horas de cada día, practican ejercicio, pasean o charlan
animadamente de cuestiones superfluas, de sus cónyuges o de algún que otro
secreto. Poco a poco vamos conociendo a cada familia, pero la película se
centra mayormente en Roger, en su comportamiento con su hija y en la
evolución que sufre su matrimonio.
Esta
coproducción franco-tunecina, basada en un cortometraje realizado por su mismo
autor, parte de buenas referencias, como el hecho de haber participado en los festivales de Locarno, Rotterdam y Sevilla en 2014, entre otros. Su
interesante construcción a partir de retazos de pequeños diálogos de series de
televisión populares de Estados Unidos para desembocar en una comedia
experimental llama la atención, pero enseguida sentimos que todo queda forzado
hasta rozar lo irracional. Algunas escenas pecan de sin sentido, pero en el
fondo es fácil percatarse de las buenas intenciones de este director, de las
ansias de mostrar originalidad fuera de las fronteras convencionales de la
narración cinematográfica.

“Fort
Buchanan” está rodada en el desierto de Túnez y la región francesa de Alsacia-Lorena
durante dos semanas, con decorados de la diseñadora francesa
multidisciplinar Matali Crasset y con una fotografía a la que saca
el máximo partido el director Michaël Capron, que mantiene el grano grueso para
generar una atmósfera especial que es desplegada en diferentes tonalidades de
tonos cálidos y fríos para crear contraste. La cinta está filmada en 16mm., con
cierto aire de nouvelle vague y,
aunque para cinéfilos sea todo un deleite tal despliegue visual, las técnicas
del cineasta dejan bastante que desear con algún juego de planos mal
aprovechado. 5/10
Lo
mejor: Crotty
da cabida a multitud de cuestiones que realzan el interés de la película. El
fantástico trabajo fotográfico de Capron.
Lo
peor: la falta de emoción en la historia por ciertos diálogos sin sentido y
los intentos de comicidad insustancial.
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